asomada en el obscuro acantilado la vi a ella, tan obscura y fría que resaltaba en el paisaje, inclinaba la vista hacia arriba esperando a que me tumbara sobre sus brazos ,como si sus ojos me dijeran llego la hora, sentía como me dejaba atrapar por su mirada seduciéndome a tal punto que por un instante no dude en saltar, con los pies en la nada sentada en la orilla pensaba en las dos posibilidades, después de pensar al fin me entregue a sus brazos , ella contenta se alejo de aquel acantilado conmigo en sus brazos feliz de tenerme, buscando el día de mañana una nueva victima
atte;la muerte.
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