Una noche fué. Una noche donde los grillos se habían ido a dormir temprano y había huelga de canto.

Una noche de enero en que el cielo titilaba entero de pura estrella.

Una noche de amantes clandestinos, de citas a ciegas y de traidores por treinta monedas.

Una noche de tiempo congelado, de mirar por los visillos de las puertas, una noche exacta para escuchar a Bach.

Esa noche fué en que me soñé, me soñé vivo y palpitante.Me soñé caminando por una calle desconocida donde un montón de extraños me miraban con curiosidad.

Las casas de esa calle eran como de paredes de oro, todo relucía, si hasta los árboles parecían brillar bajo un sol que arrasaba.

El sueño fue apenas un flash, un recreo leve y acabó de golpe.En ese justo instante supe que estaba en mi lugar de siempre.

Fila 3, nicho 23, Panteón Norte.

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