El autobús del amor

El autobús del amor

DIANA RODRIGUEZ

30/08/2017

Erika era una introvertida y tímida estudiante de preparatoria, cada día tomaba el autobús a casa después de clases sin ningún contratiempo.

Un día Erika tomó el autobús como de costumbre, iba concentrada en su libreta dibujando cosas sin sentido, entonces el autobús se detuvo y algunas personas entraron, había dos chicos de la misma escuela que Erika, uno de ellos era Daniel, un joven guapo y alto con unos ojos grandes y negros y una piel apiñonada perfecta. Los ojos de Erika no sabían a donde mirar así que simplemente cerró sus ojos y agachó la cabeza, de repente el autobús se detuvo drásticamente haciendo que la libreta de Erika saliera volando hacía el pasillo del autobús, ella estaba lista para levantarse de su asiento y levantar su libreta pero alguien fue más rápido que ella – Aquí tienes – Erika se quedó mirando la mano de esa persona la cual era muy grande en comparación a la de ella, cuando levantó la mirada se quedó perpleja, Daniel estaba mirándola con ojos cordiales y una sonrisa dibujada en su rostro – Gra.. Gracias… – respondió tartamudeando y enseguida agachó la cabeza de nuevo.

En su interior sabía que era su oportunidad de oro para hablar con el chico que le gustaba pero era demasiado tímida para hacerlo, en seguida el autobús se detuvo en la siguiente parada y ella se bajó de éste con un sentimiento de repudio propio. Mientras caminaba por la acera apretó la libreta fuertemente entre sus brazos pensando en su falta de valentía, y entonces una lágrima comenzó a derramarse por su mejilla – ¡Oye Erika! – dijo alguien con una voz profunda, era Daniel.

  • – Olvide darte tu lapicero, se cayó junto con tu libreta en el autobús
  • – Gracias… – respondió Erika tímidamente – Bueno… nos vemos
  • – ¡Ah! Me preguntaba si… ¿Puedo acompañarte a casa? – dijo Daniel sonriendo

La mente de Erika no lo podía creer, estaba caminando junto a él, ni siquiera en sus sueños había pasado. Iban platicando y riendo como si se conocieran de toda la vida, de repente Daniel le gritó “¡Cuidado!” y la única cosa que Erika pudo ver fue el balón de fútbol dirigiéndose directo a su cara.

Unos segundos después estaba tirada en el suelo “¿Estás bien? ¿Estás bien?” decían varias voces, entonces se dio cuenta que sólo había estado soñando y que aún estaba en el autobús, se había quedado dormida en el momento en que cerró los ojos y agachó la cabeza para evitar mirar a Daniel cuando él subió al autobús, el autobús se detuvo abruptamente y Erika salió volando de su asiento golpeándose la cabeza con una agarradera de metal.

Daniel la estaba mirando desde lejos, Erika no podía creer que todo había sido un sueño y simplemente se sentó de nuevo en su asiento antes de dejar el autobús más tarde. Caminando por el mismo lugar que había visto en sus sueños se dio cuenta lo real que éste había parecido pero desafortunadamente nada como aquello había pasad, Erika simplemente agachó la mirada lamentándose – Eso debió doler ¿no? – se escuchó de una voz profunda, esta vez no era un sueño, allí estaba él.

Daniel había caminado detrás de ella todo este tiempo para asegurarse que estaría bien y finalmente poder hablar con la chica que le gustaba.

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