**El carajito**

Si el principito se hubiese escrito en Venezuela se llamaría el carajito, y su compañero zorro aquí fuese un chiguirito, no tendríamos problema en sustituir su bella rosa por una orquídea de mayo, de esas que forman la herradura del Nazareno de San Pablo. Los baobabs serían apamates. Los volcanes estarían por las laderas de Sanare. Para viajar esperaría el cardumen de corocoras amarradas con hilitos de alfeñique.

Aterrizar en esta tierra seguro lo confunde, porque si no llega al Autana, a la nieve del Bolívar o al desierto de los medanos, fácil pensaría que habitamos 100 planetas. A lo mejor no se consigue un aviador dibujante, pero seguro se topa con un gandolero emigrante. El principito es el mismo niño de aquel angelito negro, que no quiso ser carajito sino santo de amor al pueblo.

Ángel Navas.

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