Ecos del Futuro

En la penumbra de un mundo cansado,

donde los sueños son ecos lejanos,

camina el hombre, huella descalzo,

con el peso de siglos, de llanto y de asfalto.

Las estrellas miran, testigos mudos,

del clamor de los ríos, de cielos desnudos.

En cada suspiro, un grito contenido,

en cada latido, un amor perdido.

Las ciudades erigen su sombra de acero,

y el silencio se quiebra en el eco sincero

de los que no tienen, de los que han callado,

un canto a la vida, un canto olvidado.

Pero en la tormenta, la esperanza se asoma,

como un fuego eterno que nunca se toma

de la mano del miedo, del frío, del odio,

pues en cada corazón se guarda un alodio.

El futuro nos llama con voz de trueno,

y en el abrazo de todos, hallamos el pleno.

Dejemos que el viento acaricie el lamento,

pues solo en la unión florece el intento.

Así, en la lucha, en la danza del tiempo,

forjamos un poema que resuena en el viento.

Un canto a la vida, a la paz y al amor,

que, con cada palabra, renazca el dolor.