El asesino de la sonrisa

Nunca he confiado en las personas que ríen demasiado, este tipo siempre estaba sonriendo demasiada felicidad para un hombre casado, cada mañana lo encontraba regresando a su casa,  yo iba de salida. Nunca me saludaba verbalmente solo su sonrisa, la verdad me asustaba. Su esposa una mujer muy amable, siempre barría el patio, como si le fueran asignados esa labor, creo que lo disfrutaba. En las calles algo sucedía, mucha gente estaba corriendo hacia el callejón de la calle española, fui a ver que era tanta algarabía, estaba la policía y mucha gente alrededor de un cuerpo que yacía inerte en el piso.

Era la tercera mujer asesinada en el mes, ya era algo que preocupaba a todos. Mi novia, me llamo y pregunto si me había enterado del asesinato de la joven prostituta, le dije que no para no preocuparla, fui a su casa Después del trabajo y estuvimos resolviendo problemas matemáticos, lo que hizo que no nos diéramos cuenta de las horas que transcurrieron, ya era tarde. Me despedí de Rosa, no está bien que darme en su casa, aunque sus padres no estuvieran, tome el autobús. Por una de las calles de la zona rosa, vi al vecino Víctor; hablar con una joven delgada de cabello largo  me llamo la atención, ya que él es un hombre religioso y a menudo daba sermones de la fidelidad y valorar a la familia, quizás está dándole algún consejo pensé, fui a mi casa y mama estaba preocupada—No puedes hacer una llamada y decir: Donde estás; sabes como está la ciudad de peligrosa—, — Lo siento Ma, me entretuve resolviendo unos ejercicios matemáticos con Rosa—¿Matemáticos o de anatomía?, Si Julia y Germán no están ¿por qué usted se queda hasta  tarde en la casa  con Rosa, yo a usted le he dicho sobre el respeto a las jovencitas, si está muy desesperado cásese?, ¿usted no escucha las prédicas del vecino Víctor, sobre la fornicación?—. Mama yo no he hecho nada malo le digo la verdad, mire el celular yo saque una foto de lo que estábamos haciendo, y por otro lado Ma lo que diga el vecino, risitas a mí no me convence mucho, porque uno debe aplicar lo que predica—, En la mañana siguiente, al salir me topo con el vecino Víctor, se sonríe y entra al conjunto, me llamo la atención que llevaba una ropa diferente de la de anoche cuando lo vi en la esquina con la chica.

Al llegar a la universidad, los compañeros observaban el periódico, las chicas estaban muy preocupadas, otra víctima del asesino, le eche un vistazo al periódico y lo solté de inmediato, no me gusta observar sangre, pero lo tome de nuevo, vi el cabello de la chica, el mismo peinado de la chica, que observe con el señor risitas y en una siguiente foto confirme, era la chica del callejón de la zona de tolerancia, me puse pálido los compañeros me preguntaron que si la conocía, yo Salí rápidamente al baño y vomite, Rosa entro preocupada y le dije que estaba bien. No me pude concentra en la clase, las horas se me hacían interminable, quizás era  conciencia, que el señor risitas hablara con la chica y luego esta haya sido asesinada, o mis sospechas sean correctas, que el señor Víctor sea el asesino. En casa no lograba estar tranquilo, mamá me dijo: ¿vos que insiste que estas como todo preocupado?, — Mamá  nada,  no puedo dormir—Espere que mama durmiera, Salí con una chaqueta y sudadera, me coloque la capucha y fui a trotar, pero en realidad quería toparme con el señor risitas, estuve por las zonas rosas de la ciudad, y en la calle obrera divise a un hombre que hablaba con cinco chicas, era el señor Víctor observe cuidadosamente a las chicas detallando sus características físicas tengo una buena memoria, me fui a la casa y las dibuje en forma de retrato, en la mañana siguiente estuve pendiente que el señor Víctor, entrara para yo salir espere quince minutos, no quería encontrarlo y ver su sonrisa,  ahora me asustaba de forma literal, pero ¡vaya!, al yo salir él entró y esta vez me saludo— Hola Jaime, ¿cómo estuvo el trote, te vi junto a la calle del obrero—, No pude contestarle nada, me dirige a la universidad, y se repetía la historia, tres chicas asesinadas, observe la foto del dibujo que hice en la noche y si eran tres de las cinco chicas, no había ninguna duda el señor Víctor era el asesino de las chicas.

Llegue a casa con mucho miedo, sabía que el señor Víctor sospechaba que yo lo seguí, sentí una mano en el hombre, que me halo y al voltear mi cara observe su risa y por primera vez sus ojos uno verde y otro azul, casi me desmayo, pero me contuve— Hola Jaime—, —Señor Víctor—, ven chico sentémonos un rato, en al patio está muy limpio mi esposa se esmera en que tenga un buen aspecto, —¿Tú sabes en qué trabajo? —, —No señor—, —Pues, te diré mi secreto, soy detective de la policía, eso no lo sabe nadie en el condominio, además de mi esposa y tú, Te lo digo, porque sé que eres un buen chico, yo tuve un hijo de tu edad, se llamaba Michael, era Genial jugaba futbol, era todo para mí al cumplir los Dieciocho años, le di permiso para celebrar con sus amigos y de una manera irresponsable se fueron a la zona rosa, tuvo relaciones con una chica de un prostíbulo, yo no lo supe hasta aquel día, que mi hijo se desplomó al piso, en la clínica le hicieron los exámenes y dio positivo para sida, mi único hijo tenía sida y en tres años ya no estaba mi hijo en la tierra—, el señor Víctor lloro como un niño y me abrazo, — me dijo quiero que te cuides, no frecuentes esos lugares Jaime—. El señor Víctor, se fue a su casa, yo quede atónito.

Sentí mucho pesar por él, pero eso no justifica los asesinatos, así que llamé de incógnito al FBI, ya que él era policía, me intentaron contactar físicamente, pero mi posición fue rotundamente no, envié unas fotos del señor Víctor y la dirección de su casa. Sentía pena por el señor, pero nada justifica el asesinato de las chicas, quince día después, el FBI, allano la casa del señor Víctor y encontraron, cuchillos, guantes y lazos, se realizó un juicio y el señor Víctor, termino confesando sus delitos y pidió perdón, pero dijo que no se arrepentía de nada.