EL ADA Y LA FLOR.

             Por Ricardo Puente

– Había una vez una pequeña y linda hada llamada Leila. A la pequeña hada le gustaba caminar en vez de volar, un día de camino a casa de su abuela se encontró con una hermosa flor qué emanaba un bello brillo dorado, Leila se dijo a sí misma. – Y si le regalo esta hermosa flor a abuelita. – entonces Leyla se dispuso a arrancar la flor y la guardó en su pequeña bolsa .

– de seguro que si le doy esta flor a mi abuelita se mejorará de su tos.

Luego de un largo camino Leila logra llegar a la casa de su querida abuela, aterriza en el jardín delantero y camina hasta la puerta principal de la casa, abre la puerta y entra a la casa. Leila mira que no hay nadie y decide gritar. – ¡ abuelita dónde te encuentras!

Su abuelita le contesta. – ¡ estoy en la habitación mi niña!

Leila se dispone a correr hasta la habitación y logra ver a su abuela que se encuentra en cama. Leila se acerca a su abuela, mete su mano en la bolsa y le dice. – querida abuelita te he traído un regalo para que puedas mejorarte. – Leila toma la flor, la saca y se da cuenta que se encontraba maltratada.

Leila se pone al ver que la flor no brillaba y se encontraba estropeada, la abuela se da cuenta de la tristeza de Leila y le dice. – ¿ Mi pequeña Leila Por qué te encuentras triste? – Leila le contesta. – abuelita es que de camino a la casa encontré esta hermosa flor y decidí dártela de regalo, pero ahora se encuentra destrozada.

Entonces la abuela le dice. – mi querida niña el mejor regalo que me puedes dar es que devuelvas esa flor a su lugar y así estaré feliz. Ve y planta esa hermosa flor donde se encontraba.

Leila se dispone a salir de la casa y decide utilizar sus alas y emprende un viaje de regreso al lugar donde se encontraba plantada la flor, logra llegar y aterriza lo más rápido posible.

Leila logra plantar la flor, esta automáticamente se recupera y empieza a brillar nuevamente, de la nada Leila escucha una voz femenina que le dice. – Oh pequeña Hada ya que me has devuelto a mi Preciado hogar, tu amada abuela se curará con mi magia ya que tu corazón lo anhela. – Leila le dice a la flor. – Muchísimas gracias hermosa flor por curar a mi abuelita, No volveré a arrancar otra flor en toda mi vida.

– y vuela lo más rápido posible a la casa de tu abuela que allá ella te espera.

– gracias hermosa flor.

Leila vuela, llega a la casa y se da cuenta que su abuela la está esperando en el jardín delantero, Leila aterriza, corre con los brazos abiertos en dirección hacia su abuela y la abraza.

                 

                           FIN.

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