El estaba ahí, sentado. Solo y en silencio en esa fría noche de invierno. Lo note tenso y preocupado, quise acercarme pero su mirada me alejaba; el necesitaba estar solo en ese momento. No lo conocía, el no pertenecía a ese lugar, no pertenecía al pueblo; era un extraño que necesitaba estar solo.

Quise alejarme y dejarlo con sus pensamientos, pero había algo en su mirada que me pedía que me quedara y yo sabía que debía acercarme y abrazarlo, si abrazarlo por más que no supiera de su historia.

Sin darme cuenta comenzó a nevar, hacia mucho frio pero parecía que el frio no tocaba su piel.

Camine hacia él, estaba nerviosa no sabía de qué manera actuar o que decir, el no me veía mientras me acercaba, el en serio estaba solo en ese lugar y en su mente.

Me senté a su lado acompañando su silencio, decidí que debía decir algo.

-Emm… hola, ¿Estás bien?

Me miro atónito, no esperaba reacción alguna pero me abrazo. Me asusto, un desconocido que estaba fuera del mundo en medio de la noche me estaba abrazando. En mi mente sabia que lo necesitaba y lo correspondí. Lo abrace tan fuerte como pude y él me apretó mas, lo escuche sollozar.

-¿Querés hablar?

Y me apretó mas, intente apartarme pero él no me dejaba, lo seguí abrazando hasta que en un momento me aparto de él y me miro fijo a los ojos. Estaba triste, sus ojos lo decían, su mundo estaba derrumbado. Intentaba hablar pero su voz se quebraba, hasta que pudo esbozar unas palabras.

-Ella se marcho.

CONTINUARA!!!

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