Drama en el tejado

Drama en el tejado

Ema UB

16/04/2024

Una de las más grandes tragedias de los gatos es pelear por el amor de una gata que solo quiere quedar preñada por el llamado del instinto, pero no porque así lo quiera. Así fue como acabamos aquí: el perro buscando asilo político, Rafael recién casado o cansado de esta mentira y yo presa por el asesinato de los gatos.

Esos gritos sanguinarios parecen invocar una guerra, pero en ningún momento algún acto nacido del amor. Así que, poéticamente convencida de que aquellos maullidos parecían invocar al diablo, me ví en la insana necesidad de pedirle al perro que persiga a esa banda de gatos enloquecidos. Pero el perro era fiel creyente que favor con favor se paga, así que, a cambio me pidió que le comprara un pedazo de lomo de cerdo. No me pude negar, así que el trato quedó sellado.

El perro se sacudió la pereza, se estiró, practicó el ladrido, gruñó frente al espejo, se afiló los dientes y salió hasta el patio. Ladró tres veces, enseñó los dientes y acto seguido corrió hasta la puerta de entrada y enseguida ingresó a casa diciendo:

«Hay que mudarnos, se trata de una banda de gatos asesinos. Olvida el lomo de cerdo y olvida a Rafael. Yo puedo vivir sin comer un lomo de cerdo y tú puedes vivir sin Rafael, él no te quiere, solo intenta desgastar tu vida por recibir compañía, solo está esperando que su ex novia vuelva a aparecer y a proponer que él sin ella no puede ser. Entonces él correrá a sus brazos y te dejará con el corazón hecho pedazos.

Vámonos, hay que empacar. Yo me llevaré el hueso de venado y tú llévate los cuernos que cuelgan de la pared, esto sin ánimo de agraviar.

El escándalo continuó, el perro se marchó y Rafael se sincero; dijo no estar enamorado, no estar ilusionado y seguir amando a su antiguo amor.

Así acabo, gatos en celo disfrutando del amor en los tejados. Un perro prófugo de su destino y una mujer triste diciendo que, para ella el amor no ha nacido.

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