REGISTRO DE OBRA LITERARIA INÉDITA 10-647-378. Dirección Nacional de Derechos de Autor. República de Colombia.

El sonido nítido de dos disparos dentro del recinto dejó sin palabras a los presentes, y de inmediato, el honorable auditorio vio con ojos de terror y tragedia como se desplomaba el cuerpo sin vida del expresidente de la República Armando Santamaría Céspedes. El caos apareció en milésimas de segundo. Era 20 de julio de 2014, era el acto de apertura de un nuevo período legislativo en Colombia, con un congreso visiblemente renovado y compuesto por connotados personajes de la vida nacional, uno de ellos, y por primera vez en la historia, un expresidente de la República se posesionaba como senador, cuando durante los protocolos de rigor en la mesa principal fue impactado por dos tiros de bala, uno en la cabeza y otro directo al corazón. La muerte fue inmediata, y la escena un instante después era tan demencial como aterradora. Los senadores que acompañaban al expresidente en el púlpito no salían del shock mientras sus rostros y finos atuendos habían quedado visiblemente pringados de sangre de la víctima. Los gritos y sollozos del público presente dentro del recinto retumbaban hasta casi tumbar las fuertes columnas del capitolio. Todos corrían de un lado para otro, pero nadie parecía tener un rumbo definido, pues mientras unos trataban de salir del lugar para evitar ser víctimas, otros buscaban afanosamente acercarse al sitio donde reposaba tendida la víctima. Un país que día a día durante 200 años se esforzó por asombrar a su población con lo aterrador y espeluznante de sus crímenes, vivió ese 20 de julio quizás el día más impactante de su historia. Era la muerte violenta de un reconocido político, polémico expresidente y muy activo ciudadano dentro del recinto del Congreso de la República el día de apertura del período legislativo, en presencia de todos los medios de comunicación nacionales e internacionales, personalidades políticas y hasta del jet set criollo apostados allí para ver la histórica posesión de un expresidente como senador.

Mientras el personal de seguridad apoyaba las labores de evacuación y protección de las personalidades allí presentes, personal de inteligencia y de la escolta del exmandatario se dispusieron a encontrar al agresor basados en la trayectoria de los disparos. Muy diligentes los agentes del orden encargados de esta labor ubicaron filtros en las puertas de salida para verificar los rostros de quienes salían aprovechando que en un 90% los asistentes eran personas que gozaban de un reconocimiento nacional. Quienes no eran reconocidos por el personal de seguridad eran detenidos de manera preventiva en un cuarto del lugar mientras verificaban su identidad. Otro grupo del personal de seguridad acordonó rápidamente el segundo y tercer piso del recinto teniendo en cuenta que de allí provenían los dos disparos que todos escucharon. Iniciando por las escaleras y ascensores y luego por pasillos y oficinas el segundo y tercer piso fue rápidamente asegurado. Luego del barrido y aplicados todos los protocolos de seguridad y protección encontraron el sitio desde donde se habían hecho los dos disparos, pero lo único que hallaron fue un recipiente con un espeso líquido del que salían vapores que parecían estar carcomiendo o desintegrando algo sólido en el fondo. Con herramientas se aprestaron a averiguar que había en el fondo y encontraron restos de un arma larga desintegrada por los efectos de un potente ácido en un 80% y de una corredera como de un overol. La única evidencia hasta ese momento era entonces un arma de fuego de largo alcance desintegrada casi en su totalidad, restos de un overol y cerca de 100 personas del público detenidas de manera preventiva, pero sin ningún indicio claro.

La víctima era un reconocido político en el país, que se había distinguido en los últimos años por ser un férreo opositor del gobierno de turno, pero además, tenía varios señalamientos de corrupción y malos manejos durante su administración. Un grueso sector empresarial y popular del país lo apoyaba y lo seguían en sus tareas desde la oposición, pero así mismo, otros sectores lo señalaban por sus presuntos nexos con el narcotráfico. Lo acusaban de haberse financiado con dineros provenientes del tráfico de drogas ilícitas, aunque ninguna acusación había concluido en decisiones judiciales en su contra. Ahora como senador de la República se disponía a ejercer una oposición más contundente al gobierno apoyado en sus bajas ejecutorias.

El país amaneció conmocionado con la noticia. Tanto detractores como seguidores rechazaban el hecho violento. El Presidente de la República Julio Ángel en alocución presidencial condenó el hecho y ordenó a todas las entidades relacionadas disponer de todos los recursos para identificar con prontitud a los responsables. Temprano en la mañana siguiente los medios de comunicación se apresuraron en señalar a las organizaciones insurgentes como los responsables del atentado criminal. En la tarde del día siguiente del atentado y antes de que toda la opinión pública terminará de digerir el negativo evento aparecieron en las emisoras, periódicos y canales de televisión en Colombia unos discos compactos etiquetados con la foto del exmandatario asesinado y la leyenda “Las razones de su muerte”. Así mismo, en parques, plazas, comercio, casas y sitios estratégicos de 30 ciudades colombianas aparecieron cajas cerradas que al ser destapadas por ciudadanos curiosos se encontraron con periódicos de nombre “Dos Balas Informa”, impresos a todo color con la foto de la víctima y el titular “Las razones de su muerte”.

En cada medio de comunicación destinaron tiempo y recursos para revisar el material impreso y en disco compacto, y se encontraron con un grueso compendio de pruebas documentales, de audio y video que vinculaban al exmandatario asesinado con “La Oficina”, una banda organizada de narcotraficantes que operaba en el país desde 1982 y que pese a los esfuerzos de la Policía Nacional, aún seguía vigente.

Todos los noticieros y emisoras radiales irrumpieron su programación habitual para mostrar el material y rápidamente el país pasó del temor y la tragedia por la muerte del exmandatario al señalamiento a la víctima por la contundencia de las pruebas mostradas por los medios de comunicación. En audios misteriosos de los que se desconocía su procedencia y los métodos para grabarlos podía escucharse al expresidente conversando con los capos de “La Oficina” dando órdenes para asegurar votaciones en tal y cual municipio. En fotos se apreciaban cheques con sumas astronómicas a nombre del expresidente, y hasta un mapa en donde se ubicaba cada capo de “La Oficina” en cada municipio del país con la leyenda escrita a mano alzada que decía “controlado, votación a favor de Santamaría”.

Fueron dos meses de continua exposición del material en los medios de comunicación lo que generó un odio generalizado por el exmandatario quien en años anteriores había gozado de amplia popularidad. Su muerte pasó a un segundo plano y lo que se conversaba en pasillos era la magnitud de sus actuaciones negativas. Nadie se preguntó por la procedencia del material, pero su contundencia era tal que no se cuestionó su veracidad. En un país acostumbrado a las tragedias, aquella notable muerte pasó rápidamente al olvido, y lo que parecía importarle a la comunidad era la indignación que causaba el material publicitado, pues mostraba la magnitud del engaño de un presidente hacía el pueblo que lo eligió. De alguna manera todo el país sabía que esta era una posibilidad real, pero nunca se pudo levantar evidencias al respecto. Incluso el periódico de mayor circulación a nivel nacional tuvo que esperar el material completo entregado por los asesinos para poder proceder a procesarlo, pues atacar al exmandatario sin las debidas y suficientes evidencias era condenarse al señalamiento general por parte de la comunidad.

Cuando el efecto de la muerte del exmandatario estaba pasando, una noticia perturbó a toda la ciudadanía. Era el país de las noticias alarmantes, y de las noticias olvidadas, y la del expresidente asesinado ya estaba pasando al olvido cuando un juez de la República, basado en tecnicismos judiciales, sorprende a la opinión pública dejando en libertad a Alejandro Benitez, condenado dos años atrás a 30 años de prisión por la violación y asesinato de más de 50 niños a finales de los 90. Cuando fue capturado Benitez gran parte del país pedía instaurar la pena de muerte solo para aplicársela al “violador de niños”, como se le conocía, pero esta idea no prosperó, y solo se logró la máxima condena posible. Entre indignación y resignación el país recibió la noticia de la condena a 30 años de prisión, solo con la morbosa esperanza de que dentro de la cárcel Benitez pudiera recibir su verdadero castigo. Era tal la repulsión de causaba el “violador de niños” que cada cierto tiempo eran reproducidas y hasta disfrutadas por la opinión pública las noticias provenientes de la cárcel que daban cuenta de ataques e incluso violaciones sufridas por Benitez. Las “leyes de prisión” le fueron aplicadas con severidad a Benitez y reproducidas adrede y como terapia nacional por los medios de comunicación.

Pero nada de esto pareció importarle al juez que ordenó su libertad, y el 22 de septiembre de 2014 toda la prensa nacional se aprestaba a las afueras de la prisión para ser testigos de la aterradora realidad. Como un acto de burla al país el juez acompañó el proceso y también se ubicó a las afueras de prisión con la intensión de aprovechar la presencia de los medios para hacer una improvisada rueda de prensa y explicar los aspectos técnicos de su decisión. Eran las diez y catorce minutos de la mañana cuando el juez y Benitez se pararon como en un púlpito a las afueras de la prisión cuando se escucharon 4 disparos que aturdieron a los presentes. Las cámaras de televisión en el sitio registraron el brinco de mucha sangre, y al mismo tiempo caen al piso como en cámara lenta Benitez y el juez. La imagen del doble homicidio se esparce por el mundo en segundos. Al ser revisadas, cada una de las víctimas tenía dos impactos de bala en su cuerpo, uno perfectamente ubicado en el centro de la frente en medio de los ojos arriba de la nariz y el otro en el pecho justo al corazón. La muerte de ambos fue inmediata y el caos se apoderó del sitio al instante.

Una vez más el pueblo era testigo de la muerte violenta de personajes cuestionados y con reconocidas actuaciones criminales. Por un lado Benitez quien el país reconocía como la mayor amenaza para los niños y para la sociedad en general, y por el otro, el juez que encontró la manera de ponerlo en libertad. En este caso no fueron necesarias evidencias pues la opinión pública sabía de las atroces actuaciones de las dos víctimas.

En la escena del crimen estaba presente Helena Rodríguez, una joven, principiante y atenta periodista que cubría la improvisada rueda de prensa organizada por el juez que dejó en libertad a Benitez. En medio del caos ofrecido por el aterrador homicidio, y luego de acercarse al sitio donde cayeron las víctimas, Helena no pudo evitar encontrar rápidamente una relación entre los hechos ocurridos en la cárcel con la muerte del expresidente senador en meses anteriores. En ambos casos dos balas, una en la cabeza y otra en el pecho, acabaron con la vida de las víctimas; y además, los tres caídos eran personajes reconocidos por sus actuaciones criminales. Un expresidente con actividades de corrupción y nexos con el narcotráfico, un violador de niños y un juez corrupto dejaban ver que el victimario podría ser el mismo, y los motivos podrían estar relacionados justamente con las actuaciones delincuenciales de las víctimas.

Sin pensarlo, Helena tomó su celular y envió un twitter que desencadenaría una ola de reacciones que ni ella logró imaginarse. El mensaje decía: “En lo que va corrido de 2014 tres comprobados delincuentes de talla nacional son ajusticiados en público por el impacto de #DosBalas”.

La gravedad de las actuaciones de Benitez y del juez hizo que nadie repudiara el hecho, y los comentarios y opiniones de la ciudadanía no podían obviar la relación de los crímenes publicitada por Helena la periodista. El titular de la prensa nacional en Internet y al día siguiente en la prensa impresa daban cuenta de la relación criminal que Helena había dibujado. El país comenzó a hablar simultáneamente del asesino en serie y del justiciero, pues la relación entre los homicidios era evidente, y además, esta relación había sido especialmente descrita por el mensaje masivo de Helena.

Helena Rodríguez es una mujer de 27 años, graduada de comunicación social y periodismo de la Universidad Regional en la capital de Colombia, hija de dos profesionales de clase media en ascenso y amante de la literatura y la poesía. Desde su paso por la universidad y aún en su vida profesional Helena se distinguió por su fuerte inclinación por la protección de los Derechos Humanos, situación que le valió para ser señalada como una periodista de izquierda, pero la realidad era que su compromiso demostrado siempre fue con la verdad y la imparcialidad de la información. En la universidad dirigió el periódico mensual del claustro académico, y durante su estancia universitaria se distinguió por ser una férrea defensora de causas menores. Por sus cualidades y destrezas periodísticas llegó como reportera y en ocasiones columnista a hacer parte del equipo de trabajo de “Actualidad”, reconocido por ser el principal medio de comunicación impreso de la capital y el país. Helena es además dueña de una belleza y una personalidad arrolladora, que la hicieron merecedora de infinidad de propuestas de trabajo, pues con su formación, carácter y presencia escénica hacían de la joven mujer una prenda de garantía para el éxito de cualquier medio de comunicación.

Al día siguiente, los hechos ocurridos en la cárcel eran descritos con detalle y al perpetrador se le asignó el nombre de “Dos Balas” en clara alusión al mensaje de twitter de Helena y a la idéntica manera en que las víctimas perdieron la vida. Ya ninguno de los dos sucesos del año 2014 eran hechos aislados para lamentar, sino circunstancias que hacían parte de una misma actividad, y la pregunta de todos era acerca del porqué de lo acontecido.

Para Helena este no fue un caso más por investigar o informar en su carrera periodística. Su interés se volcó por completo hacia el “Caso Dos Balas”, y luego del twitter viral que terminó dándole nombre al macabro episodio, sus jefes no dudaron en colocarla al frente del caso periodístico, con claras instrucciones de ahondar en lo sucedido y reportar todo hallazgo con el propósito de darlo a conocer a la opinión pública. Para ella no se trataba solo de un reportaje, para Helena sin darse cuenta se convirtió en una obsesión pues no compartía el hecho que alguien se hubiera tomado la justicia por sus manos y hubiera decidido asesinar pasando por encima de las autoridades. No sería un caso fácil de informar por parte de Helena o del periódico “Actualidad”, pues en cuestión de horas ya se escuchaban voces de apoyo a “Dos Balas”. Para ciudadanos de a pie consultados en la calle por los medios de comunicación, “Dos Balas” con su escopeta había liberado a la sociedad de la basura que las autoridades no habían sido capaces de eliminar. En cuestión de horas el apoyo al proceder de “Dos Balas” creció como espuma y esto sería un obstáculo que tenía que sortear Helena.

De inmediato Helena inició su labor armando un grueso expediente impreso y en medio magnético sobre todo lo registrado acerca de las tres víctimas, y sobre todos los registros periodísticos relacionados con el día de los hechos en que “Dos Balas” hizo su trágica aparición. Visitó los sitios donde ocurrieron los hechos y tomo fotos y registros fílmicos de cada escena. Su identificación como periodista de “Actualidad”, y la rápida fama que adquirió con su viral twitter, le ayudaron para acceder a cada sitio casi sin ningún obstáculo.

El acucioso trabajo periodístico de Helena le permitió un primer logro a escasas dos semanas de ocurrido el episodio de la cárcel. Mientras las autoridades policiales y de investigación judicial no daban a conocer ningún resultado de sus pesquisas, dando incluso la sensación de lentitud en su labor a pesar de la connotación de las víctimas, en primera plana de “Actualidad” se leyó el 2 de octubre de 2014 un titular que decía “PERFIL GENERAL DE DOS BALAS: UN JUSTICIERO EN SERIE”. El periódico se vendió ese día como pan caliente, pues todos querían saber más acerca del victimario. La reacción de la gente ante el titular de prensa le mostró a Helena que ella no era la única interesada en el caso, aunque la distancia entre las motivaciones de ella y el público era enorme. Para la gente “Dos Balas” había sido el encargado de liberar a la sociedad de tres criminales, y para Helena era un brutal asesino en serie que se había tomado la justicia por su cuenta, que incluso, en cualquier momento podía volver a repetir.

El perfil de “Dos Balas”, construido por Helena con base en toda la información que recogió tanto de las víctimas, como del sitio y de las circunstancias y características de los hechos, fue leído por todos y difundido por los principales noticieros en el país. El perfil describía a un homicida de clase alta, con acceso a armamento sofisticado y costoso, y a medios y recursos notables, con acceso a sitios de privilegio en el país como lo era el Congreso de la República para el primer caso. El perfil explicaba que el arma encontrada casi destruida en el recipiente con ácido en el recinto del congreso, era de asalto y largo alcance, de altísima precisión, muy costosa y disponible solo para uso privativo de las Fuerzas Militares en Rusia. Además, el compuesto ácido utilizado para desintegrarla contenía un químico utilizado solo en industrias de Asia y Europa para la fabricación de municiones. Era un compuesto no disponible a nivel comercial en ninguna parte del mundo, lo que hacía de “Dos Balas” un sujeto con recursos y acceso a escenarios de la industria global. La logística dentro del recinto del congreso (arma de largo alcance y recipiente con ácido principalmente) hacía suponer que no trabajaba solo, y en atención a la precisión de los impactos de bala a mitad de cráneo y en el corazón en los tres casos mostraban al asesino como alguien con altos niveles de entrenamiento militar de precisión, similar al de un francotirador. Por la información entregada por el asesino y divulgada por los medios de comunicación acerca del expresidente Santamaría en el primer caso, el perfil confirmaba que el homicida tiene acceso a escenarios e información de privilegio en el ámbito nacional, lo que mostraba su poder político y económico.

El perfil de “Dos Balas” era el tema del día y de la semana en el país. La opinión del ciudadano del común resumía el perfil en pocas palabras: El homicida era un rico y poderoso vengador ciudadano con recursos y anonimato necesarios para hacer lo que las autoridades no eran capaces.

Helena había dado su segundo golpe de opinión, lo que le significó ser invitada al programa televisivo “La Voz de Colombia”. En horario prime todos los domingos y conducido por la joven periodista María Camila Zúñiga, era el programa más visto en la televisión nacional, por la seriedad e imparcialidad de sus opiniones y entrevistas. Para grabar el programa días antes de su emisión la joven periodista se dirigió al canal de televisión en su vehículo, ingresó al parqueadero luego de estrictos control de seguridad en la puerta y antes de bajarse del automóvil un hombre encapuchado ingresó rápidamente en el puesto del copiloto del automotor, apuntándola con un arma de fuego automática con silenciador.

Encapuchado: Con que ahora me llamo “Dos Balas”. (risas). Suena… creativo.

Helena: No parece molestarte el apodo…

Encapuchado: Por el contrario… me gusta mucho.

Helena: Claro, ya entiendo, asesinas gente por diversión. Que curiosas motivaciones. Eso me da la tranquilidad de que no me asesinaras aquí y ahora, no sería divertido para ti.

Encapuchado: No vine hasta aquí para interrumpirte de la vida. No sería un buen momento, y hasta donde te he investigado, no cumples con el perfil de mis víctimas.

Helena: el perfil?

Encapuchado: No te hagas la inocente Helena. Sabes que a quienes les he interrumpido la vida por mandato de la naturaleza, y no han sido solo los tres de este año, merecían su suerte. Eran criminales Helena y alguien tenía que hacerlos pagar.

Helena: Y quien te dio el poder a ti para juzgar y condenar a muerte?

Encapuchado: La naturaleza, cansada del desequilibrio, y cansada de la inoperancia del ser humano.

Helena: Que ridículo. Justificas tus criminales actuaciones en la naturaleza y en no sé qué otras razones místicas y misteriosos. No sé si es infantil o cínico de tu parte…

Encapuchado: Ahora no entiendes, pero sé que lo harás. Tengo que decir que eres una mujer valiente. No pareces estar nerviosa con un arma apuntándote y un encapuchado dentro de tu auto. Además eres hermosa y muy inteligente…

Helena: Y entonces ofreces un par de superficiales halagos, mencionas tus motivaciones basadas “en la naturaleza”, y crees que eso me va a hacer desistir en mi tarea de desenmascararte. Crees que puedes venir a intimidarme y a amenazarme para no seguir adelante?

Encapuchado: Esa no es para nada mi intensión.

Helena: Entonces, a que has venido?

Encapuchado: A ayudarte Helena… a orientarte.

El sonido del teléfono celular de Helena interrumpió la charla. Del canal de televisión preguntaban extrañados por ella. Estaban listos para iniciar con la grabación, y ante el anuncio en portería de su presencia en el sitio les pareció muy particular su demora. Helena se quedó pensativa. Era la oportunidad para anunciar la presencia de “Dos Balas” en el sitio y atraparlo con el personal de seguridad del canal. El silencio de Helena alertó al encauchado que de inmediato apuntó su arma de fuego a pocos centímetros de la cabeza. Helena ante la amenaza le pidió a su interlocutor telefónico unos minutos más para poder llegar al sitio de grabación y colgó. Mientras se daba la conversación telefónica el encapuchado advirtió la presencia de alguien más en escena. Un hombre de 1.90m de estatura, corpulento, de piel blanca y armado caminaba por el parqueadero con destino hacía el sitio de grabación, pero mientras caminaba notó movimiento dentro de un vehículo a unos 200 metros de distancia y en plena oscuridad. El corpulento hombre decidió acercarse al sitio, sin prisa pero con decisión.

Helena: a ayudarme? Yo no he pedido tu ayuda, y además, en que puedes tu ayudarme a mi?

Encapuchado: Ayudarte a que sigas divulgando información, pero que lo que divulgues sea preciso y apegado a la verdad. Debo dejarte para que continúes con tus planes, pero antes debo llevarme esta grabadora de audio que tienes escondida. Debo agradecértelo, ahora podré escuchar tu voz cuantas veces quiera. Helena, nada de trucos para que podamos hacer crecer nuestra confianza y amistad.

Helena: Y que te hace pensar que quiero tu confianza… y tu amistad?

Encapuchado: Que la necesitas para poder lograr conseguir información útil y avanzar en tus investigaciones. Pronto irás entendiendo y hasta harás parte de esto ayudándome en mi labor. Lo primero que debo decirte del perfil que publicaste es que trabajo solo. No confío en nadie y no requiero de nadie como apoyo a mi logística, y lo otro, como te lo adelante hace un rato, es que no son tres las víctimas, son cinco. Deberías revisar el informe forense de las muertes del industrial Juan Sebastían Insignares en 2013, y del comerciante Miguel Ángel Sarmiento en 2012. Ahora debo dejarte, parece que tenemos compañía.

Y sin gota de temor descubrió su boca de la capucha y le dio un beso a Helena en la mejilla cerca de la boca.

Se bajó del vehículo con cuidado, antes de que llegara al hombre al sitio de ubicación del automotor quien alcanzó a percatarse del arma de fuego que llevaba “Dos Balas”. El arma alertó al corpulento hombre quien de su chaqueta sacó la suya y aceleró el paso hacia el vehículo, pero la oscuridad le permitió a “Dos Balas” escabullirse sin ser notado.

El hombre llegó al vehículo y de dentro salió Helena con las manos arriba, visiblemente acelerada y ofuscada indicando que acababa de ser intimidada por un hombre encapuchado y armado que decía ser el autor de los tres asesinatos con dos balas ocurridos ese año. El corpulento hombre miró hacia su alrededor sin notar a nadie, pero antes de que pudieran reaccionar “Dos Balas” le apuntaba a la cabeza con su arma de fuego con silenciador.

Encapuchado: Estoy decepcionado Helena, me denunciaste ante este hombre… pensé que el beso te había gustado.

Intento noquear al hombre, pero este reaccionó con mucha agilidad evitándolo. Los golpes no se hicieron esperar. La habilidad del corpulento hombre era evidente, pero “Dos Balas” logró impactar un golpe en la nuca logrando su cometido inicial. El hombre cayo inconsciente al piso sin que el personal de seguridad del canal lo hubiera notado. Había sido un breve combate a golpes entre dos experimentados luchadores ante la mirada asombrada y algo asustada de Helena.

Helena llamó de inmediato al set de grabación pidiendo ayuda para el hombre tendido en el piso. Al sitio llegó el personal de seguridad privada y personal médico, que rápidamente le brindó atención médica al rival de “Dos Balas”. La grabación del programa televisivo se atrasó pues la prioridad era entender lo que allí había pasado. Al despertar, el hombre poco a poco se incorporó a la escena recordando lo acontecido, para luego identificarse como el Agente Carlos Hans Amador Iragori perteneciente a la “División”.

La División se refería en realidad a la División Nacional de Inteligencia, que era la oficina central de inteligencia e investigación criminal del país. La recientemente creada oficina gubernamental era una dependencia subordinada directa y exclusivamente a la Presidencia de la República, y estaba conformada por los mejores agentes de campo e inteligencia reclutados de todos los organismos de seguridad del Estado colombiano para el combate y control de todas aquellas amenazas que se erigían en contra de las condiciones necesarias para la preservación de la nación. Era la oficina encargada de la preservación de la seguridad nacional.

Ya en el set de grabación Helena le preguntó al Agente Amador, recuperado de los golpes que lo llevaron a la inconsciencia, las razones de su presencia en el canal de televisión, a lo que respondió que había sido llamado por el canal para hablar sobre las muertes causadas por “Dos Balas”. El personal del canal extrañado les aclaró que la única invitada era Helena, pues desconocían quien estaba al frente de la investigación por parte del Gobierno Nacional. Helena concluyó que quien había invitado al Agente Amador había sido justamente “Dos Balas” interesado en involucrar al agente de División en la escena. Sonaba descabellado pensar en esa teoría pues imaginaban que lo último que querría el homicida era acercarse a las autoridades, pero todo indicaba que aquel episodio en el parqueadero había sido planeado por “Dos Balas”.

El Agente Carlos Hans Amador Iragori es un curtido oficial de la Policía Nacional. Con 38 años de edad, divorciado y con dos hijos Amador a la fecha es dueño del rango de teniente coronel de la Policía Nacional. En la institución durante toda su carrera policial perteneció a la Dirección de Antinarcóticos y a la Seccional de Inteligencia Policial, con entrenamientos en áreas militares contrainsurgentes. En su hoja de vida se registra su participación en la captura y muerte de importantes capos del narcotráfico, así como en operaciones contundentes contra cabecillas de las principales organizaciones guerrilleras presentes en el territorio nacional.

Aún confundidos, Helena y Amador se acercaron al set de grabación para continuar con la agenda acordada en el canal, aún con más preguntas que respuestas en su mente. Todo se dispuso para la producción del programa y la entrevista a Helena, con el Agente Amador como público.

Durante la grabación del programa con María Camila Zúñiga, Helena le cuenta a la teleaudiencia sobre el perfil construido por ella sobre “Dos Balas”. Las preguntas de la conductora del programa le facilitaban a Helena ahondar sobre sus conclusiones preliminares acerca de “Dos Balas”, y sin pensarlo, y confiando en lo que “Dos Balas” le contó en el automóvil mientras le apuntaba con su arma de fuego, Helena revela a la teleaudiencia que las tres muertes del 2014 no son las únicas que “Dos Balas” ha perpetrado. La periodista habla del industrial y del comerciante asesinados ambos en años anteriores, asegurando que el responsables es el mismo “Dos Balas”. Había sido una jugada arriesgada, pues comprometía su credibilidad como periodista. Eran hechos no confirmados, pero ella notó que “Dos Balas” no estaba mintiendo en ese tema, así que se arriesgó. Una vez más la periodista acierta pues las autoridades al día siguiente confirmaron que las muertes del industrial y el comerciante habían sido perpetradas con las mismas características de las muertes del expresidente, el juez y el violador, es decir, con una bala en la frente entre sus ojos y una bala en el corazón.

Pero las sorpresas de la noche estaban lejos de terminar. Durante la entrevista con María Camila Zúñiga, Helena revisa desprevenidamente los bolsillos de su chaqueta notando la presencia de un papel. Extrañada porque no acostumbrada a guardar nada en los bolsillos exteriores de sus chaquetas, Helena saca el papel y nota que un nombre estaba escrito, y debajo la dirección de una página web, www.debenpagarporsuspecados.com, que indicaba que un nuevo hecho de violencia estaba por ocurrir.

Helena interrumpe la entrevista y le da a conocer al Agente Amador el papel con el nombre y la página web. El nombre escrito era Jesús Ramón Bedoya, reconocido industrial y dirigente deportivo en el país. De inmediato Amador se comunicó con sus superiores quienes le dieron el nombre del jefe de seguridad del personaje escrito en el papel. Al comunicarse vía telefónica establece que la posible víctima se encuentra en un evento de público conocimiento relacionado con la premiación a importantes deportistas en el país que se estaba llevando a cabo en el Club Laureles de la capital. Helena había sido invitada a ese evento por su amiga de la universidad Julia Valenzuela, pero por el compromiso con la entrevista con María Camila Zúñiga había decidido no asistir. Amador le informa al jefe de seguridad del riesgo del personaje y le pide que lo saque del recinto tomando todas las medidas de protección posibles. De inmediato el esquema de seguridad le informa al personaje y es extraído del sitio por la puerta de servicio dirigiéndose a los vehículos para alejarse del lugar.

Ya en la calle, una caravana de seguridad se dispone al transporte del doctor Bedoya hacía su lugar de residencia en donde lo esperaba un estricto protocolo de seguridad, pero durante el recorrido un vehículo explota en frente de la caravana, y el jefe de seguridad se da cuenta que la amenaza de la que le habló Amador es real. En la explosión las llantas del vehículo que transporta al doctor Bedoya sufren daños que obligan al jefe de seguridad a sacar al personaje del automóvil para trasladarlo a otro de la caravana cuando dos disparos impactan sobre la humanidad del industrial y dirigente deportivo. Una vez más “Dos Balas” había actuado y el doctor Bedoya cae al piso con un impacto de bala en la frente en medio de los ojos y otro justo en el corazón.

Helena y Amador aún en el canal son informados por el jefe de seguridad de Bedoya acerca de lo acontecido, y mientras se disponen a dirigirse al lugar de los hechos, se encuentran en el parqueadero del canal con un bulto de dos mil periódicos de nombre www.debenpagarporsuspecados.com en donde se registran fotos, recibos, relatos y demás pruebas documentales que relacionan a Jesús Ramón Bedoya con actividades de corrupción y financiamiento a grupos paramilitares. “Dos Balas” había actuado de nuevo, y curiosamente Helena había sido el motor facilitador de este trágico evento.

Helena y Amador no podían creerlo. “Dos Balas” los usó y sus esfuerzos preventivos solo habían ayudado a los propósitos del homicida. De inmediato se dirigieron al sitio de la gala deportiva para tratar de tomar pistas acerca de los hechos. En el evento, Helena se encuentra con su amiga de épocas universitarias Julia Valenzuela, a quien le cuenta lo acontecido. Nadie en la gala sabía de los hechos, pero rápidamente los medios de comunicación y las redes sociales comenzaron a registrar la noticia en emisiones extraordinarias.

Una vez cumple su cometido desde una azotea de un edificio cercano a la muerte del doctor Bedoya, “Dos Balas” se quita el overol que traía y queda impecablemente vestido de smoking. Desarma y oculta en un maletín el overol oscuro y el arma de fuego, y sin dejar rastro alguno sale del edificio en medio del caos que se registraba a pocos metros por la muerte del dirigente deportivo. Toma un lujoso vehículo y se dirige a la gala deportiva de donde salió la víctima. Una vez en el sitio del evento se dirige al salón principal y saluda cariñosamente a su esposa Julia Valenzuela, quien se muestra un poco molesta con su ausencia justo durante el tiempo en que se registraron los violentos hechos. El consternado esposo le pregunta a Julia visiblemente afectado por el miedo acerca de lo acontecido.

“Dos Balas”, o mejor, Nicolás Alfonso Castaño Jiménez se muestra consternado por la noticia mientras Helena, inocente con respecto a la verdadera identidad del amoroso esposo de su amiga, le explica sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Bedoya y de las otras víctimas de “Dos Balas”. Helena no escatima detalles mientras habla con Nicolás. Era como un desahogo para la joven periodista que sin proponérselo estaba en la mitad de los planes perversos de “Dos Balas”.

Nicolás Alfonso Castaño Jiménez es un empresario exitoso en el ámbito de la tecnología y los medios de comunicación. A pesar de su humilde pasado como hijo único de dos campesinos del Departamento de Santander, había logrado estudiar Economía en una universidad pública de Bogotá, y con el esfuerzo de sus padres hizo un MBA en Estados Unidos, lo que le permitió conseguir importantes empleos desde joven hasta llegar a ser el propietario de una revista de circulación nacional mientras se desempeñaba como CEO de una respetable empresa de cobertura nacional en el sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Su personalidad siempre lo mostraba como muy serio y reservada. En la Universidad Tecnológica de New York hizo cursos relacionados con telecomunicaciones, y por su carisma, liderazgo e inteligencia tuvo la oportunidad de conocer a notables empresarios norteamericanos y europeos que le abrieron las puertas de una organización secreta y mística que cultivaba líderes que a nivel global tenían el propósito de lograr un mundo mejor. Al interior de la organización secreta Nicolás recibió entrenamiento militar de alto nivel, actividad que combinaba con sus estudios y sus labores profesionales. Cuando sus padres murieron víctimas de la violencia y la delincuencia del siglo XX en Colombia, Nicolás devastado se desconecta de todo en New York y regresa al país buscando reencontrarse con las raíces que había dejado atrás en busca de un mejor futuro en el país del norte. Una vez en Colombia, y luego de encargarse de todo lo relacionado con la muerte de sus padres, Nicolás comienza una nueva vida solo, que no demoró en generarle éxitos profesionales y personales. Su formación en Estados Unidos le facilitó el ingreso y la relación con importantes grupos económicos nacionales, en donde trabajó con suficiencia. Su crecimiento fue vertiginoso, y sus logros le permitieron amasar una pequeña y considerable fortuna en no muy largo tiempo. En su recorrido académico y profesional conoció a Julia, de quien se enamoró con fuerza y pasión y con quien se casó luego de 30 días de relación sentimental. Julia su esposa era comunicadora social de profesión, pero desde la universidad se interesó en las ciencias de la computación, con destacados logros académicos y profesionales en esta área, llegando a cursar un doctorado en la materia en la Universidad Tecnológica de New York donde conoció a Nicolás.

En la primera emisión de noticias del día siguiente a la muerte del doctor Bedoya el pueblo se entera de su trágica muerte. Los medios de comunicación resaltan la labor del dirigente deportivo a la vez que muestran el compendio de pruebas aparecidas en el periódico de “Dos Balas” y en su página web que relacionan al doctor Bedoya con varios hechos criminales. El compendio de pruebas impresas en el periódico se complementaban con los registros aparecidos en la página web.

Los ciudadanos no dudaron en revisar la web, y allí se encontraron no solo con los documentos sino con un video en donde el mismo “Dos Balas” con la cara cubierta con un pasamontañas describía las andanzas del doctor Bedoya. En otros enlaces de la página web se podía ver al mismo “Dos Balas” explicando las razones de la muerte de todas sus víctimas. La página web era encabezada por el “logotipo” del homicida, en donde se podía observar la palabra “2Balas” con dos proyectiles recorriendo la parte superior del número dos y de la letra B. En el video el victimario explicaba los hechos y le hacía un llamado a la ciudadanía para que apoyaran sus acciones basados en el pasado criminal de las víctimas. En el material fílmico “Dos Balas” afirmaba que solo sería posible una mejor sociedad si las manzanas podridas eran desechadas, y su labor consistía en hacer la tarea que las autoridades no eran capaces o no querían hacer.

Con seis muertes relacionadas con “Dos Balas” en los últimos meses, y el video en pleno proceso de difusión masiva, la opinión pública comenzó a forjarse una idea positiva del victimario, pues era el único capaz de extirpar los elementos dañinos de la sociedad. La reacción no se hizo esperar y en cuestión de días los medios de comunicación comenzaron a registrar opiniones favorables a las actividades criminales de “Dos Balas”, o de 2B como también comenzó a ser conocido.

Con el objeto de contrarrestar el fenómeno social de apoyo a “Dos Balas”, Helena con la compañía del Agente Amador comenzaron a generar opinión en los medios en contra del victimario, pero el mensaje había logrado calarse tanto en las entrañas de la sociedad, que paralelamente los medios de comunicación comenzaron a registrar voces de apoyo a las actividades criminales de “Dos Balas”. En cuestión de días, Colombia comenzó a ser testigo del apoyo masivo de la comunidad a la labor criminal del victimario.

Todos hablaban en las calles de “Dos Balas”, y en cada esquina y semáforo en las ciudades capitales comenzaron a venderse todo tipo de objetos alusivos al justiciero. El objeto más popular consistía en camisetas blancas con el logotipo de “Dos Balas”. En cuestión de semanas era común ver a ciudadanos portando la camiseta del homicida con una leyenda en la espalda que decía “Merece que su vida sea interrumpida”, en alusión a las palabras que el mismo homicida publicaba en su sitio web.

El fenómeno masivo de apoyo a “Dos Balas” llegó a un punto superior cuando en la página web el justiciero y homicida en serie publicó la frase que decía “DIME QUIEN QUIERES QUE SEA EL PRÓXIMO”, y un link que al acceder permitía ingresar los datos y foto sugeridos para ser ajusticiados por “Dos Balas”. Esto generó congestión en Internet pues rápidamente el morbo de la gente hizo que el número de visitas a la página se multiplicara por 100.000. Todos querían ingresar los datos de alguien para que fuera ultimado por “Dos Balas”. En horas el listado era enorme, y podían leerse nombres de reconocidos políticos, empresarios, periodistas, hijos y familiares de expresidentes, deportistas, congresistas, actores, modelos, delincuentes reconocidos y hasta nombres de personas que no eran conocidas por nadie. La página web se convirtió en un muro del desahogo y la denuncia pública, y al mismo tiempo en una gran y pública pancarta donde eran registrados todo tipo de personajes con todo tipo de denuncias, y en donde eran cargados de manera anónima todo tipo de fotos, documentos y archivos a manera de prueba. El caos generado por la página era total. Parecía que las autoridades estaban a punto de perder el control de la situación. Por un lado, muchos de listados en la web de “Dos Balas” buscaron rápidamente la manera de irse del país por el temor de ser ajusticiados con o sin razón, y muchos otros congestionaron las sedes de las principales agencias de seguridad del Estado en busca de protección.

En las principales ciudades comenzaron a registrarse manifestaciones de apoyo a “Dos Balas” con multitudes de personas que con la camiseta y pancartas gritaban arengas de apoyo. Camisetas, gorras y afiches parecían unificarse alrededor de una sola voz, e incluso en algunas ciudades podía leerse en las prendas publicitarias la frase “TE AMO DOS BALAS”. La situación se tornó compleja para las autoridades, pero Amador y Helena no descansaron en su labor de investigar y encontrar pistas con el propósito de atrapar al vengador anónimo. Con el apoyo social logrado, “Dos Balas” consiguió generar distracción y dificultades para las autoridades, y con esto, ejecutar su labor se volvió más sencilla.

Mientras tanto, Nicolás Castaño planeaba su próximo movimiento, para lo cual aprovechó la relación de Julia su esposa con Helena para propiciar una cena en su casa entre amigas de la universidad. Durante la cena el tema de “Dos Balas” no se hizo esperar, y comenzaron a llover opinión a favor y en contra del justiciero anónimo.

Julia: Que se ha sabido de nuevo de “Dos Balas” Helena?

Helena: No mucho. Ha logrado cubrir bien su labor hasta ahora y las autoridades no parecen estar moviéndose en el sentido indicado.

Nicolás: Pero no es posible que las autoridades no logren encontrar pistas Helena. Ya son varios meses de crímenes y aún nadie dice nada de parte del gobierno.

Helena: Es cierto. Han puesto al frente del caso a la División Nacional de Inteligencia. El Agente Carlos Amador, con quien tengo contacto, está en frente de la investigación, pero hasta el momento parece que el criminal ha sabido moverse sin dejar pistas de sus actuaciones.

Julia: Y tu como vas con tu investigación periodística?

Helena: Sin resultados concretos. Solo sé que “Dos Balas” es un hombre rico o hace parte de algún conglomerado económico pues parece contar con importantes recursos para cometer sus fechorías.

Nicolás: Bueno, pareces convencida de que es un hombre. Es un primer paso, pero debe haber algo más concreto por donde comenzar la investigación. Alguna pista debe existir, algún movimiento debe haber dejado rastros.

Julia: Helena en lo que tu creas que yo puedo ayudar solo dímelo. No solo como periodistas que somos. Recuerda que me sé mover con los computadores y de repente algo podremos hacer.

Nicolás: Amor por favor, deja que los profesionales se encarguen. Además, no me gustaría verte envuelta en una situación de riesgo para ti. Ese tal “Dos Balas” no parece tener escrúpulos y no ahorrará esfuerzos para lograr su misión.

Julia: Solo quiero ayudar Nicolás. No puede ser tan infalible ese criminal.

Helena: Te lo agradezco Julia. Si se me ocurre algo en lo que puedas aportar te lo haré saber. Es muy valeroso y valiente de tu parte.

Y mientras conversaban, Helena no dejó de pensar en que actividades pudo haber dejado alguna pista “Dos Balas”. Algún hecho que pudiera ser rastreado, alguna pista, alguna traza. Solo pudo venírsele a la mente los minutos de conversación que compartieron en el parqueadero del canal, el periódico dejado por “Dos Balas” y por supuesto, la web muy de moda en los últimos días.

Al día siguiente de la cena Helena se comunicó con el Agente Amador a quien le propuso investigar con detalle el origen tanto de los periódicos dejados en el canal como de la página web del homicida. Y al mismo tiempo Julia, tal y como lo mostró en sus intenciones en la cena, comenzó a investigar también por su cuenta, sin decirle nada ni a Nicolás, ni a su amiga Helena.

Amador revisó todo lo relacionado con el caso y se detuvo en el periódico impreso que lo leyó y lo releyó incansablemente en busca de algún rastro. Con su equipo de trabajo en la División investigó a todas las compañías grandes y pequeñas relacionadas con impresión sobre papel periódico. En ninguna había registros de tirajes por fuera de lo normal, aunque ya esto lo suponía. El periódico tuvo que haber sido impreso con máquinas y en alguna locación de propiedad de “Dos Balas”. Al interrogar al personal de seguridad del canal en donde fueron dejados los periódicos tampoco logró nada pues todos aseguraban no haber visto nada inusual aquella noche cuando “Dos Balas” se entrevistó con Helena. Pero Amador no quiso quedarse solo con el testimonio del recurso humano y pidió acceso a los videos del Circuito Cerrado de Televisión del día de los hechos. Amador obtuvo acceso a las cámaras de seguridad de manera remota y desde su oficina revisó uno a uno los videos grabados de las 12 cámaras ubicadas en el parqueadero, accesos y demás zonas aledañas. Así mismo, revisó el video de las 4 cámaras de seguridad pública cercanas, y luego de horas, en una de ellas alcanzó a visualizar un vehículo oscuro polarizado parqueado en una esquina a dos cuadras de distancia del canal. Con la tecnología disponible en la División logró aclarar la imagen y pudo identificar la placa del vehículo, que de inmediato ingresó en el sistema de información de antecedentes de la División.

El vehículo sin antecedentes aparecía a nombre de una empresa denominada Impresos y Gráficos de Occidente. Era el mismo nombre que aparecía en pequeñas letricas impresas en el periódico que dejó “Dos Balas” en el canal de televisión. Era como el sello de la casa impresora encargada de los periódicos, pero al revisar, la empresa aparecía liquidada desde mediados de la década de los 90´s. Amador revisó los antiguos documentos de constitución de la empresa y encontró una dirección reseñada como la ubicación de la casa impresora cuando fue fundada en la década de los 70´s. Era como un pálpito para Amador quien no dudó en visitar la dirección encontrada, que además se ubicaba en un viejo sector industrial de la capital, actualmente en situación de abandono pues estaba a punto de convertirse en un nuevo polo de desarrollo urbanístico residencial.

Saliendo de La División Amador se encontró con Helena que venía a buscarlo. Amador le explicó rápidamente su hallazgo, situación que motivó a Helena sin dudarlo a montarse en el vehículo del agente.

Amador: Para donde vas? Esto es una situación policial, puede ser peligroso.

Helena: Estamos juntos en esto Carlos. No me vas a dejar por fuera. Tomaremos todas las medidas de protección, pero quiero estar allí cuando encuentres algo.

Amador: No quiero perder tiempo discutiéndolo.

Helena: Pues bien, entonces no se hable más, vamos para Impresos y Gráficos de Occidente.

Amador: Supongo que no hay forma de hacer que te bajes del automóvil.

Helena: Tú lo has dicho mejor de lo que lo hubiera dicho yo.

Una vez en el sitio, dejaron con cautela el vehículo y se dispusieron a entrar. El sitio se veía en claro abandono, pero al recorrerlo una luz a la distancia los alertó. Se dirigieron al lugar de donde provenía la luz Amador adelante con su arma desenfundada y Helena un paso detrás del agente. Al ingresar a la habitación se toparon con una inmensa sorpresa. Sentada en un equipo de cómputo portátil, el único de la sala y probablemente el único del sitio, encontraron a Julia, la amiga de universidad de Helena. Amador no le quitó la mirada de encima y apuntándole con su arma de fuego le pidió que se retirar del computador con las manos en alto.

Julia: Que pasa Agente Amador? Que está pasando Helena?

Amador: Eso tiene que explicarlo usted. Que hace usted aquí señora Valenzuela?

Helena: Julia, que está ocurriendo, que haces aquí?

Amador (sin dejar de apuntarle con el arma de fuego): Señora Valenzuela seguimos una pista de “Dos Balas” que nos trajo hasta aquí, y justo es usted a la que encontramos.

Julia: Eso mismo estaba haciendo yo

Amador: Explíquese señora.

Julia: Ingresé a la página web de “Dos Balas” desde mi casa y logré hackearla, logré penetrar a la códigos fuente y revisando archivos y direcciones IP, logré establecer la ubicación de este computador. Me vine para acá y encontré que desde aquí se han cargado gran parte de los textos, imágenes y videos que aparecen en la web del criminal.

Amador: Y porque no nos reportó su hallazgo?

Julia: Quería estar segura para no hacerlos perder tiempo. Quiero que vean algo. Encontré un archivo oculto y encriptado y estaba tratando de penetrarlo en este momento, acérquense.

Helena: Me parece que dice la verdad Carlos, miremos.

Helena y Amador se acercaron al equipo mientras Julia seguía con su labor. Amador no le quitaba los ojos de encima y aunque bajó su arma siempre se mantuvo alerta y preparado ante cualquier situación. En el fondo Amador sabía que no había sido Julia la que lo noqueó aquella noche en el parqueadero del canal, pero su presencia en el sitio lo había dejado muy inquieto.

Luego de unos minutos corriendo rutinas de desencriptación Julia logró penetrar el archivo, y la sorpresa fue mayúscula cuando lo que encontraron fue un mensaje en video de “Dos Balas” para ellos.

“Dos Balas”: Carlitos, Helena, que placer tenerlos de visita por aquí. Por favor excúsenme por el desorden y el polvo, pero no sabía a qué hora exacta llegarían y no me dio tiempo de limpiar, pero siéntense, pónganse cómodos que quiero mostrarles algo.

Acto seguido “Dos Balas” con la cara cubierta en el video se acercó a un tablero de acrílico y les mostró lo que él llamó “su obra”. En el tablero aparecían los nombres e imágenes de las personas que habían sido asesinadas por él, unidas por líneas pintadas que denotaban algún tipo de conexión, pero había un espacio que estaba vacío.

“Dos Balas”: Se preguntarán quien es nuestro personaje premiado para hacer parte del gran tablero de la justicia. Pues bien, el nombre de la próxima víctima es… ta ta ta tan… Álvaro Villamizar Hernández. Imagino que lo conocen, pero igual les voy a mostrar unas foticos y algunas otras cositas de nuestro amigo Alvarito.

Todos los espectadores del video en aquella vieja industria del papel quedaron congelados con la noticia. Villamizar es un importante empresario, con negocios en diferentes sectores de la industria de los alimentos y las bebidas en el país. De Villamizar no se conocía hasta ese momento ningún tipo de señalamiento o acusación, y en cambio el país había sido testigo de innumerables obras patrocinadas por el empresario para el uso de niños y niñas de escasos recursos, pero parecía que para “Dos Balas” era menester incluirlo en la lista de los que serán tenidos en cuenta para la interrupción de sus vidas.

Luego, “Dos Balas” comenzó a mostrar las pruebas que vinculaban a Villamizar en el asesinato de viejos rivales de negocios. Eran muertes del pasado que el país había conocido a través de los medios de comunicación, pero que no se tenía ningún registro de que los culpables hubieran sido capturados. Y mientras “Dos Balas” mostraba las pruebas, su voz no paraba de escucharse.

“Dos Balas”: Si alguno es amigo de Alvarito espero que hayan podido despedirse de él, pues su juicio ya fue consumado y la pena consistente en la interrupción de su vida fue impuesta. Además, con esto complaceremos a algunos ciudadanos que pusieron el nombre de Alvarito en las listas de mi página web.

Amador tomó su teléfono celular y luego de un par de llamadas logró establecer que Álvaro Villamizar se encontraba asistiendo a un evento benéfico en un municipio a unos cincuenta minutos de la ciudad. Julia, Helena y Amador salieron raudos del sitio con el propósito de detener el homicidio llevándose el computador, mientras el video seguía corriendo. Desde su vehículo Amador dio aviso al personal de seguridad del empresario quienes de inmediato buscaron proteger al personaje mientras llegaba apoyo.

El personal de seguridad revisó con detalle el sitio del evento benéfico, pero no encontró rastros que le brindaran algún indicio o sospecha al respecto. No obstante, procedieron a retirar al personaje del sitio, tomando la carretera más cerca, con destino a la ciudad principal en aquel departamento.

Mientras tanto, Nicolás se encontraba en un amplio espacio, parecido a una gran bodega, pero totalmente cerrado y vacío, impidiendo el ingreso de la luz solar o de cualquier otro tipo de luz artificial al recinto. En aquella bodega de paredes verdes con imágenes de la naturaleza perfectamente pintadas y donde solo se distingue una puerta de acceso y ninguna ventana, se estaba llevando a cabo algún tipo de ritual medieval o similar.

El punto de partida son nueve círculos de velas encendidas con la presencia de Nicolás completamente desnudo en el centro sosteniendo una espada tipo samurái con la mano izquierda. La punta de la espada reposa sobre el piso mientras Nicolás a penas la sostiene por el mango en una posición completamente erguida con los ojos vendados mientras se escucha en el sitio música instrumental con sonidos de la naturaleza. Sobre la pared de enfrente a él en la bodega se despliega un arreglo de pantallas de alta definición dispuestas una junto a la otra para formar un monitor gigante en donde se proyectan imágenes de la naturaleza, y se reproducen los sonidos que se escuchan al interior de la bodega.

El ritual inicia con Nicolás poniéndose de rodillas mientras sostiene la espada, la música acelera un poco su ritmo y Nicolás logra encontrar el centro de masa de la espada para dejarla de pie en perfecto equilibrio sobre su punta mientras él inclina su cuerpo hacia el piso para hacer una señal de reverencia con la frente pegada al piso y los brazos extendidos hacia adelante. Luego de 10 minutos de reflexión en la misma posición, Nicolás se levanta con suavidad, toma la espada y asume una actitud de combate sosteniendo la espada con las dos manos y flexionando sus rodillas, aún con los ojos vendados.

Como si conociera sus movimientos… y sus pensamientos, la música y las imágenes en la pantalla aceleran su ritmo, y Nicolás comienza a realizar una rutina de movimientos de combate muy fuertes y marcados mientras avanza con piruetas y saltos por entre los círculos de velas sin tocarlos ni apagarlos. Una vez supera cinco de los círculos concéntricos que denotan los cinco sentidos, entre volteretas y saltos queda entre los círculos restantes. Solo guiado por las sensaciones de calor que perciben sus pies y tobillos Nicolás se mueve por todo el sitio cerrado mientras blandea su espada en actitud de combate ofensivo. Pasados 10 minutos nuevos obstáculos aparecen en escena. Del techo se sueltan como péndulos fijados al techo muchos sacos llenos de arena amarrados en su boca con gruesas cabuyas. Los sacos en movimientos no uniformes por todo el salón son esquivados por Nicolás mientras continua esquivando las velas solo con la sensación de calor que se genera sobre sus piernas y con el viento que producen los sacos de arena en movimiento.

En medio del ritual de combate, Nicolás lanza la espada contra una pieza de madera ubicada en una de las paredes del lugar, lo que permite que la espada quede perfectamente incrustada en posición perpendicular a la pared y exactamente en la mitad de la pieza. Mientras esto sucede, Nicolás continua con su rutina, aún con los ojos vendados, pero esta vez combate contra los sacos de arena en movimiento con sus puños y piernas mientras los esquiva y esquiva las velas encendidas en el piso.

La rutina se extiende hasta que los sacos se detienen, momento en que Nicolás está nuevamente en frente de su espada. Ha sido además de un ritual de combate en medio de un entorno natural simulado, una exigente rutina de entrenamiento que Nicolás repite cada vez que se ha seleccionado un candidato para aplicarle la pena de interrupción de la vida.

Han pasado 60 minutos exactos desde cuando Nicolás se encontraba erguido sosteniendo la espada. En ese momento Nicolás toma la espada, una daga dorada dispuesta debajo de la espada y un pequeño maletín negro, y luego se hace camino entre las velas encendidas apagándolas con su espada mientras llega nuevamente hacia el centro de los círculos. Allí se sienta sobre sus rodillas y se dispone a culminar el ritual con el último acto. Nicolás abre el maletín y toma un recipiente que contiene tinta negra, lo deja en el piso junto con la espada y toma la daga para calentar su punta en una de las velas del círculo interior. El ritual de combate y entrenamiento termina cuando Nicolás sumerge la punta de la daga caliente en la tinta y se tatúa un punto sobre la parte superior de su muslo. El punto no queda solo dibujado sobre su pierna porque ya en ella hay seis puntos negros tatuados cinco en una primera línea vertical y uno en una segunda línea vertical al lado de la primera. Cada punto denotaba cada personaje a quien “Dos Balas” le ha interrumpido la vida, por lo cual el séptimo punto que “Dos Balas” se estaba tatuando correspondía a la nueva víctima que acababan de descubrir Helena, Julia y el Agente Amador. Con el nuevo punto tatuado sobre el muslo de Nicolás, el ritual había llegado a su fin, y la nueva víctima había sido seleccionada. Solo restaba consumar el hecho, para lo cual “Dos Balas” abandonó la bodega para dirigirse al lugar de ubicación de la nueva víctima.

Durante el recorrido de Villamizar hacía la ciudad, en donde sus medidas de seguridad serían superiores, la caravana se topó con un bloqueo en la vía. Parecía como si estuvieran reparando calles, pero lo extraño es que aquel bloqueo no estaba cuando se dirigieron hacia el evento. Esto alertó al personal de seguridad quienes pidieron apoyo a la policía local que de inmediato se unió a la caravana con cuatro unidades más a bordo de dos motocicletas. La caravana tuvo que entrar a la ciudad capital por otra ruta que los obligaba a pasar por la plaza de mercado local. Amador fue alertado del desvío y se dirigió con más personal hacía la nueva ruta de Villamizar con el propósito de interceptarlos y apoyar la movilización de la posible víctima.

Pero “Dos Balas” se había anticipado a todo lo anterior. Fue él quien colocó la señalización de desvío obligando a la caravana a cambiar de ruta y a pedir apoyo a la policía local del municipio por donde pasaban los vehículos de Villamizar, y minutos antes del llamado del personal de seguridad de Villamizar a la policía, “Dos Balas” había logrado penetrar la estación municipal de policía, había dejado inconsciente a unos de los policiales y había tomado su uniforme. Cuando se generó el llamado de apoyo a la estación local de policía “Dos Balas” tomó hábilmente el lugar de uno de los uniformados, y con el casco puesto y lo rápido y urgente de la situación no logró ser reconocido por sus otros 3 compañeros. En unos minutos “Dos Balas” estaba en la caravana de seguridad de Villamizar montado como pasajero en una motocicleta de la policía camino a la ciudad capital a pocos metros de su nueva víctima.

Amador y sus hombres fueron muy rápidos y pudieron llegar con celeridad a la plaza de mercado por donde ingresaría la caravana a la ciudad. Con el mapa digital de la ciudad en su teléfono móvil, Amador buscó el sitio más adecuado para unirse a Villamizar y mientras contactaba al personal de seguridad del personaje para darle indicaciones, una explosión lo sacó de su estado de concentración. Una vieja y abandonada bodega de almacenamiento de víveres había explotado en frente de la caravana lo que provocó el descarrilamiento de algunos vehículos y motocicletas. De inmediato el personal de seguridad y de la policía tomó posiciones de defensa, pero en pocos segundos y en medio del caos producido por la explosión, “Dos Balas” con uniforme y casco de policía se bajó de la motocicleta con una pistola nueve milímetros con silenciador en una mano y una pistola de dardos tranquilizantes en la otra.

Con sigilo “Dos Balas” abrió levemente la puerta de atrás de la camioneta que transportaba a Villamizar, le disparó dardos tranquilizantes a los escoltas quienes no esperaban esta reacción en un uniformado policial; y con la otra mano el asesino le apuntó con la pistola nueve milímetros a su víctima. El doctor Villamizar, otrora poderoso, soberbio y siempre autosuficiente se tornó indefenso, arrinconado y lleno de pánico dentro del vehículo blindado, y sólo atinó a suplicar brevemente mientras “Dos Balas” le propiciaba dos disparos mortales, uno en el centro de la cabeza, perfectamente ubicado entre los ojos, y el otro en el pecho a la altura del corazón.

Antes que pudiera reaccionar el personal de seguridad, “Dos Balas” impactó a 3 de ellos con darnos tranquilizantes mientras se alejaba de los vehículos. Su objetivo era ingresar a un viejo edificio que estaba detrás de la caravana, pero ya Amador estaba en el sitio y pudo percatarse de la situación, así como el resto del personal de seguridad de la víctima.

Desde la distancia Amador le disparó al asesino impactándolo en la espalda sobre su chaleco blindado. El disparo lo tiró al piso, pero con agilidad sacó de su bolsillo un detonador, que al accionarlo generó otra explosión en un edificio vecino distrayendo a Amador y su equipo que trataron en primera instancia de resguardarse de la detonación.

En medio del caos Amador notó que “Dos Balas” ingresó a un local comercial y de inmediato buscó recuperarse de la explosión e iniciar la persecución. Por radio el agente dio instrucciones a su equipo para rodear el sitio mientras el mismo corrió tras el asesino. La persecución tomó varios minutos entre disparos de un lado y del otro mientras “Dos Balas” trataba de evadir el cerco saltando techos, subiendo escaleras y pasando de un local a otro. A “Dos Balas” parecía que se le acababan los recursos y la energía mientras huía del Agente Amador y su equipo, pero no estaba dispuesto a rendirse pues su tarea aún no culminaba. Amador sabía que esta oportunidad estaría lejos de volver a presentársele así que se dispuso a lograr la captura pidiendo apoyo de más uniformados para la persecución. Pronto salieron de la plaza de mercado y “Dos Balas” visualizó un puente que podría ser su última oportunidad. Al tomarlo Amador pensó que acorralarlo sería sencillo así que por radio envió a parte de su equipo al otro lado del puente para cerrarle el paso mientras el continuaba corriendo en la ruta del asesino, pero antes de poder reaccionar “Dos Balas” enganchó una especie de arnés en la baranda del alto puente, y el otro extremo del arnés lo acopló a su cinturón y sin pensarlo se lanzó al vacío justo en la parte alta del puente ante la mirada de asombro de Amador y su equipo.

“Dos Balas” se balanceó como un péndulo perpendicular al puente amarrado a él por un juego de arnés y una fuerte guaya retráctil que lo sostenía de un cinturón de seguridad que rodeaba su cuerpo. Luego de balancearse con soltura y suficiencia “Dos Balas” se soltó del cinturón de seguridad con un movimiento de manos, y al caer lo esperaba el techo de un largo camión que avanzaba a unos 60 kilómetros por hora. Luego de rodar por el techo del camión, “Dos Balas” logró controlar su cuerpo para finalmente ponerse de pie encima del camión, mientras Amador solo pudo ser testigo de primera mano desde encima del puente de como el asesino de Álvaro Villamizar se escapaba frente a la mirada de todo un equipo de entrenados miembros de la fuerza pública nacional.

En otro escenario se encontraban Helena y Julia quienes se quedaron juntas mientras el Agente Amador se dio a la tarea de apoyar el traslado de seguridad de Álvaro Villamizar hacia la ciudad. Helena aún inquieta por la presencia de Julia en aquella bodega donde descubrieron el nombre de la próxima víctima no dejó de interrogar a Julia, quien no se cansó de explicarle su presencia en el sitio. Para Julia era indispensable que Helena creyera su versión de los hechos, y sobre todo, creyera en su disposición para ayudar en este caso, así que le propuso seguir investigando con base en los hallazgos encontrados en la vieja empresa de impresiones.

Helena: Excúsame Julia, pero sigo sin entender tu presencia en la fábrica.

Julia: Helena, amiga, no pienses más en eso. Es como te lo he explicado. Mi intención es solo ayudarlos a Amador y a ti. Te propongo algo, investiguemos el computador que encontramos en la fábrica. De pronto hallamos alguna pista mientras amador se encarga de la protección de Villamizar.

Helena: Y que propones?

Julia: Pues revisemos con detalle el equipo que encontramos. Busquemos quien nos pueda ayudar

Helena: Listo mujer, vayamos a la casa de mi padre. Él es un empresario de la tecnología y tiene equipos en su casa que nos pueden ayudar a agilizar el proceso de revisión.

Julia: Claro Don H Enrique, lo recuerdo y recuerdo su especial inclinación por la tecnología y los sistemas de información. Y como está el?

Helena: De maravilla. Vamos y en el camino te cuento. Le ha ido muy bien con su empresa. Hoy es proveedor de software y hardware especializado para grandes empresas y para el gobierno. Vamos y lo saludas.

Al llegar a la casa de Don H Enrique a las afueras de la ciudad Helena recibe la llamada de Amador quien le cuenta con detalle el fatal desenlace de Álvaro Villamizar. Helena que aún no se acostumbraba a recibir este tipo de noticias no salía de su asombro. Una vez más “Dos Balas” los utilizó para cometer sus crímenes y lo hizo en frente de todos. Aunque esta vez estuvo cerca de ser atrapado, las actuaciones de “Dos Balas” comenzaban a tomar tientes memorables, y era justo eso lo que quería el criminal, que no desaprovechaba escenarios para generar figuración en la prensa nacional y apoyo ante la opinión pública.

Don H. Enrique: Hola hija, pasa por favor, no esperaba verte hoy.

Helena: Recuerdas a mi amiga Julia de la universidad?

Don H. Enrique: Claro que sí. Hola Julia, que sorpresa tenerte por acá, bienvenida, cómo estás?

Julia: Muy bien Don H. Muchas gracias por preguntar, y usted cómo está?. Qué pena me da incomodarlo, pero imagino que ha escuchado de las actuaciones criminales de alias “Dos Balas”

Don H. Enrique: Estoy muy bien Julia, gracias. Claro que he escuchado sobre ese criminal, es terrible lo que está pasando, y es terrible el apoyo que la ciudadanía le está dando, y por supuesto que ustedes no me incomodan. En que puedo ayudarlas?

Helena: Papá “Dos Balas” volvió a actuar hoy. Acaban de asesinar a Álvaro Villamizar cuando ingresaba a la ciudad luego de asistir a un evento benéfico. El asesino se infiltró entre el personal de seguridad de Don Álvaro y luego de una explosión en la plaza de mercado Don Álvaro terminó con dos balas en su cuerpo, tal y como las otras víctimas. Julia quiere ayudarnos y nos hemos puesto a la tarea de indagar. Te cuento que investigamos los asesinatos con el apoyo de un agente de la DNI.

Don H. Enrique (visiblemente consternado): Es terrible. Yo conocía a Álvaro y conozco a su familia, como pudo pasar algo así por Dios, que está pasando en este país. Pero entiendo que este sujeto asesina a quienes han tenido algún antecedente criminal, eso dice la prensa, pero este no es el caso de Álvaro, era un hombre ejemplar, que pasó allí?.

Julia: No lo sabemos Don H., y eso es lo que justamente queremos averiguar. Tenemos un computador que utilizó “Dos Balas” y queremos revisarlo con la tecnología que usted tiene disponible.

Don H. Enrique: Claro que si mijita. Aquí tienen todo lo que necesitan. Vayamos al estudio y allí podremos averiguar más. Quiero decirles que me preocupa mucho que ustedes se involucren en esto, puede ser peligroso, pero mis equipos están a su disposición.

Julia: Don H. no se preocupe, solo revisaremos y le pasaremos la información a la DNI.

Con la tecnología disponible Julia, experta en computación, se conectó y revisó el equipo de cómputo encontrado en la vieja fábrica. Julia puso a correr algunas rutinas de desencriptación, hackeó un correo electrónico encontrado, así como la web de “Dos Balas” e ingreso a los códigos fuente de la página. Cada hallazgo se lo comentaba a sus acompañantes quienes no perdieron la atención sobre la labor de Julia en ningún momento. En los códigos fuente de la web encontró una rutina que no concordaba con el programa computacional que le daba vida a la página de “Dos Balas”, lo que le indicó por su experiencia que podría ser la firma o sello de distinción del programador. Aisló la rutina y la puso a correr sola encontrando un logo símbolo que se le hizo muy familiar. De manera remota, Julia se conectó con el equipo de cómputo de su casa y puso a correr un programa de comparación de imágenes para ver si encontraba alguna coincidencia o alguna pista sobre el logo símbolo utilizado como firma de los códigos fuente de la web de “Dos Balas”. Incluso conectó dos equipos de cómputos de manera remota con su casa para agilizar la búsqueda.

El software de comparación se tardó unos minutos por la cantidad de imágenes guardadas en el equipo de Julia en su casa, tiempo que le sirvió a los presentes para charlar sobre el caso. Don H. Enrique les insistió sobre los peligros que podrían derivarse para ellas de seguir adelante con esta investigación, y de manera especial se dirigió a su hija pidiéndole entregar todo lo encontrado a las autoridades y apartarse de este caso, pues para Don H. “Dos Balas” había mostrado no tener ningún reparo al momento de cometer sus crímenes. Ambas mujeres tranquilizaron a Don H. manifestándole que su intención era solo ayudar y que de ninguna manera pondrían en riesgo sus vidas, pues solo querían poder encontrar información útil para entregársela al Agente Amador quien se había mostrado como una persona confiable y capaz.

Después de unos minutos los equipos de cómputo en casa de Don H. encontraron lo que Julia estaba buscando. Habían encontrado que el logo símbolo era de un viejo conocido de Julia. Era un curtidísimo programador de computadores que en tiempos de universidad se había destacado por sus logros computacionales, y que luego de graduado tuvo algunas apariciones en los medios de comunicación como hacker de bancos y webs de entidades oficiales, pero que de manera repentina se supo de su muerte algunos años atrás luego de un extraño accidente automovilístico.

Helena y Julia parecían recorrer laberintos con caminos sin salida ante la mirada inquieta y preocupada de Don H. pero no parecían querer descansar. Con esta pista Julia siguió indagando pues con el nombre del viejo conocido programador se podía seguir la investigación. El día avanzaba y las dos mujeres no tenían intensiones de parar. Don H. se resignó y les preparó comida mientras las mujeres seguían cada pista encontrada.

Julia siguió la pista de su viejo conocido de universidad que la condujo a confirmar la existencia de un viejo grupo de hackers universitarios. Durante su vida en el alma mater Julia siempre escuchó rumores acerca de la existencia de “Los Entrometidos”, pero nunca pudo saber si existían de verdad. La información encontrada indicaba que el grupo era real y su viejo conocido de la universidad hacía parte activa del grupo. Esta información le permitió encontrar varios nombres de los que presuntamente pertenecieron a “Los Entrometidos”, y de aquí se desprendió un primer e importante hallazgo. Julia reconoció el nombre de uno de “Los Entrometidos”. Era un empleado de una de las empresas del grupo donde trabajaba su esposo Nicolás. Julia no le comentó acerca del hallazgo a Helena por temor a enlodar a la empresa a la que pertenecía su esposo, y de la cual Nicolás era además accionista. Julia quería indagar más antes de sacar a la luz la empresa de Nicolás, así que decidió entregarle a Helena otras pistas.

Julia: Helena yo pienso que debes investigar más sobre la familia de mi compañero de universidad. Debemos saber qué pasó con su muerte, como fueron los hechos. Tenemos que saber todo sobre esa muerte, pues de ahí podremos encontrar más información sobre el caso.

Helena: Tienes Razón Julia. Ya mismo me pongo en eso. Y tú que vas a hacer?

Julia: Me voy para mi casa a seguir buscando pistas.

Helena: Listo, yo voy a buscar datos de la familia de tu excompañero de universidad y los voy a visitar. Movámonos en ese sentido y hablamos más tarde.

Julia: Listo amiga, ahorita nos vemos. Don H. muchas gracias por su apoyo y por sus consejos. Yo por lo pronto una vez llegue a mi casa voy a lanzar una rutina de búsqueda en la red para averiguar quiénes trabajaron con mi excompañero de la universidad antes de su muerte. Eso nos permitirá saber dónde buscarlos para que tu Helena o Amador puedan conversar con ellos. Tiene que ser de utilidad para nosotros saber quiénes eran los compañeros de mi viejo conocido en estas lides del hackeo.

Don H. Enrique: Muy bien muchachas, por aquí siempre serán bienvenidas, y estos equipos están a su disposición. Por favor tengan mucho cuidado. Helena por favor mantenme informado.

Las dos mujeres salieron de la casa de Don H. Enrique con intenciones de profundizar sobre sus hallazgos.

Lo primero que hizo Julia fue visitar a la empresa de su esposo. Ella no tenía ningún problema para ingresar, pues en el pasado ya lo había hecho para ayudar a Nicolás, así que aprovechó esta condición para colarse en la empresa y sentarse a revisar el servidor. Desde el servidor accedió al terminal de la persona cuyo nombre reconoció como empleado de la empresa, revisó todos los recursos del equipo y encontró que una memoria estaba oculta dentro del equipo. La revisó rápidamente y todo su contenido lo envió vía email a Helena y a otro correo de su propiedad. Uno de los archivos encontrados estaba siendo compartido de manera remota con otro equipo de cómputo del que no pudo obtener mayor información pues estaba protegido contra intrusos, pero logró extraer un mensaje de texto enviado desde el equipo remoto hacía un teléfono celular. El mensaje sin remitente visible decía “Has dejado cabos sueltos, la misión de limpieza está comprometida, una periodista y una experta en computación han descubierto datos que comprometen la integridad de nuestro propósito natural”. Parecía que “Los Entrometidos” realmente existían y además estaban involucrados con “Dos Balas”. La curiosidad de Julia no cesó, y por el contrario aumentó incluso olvidándose por un momento de los peligros que significaban sus investigaciones y hallazgos preliminares.

En cuestión de minutos creó una rutina para rastrear a “Los Entrometidos”, y hacer además un rastreo de todas las conexiones internas y externas hacía y desde el servidor que revisaba Julia en la empresa de Nicolás. La sorpresa fue mayúscula cuando descubrió que una de las conexiones del servidor era con su propia casa. El hallazgo era sumamente extraño, pues en la casa de Julia, a pesar de haberse acompañado de empleadas del servicio en varios momentos, el acceso a los computadores había sido únicamente del resorte de ella y de su esposo Nicolás. Era momento de hablar con su pareja, así que lo llamó, le contó por teléfono todos los detalles de su hallazgo y le pidió que se vieran en su casa para profundizar en el tema. Nicolás le manifestó que estaba lejos, pero que en efecto debían hablar de inmediato, así que le propuso que el encuentro se llevara a cabo en una bodega de propiedad de Nicolás, ubicada en la zona industrial de la ciudad a la orilla del rio. Julia acepto sin reparos pues la confianza hacia su esposo era amplia. Además, para Julia ya era necesario involucrar y pedirle ayuda de verdad a Nicolás acerca de este caso, y mucho más en este momento en donde la empresa donde laboraba y de la que era accionista Nicolás parecía tener vínculos con los sucesos y actividades de “Dos Balas”.

Nicolás apenas se recuperaba de los golpes sufridos en la persecución durante el episodio que le causó la muerte al Doctor Álvaro Villamizar cuando recibió la llamada de su esposa. En la llamada le indicaba que sus pesquisas con Helena estaban dando frutos, y que solo restaba correr un programa de búsqueda masiva por Internet creado por ella para dar con la identificación de “Dos Balas”.

El programa fue parametrizado por Julia para buscar por Internet nombres y datos con base en los nombres de los miembros de “Los Entrometidos” hallados, así como conexiones desde y hacia el equipo de cómputo de su casa y del servidor de la empresa de Nicolás. Con sus habilidades Julia creó una especie de Google hecho a la medida del caso, pero por las características de la búsqueda que le configuró sabía que esta labor tardaría tal vez dos o tres horas, así que configuró el servidor para que los hallazgos fueran enviados a su correo electrónico por pedazos en la medida en que fuera logrando resultados en la búsqueda.

La sorpresa de Nicolás fue enorme pues se dio cuenta que Julia, su propia esposa, estaba potencialmente cerca de descubrirlo, así que se movió rápido. En la bodega a donde había sido citada Julia, Nicolás tenía una sala alterna de cómputo en donde podría trabajar mientras Julia llegaba. Era menester cubrir los rastros dejados y desaparecer todos los datos y trazos de las investigaciones de Julia y Helena. La labor de “Dos Balas” aún estaba lejos de concluir, pero no podría seguir adelante sabiendo que existía la posibilidad de ser descubierto. Nicolás trabajo duro durante los minutos previos a la llegada de Julia a la bodega, y una de sus principales tareas era detener la rutina de búsqueda que su esposa había puesto a correr.

Durante algunos segundos lo pensó, y recordó que dentro del plan de “Dos Balas” no solo estaba la interrupción de la vida de sus víctimas, sino también el envío de un mensaje masivo y ejemplarizante para todos aquellos que quisieran seguir abusando de su poder y posiciones de privilegio para enriquecerse a costa de la sociedad. Era una idea que tenía reservada para más adelante, pero por las circunstancias parecía que ya era el momento adecuado para dar el paso. Era importante para los propósitos de “Dos Balas” lograr que su criminal labor generara irónicamente el apoyo ciudadano, y esto ya lo estaba logrando desde aquella vez que a través de su web le pidió a la ciudadanía que escogiera a sus próximas víctimas. El apoyo ciudadano a “Dos Balas” había crecido con el tiempo, pero era el momento de dar un paso más contundente.

Con sus habilidades computacionales Nicolás hackeó e ingresó a los sistemas computacionales de todas las entidades financieras del país, y ya dentro, ubicó y tomó el control de las cuentas bancarias de todas sus víctimas mortales hasta el momento. Los recursos económicos que poseían las cuentas bancarias intervenidas ascendían en total a la suma de 120 billones de pesos. Era una suma considerable de dinero que estaba dispuesto a ponerla al servicio de su causa. Lo primero que hizo fue tomar 10 billones para el y distribuirlos en cuentas bancarias de su propiedad distribuidas en paraísos fiscales ubicados en varias partes del planeta, y el dinero restante estaba dispuesto a distribuirlo y repartirlo a toda la sociedad. Pero como haría la repartición?.

Con un programa informático que ya había creado en el pasado Nicolás subió a su página web el siguiente mensaje, seguro de que sería masivamente leído por la popularidad alcanzada por la web en los últimos días: “Apreciados ciudadanos, es hora de retribuirles por el esfuerzo y la cuota de sacrificio que ustedes les ha tocado pagar por el solo hecho de ser miembros de una sociedad corrupta y tomada por la clase política y empresarial. La naturaleza les va a regresar lo que les ha sido robado. La naturaleza les va a entregar lo que les pertenece por derecho social. Los recursos económicos de las personas a las que “Dos Balas” les interrumpió la vida son de ustedes, y entre ustedes me encargaré de repartirlos. Actualmente están bajo mi control todas las cuentas bancarias de aquellas manzanas podridas que me ha tocada extirpar, y los recursos económicos que allí encuentre son de ustedes, son de toda la sociedad. Los invito a acceder al siguiente enlace y luego de responder a un sencillo cuestionario y de entregar el número y entidad financiera de su cuenta bancaria les será consignada a su favor la suma de 10 millones de pesos.

En cuestión de minutos todo el país estaba intentando responder el cuestionario que incluía 30 preguntas sobre las víctimas de “Dos Balas”, preguntas sobre la sociedad, y preguntas a la ciudadanía para saber si estaban o no de acuerdo con las actividades criminales de este justiciero del Siglo XXI. El mensaje se regó masivamente y a los pocos minutos se dieron los primeros ganadores de los 10 millones de pesos, los cuales eran igualmente publicados en la web de “Dos Balas”. Cada ganador verificaba su saldo, incluso algunos, incrédulos de lo que estaba sucediendo, se fueron a sus bancos a retirar la suma de dinero y al lograrlo no dudaron en publicar mensajes por redes sociales confirmando el ofrecimiento de “Dos Balas”. Todo el país estaba intentando acceder a la web y al cuestionario, lo que generó una congestión en Internet nunca antes vista.

Internet se volvió lento y en algunas ocasiones se bloqueaba por varios minutos y hasta varias horas, pero era justamente esto lo que quería Nicolás, pues ante estos bloqueos masivos de la red de redes, muchos paquetes de datos comenzaron a perderse, y muchos programas computacionales que corrían en la red comenzaron a bloquearse y a detenerse masivamente, incluido el que Julia puso a correr para ubicar a “Los Entrometidos” y a ”Dos Balas” luego de las pistas encontradas con la ayuda de Don H. Enrique.

La situación en Internet fue caótica en cuestión de minutos, así que Julia pudo notarlo mientras se dirigía a la bodega a encontrarse con Nicolás. Para Julia fue muy extraño el comportamiento de Internet, y como desconocía la última publicación de “Dos Balas” no lograba darle explicación a este hecho, pero una vez más puso a prueba sus habilidades, y desde su teléfono celular trató de contrarrestar la lentitud y los bloqueos de Internet, tratando de lograr resultados en sus pesquisas antes de su encuentro con su esposo.

Al llegar a la bodega Julia pudo observar que Nicolás estaba sentado en un computador con la página de “Dos Balas” abierta.

Nicolás: Hola amor, como estás?

Julia: Que haces Nicolás?

Nicolás: Siempre subestimé tus conocimientos y habilidades computacionales. Me sorprende todo lo que has encontrado.

Julia: Y como sabes que he encontrado?

Nicolás: desde aquí puedo verlo.

La actitud de Nicolás comenzaba a inquietar a Julia quien se encontró una mega sala de cómputo en aquella bodega, cuya existencia era totalmente desconocida para ella. Nicolás se acercaba lentamente a su esposa mientras seguía la charla.

Julia: Nicolás un empleado de tu empresa parece estar relacionado con “Dos Balas”. Sabías algo al respecto.

Nicolás: Si mujer.

Julia: Como así que lo sabías? Y que hiciste al respecto?

Nicolás: Nada.

Julia: Nicolás, que está pasando aquí?

Nicolás: Te voy a contar. Realmente no hay ningún empleado en mi empresa relacionado con “Dos Balas”. Me tocó generar esa distracción como un mecanismo de escape en caso que alguien lograra acercarse demasiado.

Julia: Acercarse a que?

Nicolás: Creo que ya comienzas a deducirlo Julia.

Julia: Nicolás que está pasando aquí?

Nicolás: Pues que tu excompañero de universidad, aquel buen hacker no murió en un accidente. Pero eso tú ya lo sabías, o no?. Además, “Los Entrometidos” realmente no existen, pero eso tú ya lo sabías, o no?

Julia: Y entonces que paso con el hacker y “Los entrometidos”?

Nicolás: Fueron y han sido muy útiles para mi, pero ya no era procedente que siguieran acompañándonos.

Julia: que has hecho Nicolás?

En ese instante y luego de algunas maniobras computacionales que Julia logró ejecutar desde su teléfono móvil camino a la bodega, le llegó una alerta a su teléfono. En la alerta se leía que aquel mensaje que decía “Has dejado cabos sueltos, la misión de limpieza está comprometida, una periodista y una experta en computación han descubierto datos que comprometen la integridad de nuestro propósito natural” había sido enviado desde un computador de la casa de Don H. Enrique y había sido recibido en el celular de Nicolás.

La sorpresa para Julia fue monumental. Acababa de descubrir que su esposo era “Dos Balas” y que el padre de Helena parecía ayudarle en sus propósitos. Era un tenebroso hallazgo que le permitía a Julia explicarse muchas cosas del pasado, pero que de inmediato la hizo suponer que aquella bodega no era más que una trampa mortal para ella. Julia miró a su alrededor buscando vías de escape, pero antes que pudiera reaccionar Nicolás le había clavado un cuchillo en su estómago.

Nicolás la abrazó mientras se desplomaba agonizante, y lentamente la acostó sobre el piso, mientras él se arrodillaba frente a ella para verla morir. En la mirada aún viva de Julia se notaba el desconcierto y la decepción que le generaba aquel terrible descubrimiento. Julia en silencio sufriendo por la herida mortal que le generó el cuchillo y por la herida moral que le generó su esposo fue sintiendo como su vida se diluía sin poder hacer nada al respecto, y Nicolás inició un monólogo que terminó sólo cuando Julia cerró sus ojos ya fallecida.

Nicolás: Realmente te amé Julia, pero mis propósitos para con la naturaleza estaban por encima de ese amor. Te metiste en mi camino y tenía que impedir que siguieras adelante. Desearía no haber tenido que llegar a este momento, pero tú misma te esforzaste por encontrar tu muerte. Mi propósito está por encima de mí y de ti, mi propósito es proteger a la humanidad y a la naturaleza de aquellos que le hacen daño día a día, y en ese propósito nada ni nadie puede cruzarse. Hubiera deseado vivir a tu lado toda mi vida y juntos disfrutar al final del camino de mi obra, pero no fue así. Eres una buena mujer ubicada en el sitio equivocado, y yo lo lamento de corazón, pero así debe terminar para aquellos que quieran ser un obstáculo para la naturaleza y para la humanidad. Sabes, creo que Helena es una buena mujer, y pienso que con esta es una buena oportunidad para acercarme a ella, y de repente rehacer mi vida a su lado. Sería una buena idea, no crees?, y así podré controlarla como lo hice contigo todo este tiempo de casados. Solo espero que su desenlace no se parezca al tuyo.

Fueron varios minutos de sufrimiento para Julia hasta que la muerte finalmente se la llevó, y con ella la mortificación producida por la cínica declaración de Nicolás su esposo.

De inmediato Nicolás se dispuso a cubrir los rastros de la muerte de Julia. Tenía que parecer un accidente para no concentrar los esfuerzos investigativos de Helena y Amador en esa muerte. La cargó y la montó en el vehículo de Julia, y se dispuso a llevarla al sitio donde debía ser encontrada. A las afueras de la ciudad encontró un barranco que le pareció indicado, y luego de algunas maniobras ubicó a Julia en el puesto del conductor y puso a rodar el vehículo barranco abajo no sin antes colocar una carga explosiva controlada de manera remota desde su celular. Una vez el vehículo rodo y dio vueltas por la montaña con Julia en su interior sujeta al puesto de conductor por el cinturón de seguridad, Nicolás accionó la carga explosiva. La detonación fue menor, pero lo suficiente para lograr que el vehículo se incinerara con Julia en su interior. No quedarían rastros ni pruebas en el vehículo luego de la acción de las llamas. Y con una bicicleta que sacó del vehículo antes de lanzarlo al vacío Nicolás regresó a la ciudad. En pocos minutos un residente del sector que notó la explosión alertó a las autoridades quienes se dispusieron a revisar el sitio encontrando los restos del vehículo y de Julia.

A la mañana siguiente cuando Helena y el Agente Amador estaban juntos haciendo un resumen y análisis de los hechos, Amador recibió la noticia que de inmediato le comunicó a Helena. Julia había fallecido en un trágico accidente automovilístico. La tristeza y desconsolación fue mayúscula para ambos, pero nunca sospecharon de algo extraño en la muerte pues el camino donde encontraron el cuerpo de Julia correspondía a la ruta que debía tomar desde la casa de Don H. Enrique hacia su casa a donde dijo previamente que iría.

La investigación de Amador y Helena se distrajo por unos días mientras se recuperaban de este impacto, y mientras además se desarrollaban las actividades relacionadas con las honras fúnebres de Julia. El día del entierro fue verdaderamente triste. Muy concurrido estaba el cementerio central de la ciudad, y en medio de todo el dolor se encontraba Nicolás, totalmente desconsolado. Helena no pudo evitar acercársele para ofrecerle su apoyo en este difícil momento, y Nicolás aprovechó la situación para generar una mayor cercanía a la bella periodista. En los días posteriores a la muerte de Julia, Helena pasó bastantes horas al lado de Nicolás. Helena lo sentía y asumía como una obligación que tenía y que tomaba con cierto sentimiento de culpa pues Julia se involucró en la investigación debido a la cercanía con la periodista. En el acercamiento que se extendió por varias semanas Helena no pudo evitar sentir atracción por Nicolás quien se mostraba con altos niveles de sensibilidad.

El agente Amador seguía en su investigación, y al comentarle los avances y hallazgos a Helena, ella no parecía mostrar mayor interés. Para Helena la prioridad se concentró en estar al lado de Nicolás quien no desaprovechó la oportunidad para generar una amistad con la periodista. Amador no descansó y siguió las pistas que hasta el momento estaban disponibles, pero al comentárselas a Helena, no parecían interesarle de momento. Amador insistió pero no encontraba a la misma mujer dispuesta de antes, aunque curiosamente el trágico final de Julia también pareció unir con mayor fuerza a Amador con Helena. La amistad creció y de manera paralela también creció el acercamiento entre Nicolás y Helena.

Habían transcurrido tres meses de la muerte de Julia cuando un hecho generó un cambio profundo en el escenario íntimo de los involucrados. En medio de una visita de Helena a Nicolás, y aún con el recuerdo vivo de Julia en las charlas de Nicolás y Helena, un acercamiento entre ellos terminó en un corto beso. Helena reaccionó con vergüenza y buscó retirarse de la escena mientras Nicolás no paraba de excusarse por el episodio, pero el beso ya se había dado, y en lo sucesivo este hecho no pararía de marcar la relación entre el viudo y la periodista.

Helena reaccionó alejándose de Nicolás buscando refugio en Carlos Amador mientras trataba de olvidar el hecho. La investigación de Amador seguía a pesar de percatarse de la evidente distracción de Helena, que de momento no dudó en alejarse de Nicolás.

Amador sintió que Helena volvía a acercarse sin entender porque, pero aprovechó esta circunstancia para generar espacios donde pudieran compartir juntos pues Amador comenzaba a sentirse atraído por la periodista.

Con el pasar de los días Amador lograba pasar más tiempo con Helena y juntos comenzaron a retomar la investigación en contra de “Dos Balas” basados en indicios y pistas encontradas en el camino. Helena aún perturbada por el beso con Nicolás trató de seguir adelante con Amador, y en medio de la investigación otro beso logró desequilibrar a Helena. Esta vez el beso había sido con Amador en medio de largas horas de trabajo investigativo.

En cuestión de semanas Helena enfrentaba un dilema moral y sentimental, pues por un lado era evidente la atracción por Nicolás, a pesar de haberlo dejado de ver por varias semanas, y por otro lado Amador le ofrecía comodidad, placer y seguridad y eso la hacía sentir bien a su lado. A ninguno de los dos quiso ilusionar, pero cada vez que se veía con alguno su atracción incrementaba.

Sin proponérselo Helena estaba en medio de un triángulo amoroso que no la incomodaba desde el punto de vista sentimental, pero que le generaba arrepentimientos desde el punto de vista profesional y moral. Se cuestionaba a sí misma una y otra vez pues el uno era el esposo viudo de su amiga y el otro era el agente que conducía la principal investigación policiaca en la que ella había estado involucrada.

En medio del dilema nuevamente una noticia logró sacarla de su aparente estado de estabilidad, pues “Dos Balas” había vuelto a actuar. Esta vez las víctimas no habían sido ultimadas en público, pero las características eran idénticas a las anteriores con relación a la forma en que fueron asesinadas. Dos agentes de la División Nacional de Inteligencia, compañeros de Amador habían aparecido juntos y desnudos en la habitación de un hotel con dos impactos de bala cada uno.

El desconcierto para Amador fue mayúsculo, así que luego de haberse enterado se volcó hacia la página web de “Dos Balas” para encontrar información con respecto a las nuevas víctimas. Una vez más la información era abundante en contra de los dos agentes muertos. Un compendio de fotos, registros de prensa, videos que evidenciaban sobornos recibidos y hasta documentos clasificados habían sido publicados, y en todos aparecían el uno, el otro o ambos agente muertos relacionados con actividades criminales en el pasado. Nada parecía tener relación con la investigación de la división en contra de “Dos Balas”, pero la evidencia era concluyente con respecto a las actividades que las dos nuevas víctimas habían desarrollado en el pasado.

Para Amador y Helena era como volver a comenzar de nuevo pues las pistas que seguían no parecían llevarles a nada, y aquellos indicios del pasado que se mostraban como importantes perdieron su hilo conductor una vez Julia falleció.

Lo que sí avanzó fue la cercanía entre Amador y Helena que luego de horas de trabajo investigativo volvieron a cruzarse con un improvisado beso que terminó llevándolos a la cama. El encuentro sexual fue intenso y apasionado, pero a la vez lleno de romance y ternura. En medio de la fogosidad parecían entenderse muy bien en la cama Helena y Amador, y mientras duró fue disfrutado al máximo por sus dos protagonistas. En la mañana siguiente Helena se encontraba totalmente desconcertada y confundida, y Amador se notaba muy cómodo con lo que parecía el inicio de una nueva relación para él, situación que en los últimos años había sido esquiva.

Amador: Buenos días Helena. Es una linda mañana, no lo crees?

Helena: Carlos, no quiero que me malinterpretes, pero no estoy pensando claro últimamente. Lo de anoche fue increíble, pero creo que no ha debido pasar.

Amador: Tranquila nena, puedo entenderlo. Sé que no es el mejor momento para una relación, pero sólo quiero que pienses que si sucedió es porque tenemos posibilidades de hacer una vida juntos.

Helena (con tono enérgico): No Carlos, no podemos concluir eso. Para mí fue un momento maravilloso, y tú eres una persona especial, pero quiero que tengas claro que para mí esto de anoche no está del todo bien. Creo que fue apresurado. Es claro que me gustas, pero las cosas deben tener su momento. Te pido que no nos apresuremos. No estoy lista para tener una relación en estos momentos.

Amador (absolutamente desconcertado): Porque?. Que pasa Helena?. Sentí que nos entendimos, y sentí que todo fluyó de manera natural.

Helena: Así fue, pero en este momento no puedo ofrecerte nada. Ahora me voy, y te pido que en lo sucesivo nos concentremos en la investigación. Por la memoria de Julia no podemos detenernos… Ni el amor ni el sexo son prioridad para mí en estos momentos, y en eso debemos estar de acuerdo.

Amador: Claro, así será.

Saliendo de la casa de Amador con la mente enredada y llena de confusiones, Helena recibe una llamada de Nicolás que termina de desestabilizarla. Nicolás por teléfono le expresa que desde aquel beso no ha dejado de pensarla y que a pesar de sentirse culpable pues aún extraña a Julia, él siente que algo fuerte la une a ella. Helena agobiada por los hechos le pide que no la llame más, y que cuando ella esté lista lo buscará para conversar del tema.

Nicolás cuelga el teléfono mientras sale caminado con tranquilidad y suficiencia de aquella bodega donde él realizaba su ritual antes de cada asesinato. Aún sudado acababa de repetir su rutina de muerte pues se disponía, por mandato de la naturaleza, a interrumpirle la vida a otro ser humano.

Helena confundida con la llamada y con la noche anterior al lado de Amador se dirigió a la casa de su padre, en busca de consejo, o de pronto de compañía, o tal vez de consuelo, o en últimas de apoyo moral. Ante su drama personal no tenía a quien acudir. Aunque sabía que a su padre no sería capaz de contarle nada, para ella sería motivo de regocijo y tranquilidad su mera compañía.

Don H. Enrique: Hija, que agradable sorpresa, que te trae por aquí?

Helena: Padre, solo quería saludarte, abrazarte y darte un beso. Como has estado?

Don H. Enrique: Muy bien hija. Me alegra mucho tu visita, aunque debo decir que te noto algo afectada. Que te sucede?

Helena: Padre, estoy confundida, mi mente no encuentra reposo, pero tranquilo, no debe preocuparte, en un rato estaré bien.

Don H. Enrique: Como no preocuparme hija, te notas contrariada, dime en que te puedo ayudar.

Helena: En este momento papi, solo quiero que estés a mi lado. En un rato debo ir al funeral de los dos agentes asesinados por “Dos Balas”, pero mientras tanto, solo quiero estar aquí.

Don H. Enrique: Aquí estoy para ti mi niña. Voy a traerte un té que logre tranquilizarte, y de aquí nos vamos juntos. Yo también tengo pensado ir al funeral.

Helena: Listo, me encanta que podamos ir juntos al cementerio, y te recibo con gusto el té.

Mientras Don H. se dirige a la cocina, Helena recorre desprevenida el estudio de su padre, observando todo, sin intensión, pero con su acostumbrado semblante analítico. Mientras observa se sienta en el computador de su padre y al necearlo nota que una foto se despliega sobre la pantalla. Era un grupo de personas entre las que estaban su padre y en el otro extremo Nicolás. Helena no tenía claro que su padre y Nicolás se conocían, y aunque la foto no lo confirmaba, era curioso que los dos personajes hubieran estado juntos en un evento y su padre no le hubiera contado detalles al respecto.

Helena: Padre no sabía que tu conocías a Nicolás.

Don H. Enrique: A quien?

Helena: A Nicolás. Al esposo de Julia, mi amiga?

Don H. Enrique: Se quien es, claro que sí, pero conocerlo, no.

Helena: Y que hacen juntos en esta foto?

Don H. Enrique: Bella hija, son muchas las fotos que me he tomado en la vida, no recuerdo con precisión esa, pero seguro será algún socio comercial, déjame verlo con detalle?

Helena (mientras acaba su té): Tranquilo padre. Más bien alistémonos para irnos al funeral de los compañeros de Amador.

Don H. Enrique: Listo.

Entre los planes de Nicolás estaba fortalecer su cercanía con Helena, para lo cual el funeral era un momento propicio por la sensibilidad de todos los presentes en un evento de esta naturaleza. Por esta razón la nueva actuación de “Dos Balas” debía ser diferente.

Nicolás, luego de cumplir con el ritual acostumbrado en aquella bodega, y antes de la llamada a Helena, preparó un sofisticado circuito electrónico capaz de accionar un arma de fuego de largo alcance de manera remota y/o programada en contra de la víctima seleccionada por “Dos Balas”. El aparato electrónico, hecho para guardarse en un cómodo y práctico maletín, estaba dotado de una cámara de video inteligente capaz de reconocer a grandes distancias un rostro previamente programado (el de la nueva víctima), y al identificar el rostro, el sistema contaba con un mecanismo hidráulico conectado a otro circuito electrónico encargados de accionar el arma de fuego. Nicolás había probado el mecanismo en la bodega en varias oportunidades así que tenía plena confianza en su funcionamiento en el cementerio.

Con tres horas de antelación Nicolás se dirigió a un edificio de cinco pisos cercano al cementerio a unos 200 metros del sitio donde se llevarían a cabo las honras fúnebres. Para ingresar al edificio, Nicolás estaba vestido con un atuendo que lo hacía parecer como personal de mantenimiento. En la azotea Nicolás con guantes quirúrgicos abrió la maleta y ubicó el dispositivo en la posición exacta requerida para que el disparo se dirigiera al sitio del funeral. La ubicación tenía que ser precisa pues el reto era poder impactar a la víctima con dos balas como en los otros asesinatos. La maleta con el dispositivo y el rifle de largo alcance fueron fijados al piso con tornillos para garantizar su estabilidad y ubicación exacta. Una vez todo estuvo en posición, Nicolás encendió y sincronizó el dispositivo con su teléfono móvil celular, desde donde también podía accionar remotamente la maleta. Con los dos equipos electrónicos sincronizados, Nicolás pudo ver desde un aplicativo en su celular la imagen que captaba la cámara inteligente acoplada a la maleta, y de ser necesario, desde el celular podía accionar el rifle de largo alcance.

Cada detalle fue preparado por Nicolás para que nada saliera mal, incluso, como método de escape sin pistas, Nicolás le colocó pequeñas cargas explosivas adhesivas en varios puntos del rifle y la maleta, y luego de terminar su obra se quitó el traje de mantenimiento y quedó impecablemente vestido para acompañar a Helena en las honras fúnebres de los dos agentes de la DNI asesinados.

Helena llegó al cementerio central con su padre y allá se encontró a Nicolás quien se notaba compungido y afectado por las muertes. Helena no dudó en acercarse a él para saludarlo y de inmediato Nicolás la abrazó. En medio de lágrimas y abrazados ambos recordaron juntos la trágica muerte de Julia.

Este hecho sirvió para que Nicolás, Helena y Don H. Enrique se quedaran juntos durante toda la ceremonia con los brazos entrelazados Don H. Enrique con su hija, y Helena con Nicolás.

Al llegar el Agente Amador en compañía del equipo de trabajo de la DNI notó a Helena cerca a Nicolás, lo que le produjo un profundo cosquilleo de incomodidad luego de la apasionada noche que habían pasado juntos. Para Amador el comportamiento indeciso de Helena no parecía tener una explicación lógica hasta que la vio abrazada con Nicolás, pero él prefirió no distraerse de lo que lo convocaba al triste evento, pues sabía que la cercanía entre Nicolás y Helena podía ser solamente causada por las circunstancias relacionadas con las muertes de “Dos Balas”.

Amador saludo a Helena y sus acompañantes y se ubicó cerca en espera del inicio del funeral. Uno a uno se fueron ubicando en el sitio los presentes en actitud de respeto y conmoción.

Afuera y en las callecitas del cementerio una multitud de personas gritaban arengas de apoyo a “Dos Balas” y de repudio contra los agentes corruptos asesinados. El ambiente estaba muy caldeado pues los manifestantes no dejaban de gritar palabras de apoyo al asesino, pues consideraban que su labor era una obra de limpieza social necesaria. La situación se tornó tensa y el DNI tuvo que tomar medidas de seguridad y protección para acordonar el sitio del funeral y evitar que los manifestantes se tomaran el lugar. No era posible prohibirles que estuvieran allí, así que el personal del DNI solo se limitó a generar un anillo de seguridad para proteger el funeral y a quienes estaban en el. La muchedumbre no paraba de gritar en apoyo a “Dos Balas”, lo que era mostrado en directo por los principales canales de televisión quienes no se querían perder el desarrollo de esta noticia. Era el funeral de dos presuntos agentes corruptos de la DNI, la principal agencia de inteligencia e investigación judicial del país, y era nuevamente la presencia de simpatizantes del asesino y justiciero anónimo conocido como “Dos Balas”. Con este escenario las principales cadenas noticiosas se hicieron presentes en el sitio, e incluso una de ellas acompañaba el evento desde el aire con un helicóptero dotado de cámaras de video y periodistas.

Siguiendo el protocolo de la DNI, al lado izquierdo de los cajones se ubicarían 3 hombres de la agencia de seguridad con uniformes de gala y escopetas con balas de salva para de manera sincronizada brindar 8 disparos en tandas de a 2 en honor a los fallecidos. Aunque las circunstancias de la muerte habían sembrado la duda sobre las actuaciones de los agentes, nada estaba comprobado judicialmente así que la orden del Director Seccional de la DNI era realizar un funeral en estricta atención a los protocolos fúnebres de la agencia de seguridad. Al lado derecho de los cajones se ubicaría el sacerdote y el Director Seccional de la DNI y en cada extremo de cada cajón justo al lado de la cabeza de cada fallecido se ubicaría cada viuda con sus hijos. A una distancia de dos metros desde los cajones hacia afuera se ubicaría el resto del personal asistente.

La ceremonia inició y Nicolás con sutileza con su mano desocupada dentro del bolsillo activó la maleta desde su celular. Primero fueron las palabras del sacerdote entre llantos de las viudas, hijos y demás familiares, y luego vendrían los ocho disparos de salva al aire en grupos de a dos, cada 15 segundos, en honor a las víctimas.

Nicolás parecía conocer con detalle el protocolo fúnebre de la DNI porque justo cuando vendría el sexto disparo de salva al aire, la maleta se accionó ubicando con la cámara inteligente el rostro de la nueva víctima. Fueron dos disparos fulminantes en el pecho y la cabeza del Director Seccional de la DNI. Los disparos fueron limpios y sin riesgo de herir a nadie pues la ubicación de la nueva víctima al lado del sacerdote y con el resto del público a dos metros de distancia ayudó para que el dispositivo remoto diera justo en el blanco. Nuevamente dos balas acababan con la vida de alguien.

La escena se volvió dramática en segundos. El salto de sangre de la víctima tiñó de rojo toda la blanca sotana del clérigo, quien se desmaño de inmediato al ver desplomarse a su lado al funcionario de la DNI. Los cajones también se vistieron de rojo mientras las viudas y la gente comenzó a gritar despavorida.

Pero la acción no pararía con las dos balas que acabaron con la vida del Director de la División. Pasados unos segundos un pistolero se asomó de entre las tumbas del cementerio y apuntó con una pistola automática hacía la muchedumbre cerca de los ataúdes. Nicolás logró verlo y de inmediato abalanzó su cuerpo hacia Helena para protegerla. El agresor disparó impactando sobre el brazo de Nicolás logrando que Nicolás y Helena cayeran al suelo.

Amador se percató de incidente y de inmediato impartió instrucciones a sus hombres, pidiéndoles a dos que protegieran a Helena, a Nicolás y a Don H. Enrique. A otros dos agentes les pidió que atraparan al agresor mientras él se dirigía a encontrar el origen de los dos impactos de bala que asesinaron a su jefe. Amador dedujo el recorrido de los dos proyectiles logrando identificar el edificio de cinco pisos a donde Nicolás dejó la maleta con el dispositivo electrónico y el rifle de largo alcance. La distancia al edificio era suficiente como para que “Dos Balas” escapara si Amador decidía llegar corriendo así que tomó una motocicleta de la DNI para dirigirse hacia el edificio, mientras que por un radio de comunicaciones que le arrebató a uno de los periodistas en el cementerio le indicaba al helicóptero que se moviera en dirección hacia el edificio.

En instantes logró llegar al sitio gracias a la motocicleta abriéndose paso entre el caos de la situación, y desde el helicóptero se desplegó una escalerilla de la que Amador se sujetó para que la aeronave lo pudiera halar hacia arriba en procura de llegar a la azotea de aquel edificio de cinco pisos. Al llegar pudo ver de inmediato el maletín con el rifle pero en frente de sus ojos notó como se activaban los explosivos adhesivos con el propósito de desintegrar el arma y así hacer desaparecer la evidencia. Amador reaccionó rápidamente tomando un extintor que había en la puerta de acceso a la azotea y logró rociar su contenido sobre el maletín neutralizando los efectos de los pequeños explosivos que Nicolás pegó al rifle.

No se dio la captura de “Dos Balas”, pero sabía Amador que tenía una nueva pista para encontrarlo. El rifle y la maleta electrónica tenían que servir para rastrear a “Dos Balas”. Sin la certeza, pero con la esperanza de su hallazgo, Amador tomó la maleta y buscó dirigirse nuevamente hacia el cementerio para ver en qué estado se encontraba Helena. Por radio le comunicaron que su bella amante estaba bien, pero que Nicolás había recibido un disparo de pistola en su brazo.

Amador trataba de entender la situación pues en los casos anteriores de “Dos Balas” no había evidencia de un segundo tirador. Algo no cuadraba en la escena, y lo primero que pensó era que el disparo no era para Nicolás sino para Helena pues su investigación en contra de “Dos Balas” podría estar dando resultados que intimidaron al asesino.

Ya en el cementerio Amador se dirigió a Helena, pero notó que Nicolás no estaba, y supuso que estaría recibiendo atención médica por el disparo en su brazo.

Simultáneo a la carrera de Amador hacía el edificio de cinco pisos, los hombres de la División lograron identificar la ruta de escape del segundo tirador y emprendieron la persecución, que se vio retrasada por la muchedumbre que agolpada en el cementerio intentó proteger al tirador pensando que era “Dos Balas”. Hubo disparos de un lado y del otro hiriendo a algunos de los manifestantes que apoyaban a “Dos Balas”, pero luego de varios minutos de persecución la División logró capturar al segundo agresor en medio de las protestas y los señalamientos de los manifestantes.

Por su lado, Nicolás extrañado por la presencia del segundo tirador en el cementerio dedujo de inmediato que el ataque era en su contra pues no tendría sentido alguno la muerte de Helena en estos momentos. Él sabía de primera mano que “Dos Balas” no tenía entre sus planes la muerte de Helena, así que se apresuró a poner fuera de peligro a la periodista entregándosela a los agentes de la División, mientras él, herido, buscaba la manera de salir de la escena para averiguar el origen del ataque paralelo.

Nicolás tomó su celular y envió un mensaje de texto que decía “Reunión urgente, la misión de limpieza está comprometida”, mientras se dirigía en su vehículo hacia un punto al sur de la ciudad.

En medio del drama en el cementerio por la muerte de tres funcionarios de la División en las últimas 24 horas, Amador buscó salir con Helena y Don H. Enrique de la escena para lograr seguir con la investigación. Tenía en su poder una nueva pista que requería poner en orden sus ideas para seguir adelante con las pesquisas. Al comunicarse con sus compañeros de la División le pudieron confirmar que en la web de “Dos Balas” ya estaba publicado el material probatorio en contra del Director de la DNI, que lo vinculaba a una red de corrupción de la que los dos agentes asesinados el día anterior también hacían parte. No solo eran sobornos los que protagonizaron los tres funcionarios muertos, sino toda una serie de actuaciones y encubrimientos a delincuentes que daban cuenta de una red de agentes al servicio de la delincuencia organizada en la ciudad. La noticia era devastadora para Amador quien confiaba tanto en su director como en sus compañeros, pero sabía que no podía distraerse pues se requería de acciones urgentes para detener a «Dos Balas». Por radio dio la orden a sus hombres de trasladar al segundo tirador capturado a una casa segura de la División y desde allí realizar el interrogatorio. Le pidió a dos de sus hombres de confianza liderar la conducción del prisionero tomando todas las medidas de seguridad tanto en el recorrido como en la casa segura para evitar que fuera asesinado antes de poder extraerle información útil.

Helena: Que está pasando Carlos?

Amador: No lo sé Helena, pero encontré un rifle y una especie de dispositivo que permitía accionarlo remotamente. Cuando llegué estaba en proceso de autodestrucción, pero logré salvarlo. Es un rifle de asalto muy sofisticado que no está a la venta en Colombia. Sé que sólo se vende en Estados Unidos y es una venta muy restringida por sus costos y por su capacidad de destrucción. Tengo contactos en Interpol que me pueden ayudar a investigar acerca del rifle. Además, tenemos capturado al sujeto que intentó matarte Helena.

Don H. Enrique: Matar a Helena?

Amador: Sin Don H. Creemos que el atentado era en contra de Helena por su papel en la investigación de “Dos Balas”.

Don H. Enrique: Te lo dije mi niña. Esto sería peligroso. Por centímetros has podido ser tu otra víctima de este loco asesino. Que piensa hacer agente Amador para protegerla?

Amador: No se preocupa Don H., yo me encargaré personalmente de eso.

Helena: Pero Carlos, no tiene sentido que el disparo fuera para mí. Tu y yo sabemos que nos habíamos quedado sin pistas en esta investigación. Además, solo fue un disparo y así no ha sido el proceder de “Dos Balas” en todo esto. Debe haber algo más que estamos dejando de lado.

Amador: Helena tu no cumples con el perfil de muerte de “Dos Balas”. De pronto por eso no procedió con sus acostumbradas dos balas, y prefirió simplemente contratar a alguien para sacarte del camino.

Helena: No tiene sentido.

Don H. Enrique: Hija, por favor, deja que los expertos se encarguen. Debes irte del país mientras todo esto se aclara para que estés más seguro.

Helena: No papá, no me iré. En esto voy a llegar hasta las últimas consecuencia con la ayuda y protección de Carlos.

Amador: Así será Don H. No debe preocuparse por la seguridad de Helena.

Don H. Enrique: Pero por Dios Amador si le dispararon en nuestras narices.

Amador: Le aseguro que su hija estará protegida.

Don H. Enrique: Conozco a mi hija y solo me resta confiar en usted agente.

Y mientras conversaban Don H. Enrique sintió el sonido de su celular. Leyó un mensaje de texto y le pidió a Amador que lo dejara en su casa. Era menester para Don H. descansar de todo esto. Amador y Helena estuvieron de acuerdo, pero el agente le pidió que aceptara un escolta mientras la situación se aclaraba. Don H. aceptó no muy complacido, mientras le pedía a ambos que lo mantuvieran informado de sus avances en la investigación y el interrogatorio al segundo tirador.

Mientras el caos del cementerio era controlado poco a poco por el personal de la División, Helena y Amador se dirigieron a las oficinas de la agencia para investigar sobre el rifle y el dispositivo hallado en el edificio de cinco pisos. Con algún deterioro en el rifle y casi en su totalidad destruido el dispositivo electrónico por la acción del explosivo adhesivo, la maleta era una buena pista para Amador, y esperaba que la información pudiera ser complementada con los resultados del interrogatorio al segundo tirador.

Pasado un rato, las noticias que Amador recibió de la casa segura no eran muy alentadoras. El tirador se mostraba muy seguro y sin ninguna disposición a hablar. Permanentemente solicitaba la presencia de un abogado antes de poder hablar, situación que retrasaba la pesquisa.

Mientras tanto Amador y Helena con el personal experto de la División avanzaban en el análisis de la maleta. Amador llamó a sus contactos en el exterior y pudo confirmar que el rifle era de venta restringida, y que en el último año había sido vendido un lote de 100 fusiles de estos a las fuerzas de seguridad en España, y que 4 rifles habían sido vendidos de manera individual. Primero descartó el lote de 100 con una llamada que hizo a España. La totalidad de los fusiles comprados por el país europeo estaban bajo estricto control de la Guardia Civil española que los utilizaban en misiones especiales de asalto para lo cual fueron entrenados unos hombres plenamente identificables. No había reporte de pérdidas de algún fusil en España y lo más importante, todos los miembros de estas fuerzas especiales de la Guardia Civil estaban en España en estos momentos. Esto descartaba el lote de 100.

Al indagar en los sistemas de información disponibles en la División sobre los cuatro rifles vendidos de manera individual, pudo establecer que uno fue comprado por un exmilitar americano que en la actualidad se desempeñaba como jefe de seguridad de una prestigiosa multinacional gringa, otro había sido comprado por un reconocido coleccionista de armas en Alemania, un tercero lo compró un colombiano de élite residente en Estados Unidos (lo que generó la alerta), y el cuarto fue comprado por un hombre de nacionalidad ecuatoriana del que no se tenía mayor información.

Para comprobar lo anterior Amador pidió a la Interpol datos sobre los compradores, y pudo verificar que tanto el exmilitar como el coleccionista de armas habían estado en los últimos 6 meses en países distintos y lejanos de Colombia, lo que debilitaba cualquier línea de investigación en este sentido. Pero los datos de migración arrojaron como resultado que el tercer comprador, el colombiano de élite estaba en la actualidad en Colombia, visita que reportó ante las autoridades de migración como de negocios. Este hallazgo encendió las alertas y de inmediato Amador ordenó a sus hombres dar con el paradero del comprador y llevarlo para interrogatorio a la casa segura. Del cuarto comprador no se lograba obtener mayores datos porque la colaboración en temas de seguridad entre Colombia y Ecuador no era la más fluida desde el rompimiento de relaciones comerciales entre los dos países a raíz de un incidente entre ambos ejércitos ocurrido en la frontera entre Colombia y Ecuador.

Para el caso del cuarto comprador Amador tuvo que recurrir a canales no oficiales en el vecino país que podían brindarle información, pero no de manera inmediata. Mientras esperaban la información de Ecuador, Amador se concentró en el tercer comprador, a quien era necesario encontrar con celeridad.

Mientras tanto, Nicolás llegó a un viejo edificio en el sur de la ciudad procedente del cementerio. En el sitio buscó la manera de entrar por detrás a través de unos callejones que lo conducían al inmueble mientras esquivaba a indigentes y consumidores de droga tirados en el piso. Una vez adentro, Nicolás sacó un control remoto de su bolsillo y al accionarlo una pared se desplazó abriendo una puerta de acceso a una especie de túnel con escaleras hacia abajo. Nicolás bajó y al llegar al fondo y abrir otra puerta con su control remoto entró a un pequeño cuarto con aire acondicionado provisto de una sofisticada silla en el centro y de equipos de cómputo y pantallas en frente de la silla. Era como un pequeño salón de cómputo y comunicaciones en donde todo se activaba por comandos de voz que sólo respondían a Nicolás. Era un cuarto con poca iluminación, pero la silla y los equipos y pantallas dispuestas dan la sensación de albergar gran capacidad tecnológica.

Con su voz Nicolás encendió el cuarto y la sofisticada silla con controles y botones en sus brazos se movió de manera automática alejándose de las seis pantallas para que él pudiera entrar y sentarse. Ya sentado en la silla, las pantallas se movieron y se ubicaron automáticamente en una posición cómoda para Nicolás, y utilizando los controles y botones de los brazos de la silla se activó un sistema de comunicaciones por telepresencia en donde poco a poco iba apareciendo un rostro por cada pantalla. Era una reunión virtual entre siete personas, seis en pantalla y Nicolás desde el pequeño cuarto. Una séptima pantalla táctil se desplegó de manera horizontal del brazo izquierdo de la silla y sobre las piernas de Nicolás. En esta séptima pantalla se visualizaba un sistema de información que permitía la interacción con los asistentes de la reunión virtual.

Nicolás pudo constatar que ya todos los convocados estaban presentes y era hora de comenzar la reunión. En las pantallas estaban Raúl Sierra Fuenmayor, Ministro de Desarrollo del Gobierno Nacional actual, Alejandro Sanmiguel Fuentes presidente y propietario de un conglomerado de medios de comunicación con presencia en 5 países de Latinoamérica, Daniel Reales Aragón, reconocido filósofo y antropólogo profesor de prestigiosas universidades en Colombia y Latinoamérica, Luz Amparo Yépez, presidente de la ONG latinoamericana “Paz para Tod@s” y reconocida activista de Derechos Humanos en Latinoamérica y el mundo, Monseñor Andrés Pinedo Sánchez, máximo jerarca de la Iglesia Católica en Colombia y Don H. Enrique el padre de Helena.

Nicolás: señores, sé que no disponen de mucho tiempo así que iré al grano y seré breve. Los he convocado a esta reunión porque requiero establecer si el segundo tirador tenía órdenes de asesinarme y porqué.

Don H. Enrique: Por Dios Nicolás, como piensas eso. Claro que no ha sido enviado para matarte, porque habríamos de tomar esa posición?

Nicolás: No sé, es justamente lo que quisiera saber. Que está pasando señores?

Monseñor Pinedo: Pues es muy preocupante la situación. Si el segundo tirador no ha sido enviado por la organización entonces quiere decir que has sido descubierto Nicolás.

Raúl: De ser así nuestra misión de limpieza natural está comprometida. Nicolás has sido descuidado y alguien te ha descubierto. Esto es gravísimo. Nuestros propósitos son superiores a nosotros. Nuestra misión no puede tener ningún tipo de riesgo. Nuestro descuido puede generar un desequilibrio en la naturaleza y en la sociedad por la presencia descontrolada de indeseables que aprovechan su posición para delinquir. Esto no podemos permitirlo.

Nicolás: Eso no es posible, no he sido descubierto, cada paso que di lo hice con sumo cuidado. Sé de la importancia de nuestros propósitos y por ello he tomado todas las medidas de precaución. Mi compromiso con la organización y con la naturaleza es alto porque ustedes saben que entiendo mi misión y entiendo mi papel en la historia. La naturaleza nos necesita para mantener el equilibrio entre el bien y el mal en la sociedad. Eso lo sé y por eso he sido cuidadoso y profesional y mi tarea de ejecutor al servicio de la naturaleza.

Alejandro: No has sido del todo cuidadoso Nicolás. Tengo información acerca del arma que utilizaste en el cementerio. Está en poder de la DNI. Nicolás, esto es inaudito, algo te distrajo de tus propósitos superiores y la organización tiene que pensar en un castigo para ti. Estoy de acuerdo con mis colegas, el equilibrio de la naturaleza y el bienestar de la sociedad son nuestra prioridad, y tus distracciones nos ajean de ese propósito. Debes ser castigado.

Nicolás: Y entonces el castigo es la muerte enviándome a un asesino sin previo aviso?. Ese es el proceder de la organización?. Esa es la decisión de la naturaleza?. Donde está el honor natural?. Quiero decirles que lo que está en posesión de la DNI son los restos del arma, porque toda la maleta que utilicé ha sido destruida. Así es mi actuar habitual.

Alejandro: Pues la información que tengo es que no fue así. El Agente Amador tiene en su poder el fusil y no está del todo destruido. Puede ser una pista que los conduzcan hacia ti. Nicolás, efectivamente ese ha sido tu actuar habitual, pero desde que apareció Amador y Helena en escena te notas ansioso y un tanto distraído. No quiero ser repetitivo Nicolás, pero nuestro propósito superior consiste en eliminar a aquellas manzanas podridas de la sociedad que se escudan en sus posiciones de poder político y económico para enriquecerse y dañar a la sociedad. Ese comportamiento tiene a nuestra sociedad postrada en el atraso y a la naturaleza en riesgo de destrucción. Lo has hecho bien hasta ahora Nicolás, pero de unos meses para acá pareces distraído y concentrado más en hacer crecer la imagen de “Dos Balas” que en cumplir con los mandatos de la naturaleza a la que le sirves y de la que te alimentas. Y sin contar con la distracción que te genera la bella periodista y el audaz agente.

Nicolás: Imposible. El arma está destruida, yo mismo diseñé el mecanismo y ubiqué los explosivos plásticos. Amador ni nadie pudo haber detenido el proceso. Señores, no tienen que darme clases acerca de mis propósitos y los de la organización. Para mí son claros desde el día en que Don H. me reclutó, y no son solo claros sino que los he interiorizado y asumido con entereza y profesionalismo. Lo de “Dos Balas” ha sido una maravillosa idea que me trajo como consecuencia generar distracción y confusión tanto ante las autoridades como ante la opinión pública. Deben reconocerlo como un acierto.

Raúl: Señores hay que tomar decisiones. Si la misión está comprometida entonces debemos amarrar todos los cabos sueltos cuanto antes, y seguir adelante. Aún es mucha la tarea que tenemos por delante, aún son muchas las ratas que dañan el equilibrio que le ofrece la naturaleza a la sociedad. Debemos superar esto y seguir.

Luz Amparo: Los cabos sueltos parecen ser muchos. Hay un sospechoso bajo interrogación de la DNI. Les envío la dirección de la casa segura a donde lo tienen. Además está el rifle, y nuestro último cabo suelto es Nicolás.

Monseñor Pinedo: Si la orden para el segundo tirador no fue dada por la organización entonces Nicolás has sido descubierto, y estoy de acuerdo con Luz en señalar que te convertiste en un cabo suelto.

Nicolás: Esto no puede ser. He servido a los propósitos de la naturaleza y de la sociedad y lo que obtengo es este señalamiento. Aquí la cuota de sacrificio más alta ha sido la mía. Como ejecutor designado por el equilibrio de la naturaleza soy quien le pone el pecho a las órdenes de la organización, soy quien esquiva las balas y soy quien debe tener una doble vida. No estoy de acuerdo al ser señalado como un cabo suelto. Debe haber otra forma de resolver esto.

Alejandro: Esto no se trata de sentimentalismos Nicolás. Tú conoces las reglas, nuestra misión está por encima de todo, inclusive por encima de ti que has servido de manera impecable a nuestros fines de limpieza natural, pero no podemos poner en riesgo el gran propósito. El bienestar de la sociedad y la estabilidad de la naturaleza están por encima de cualquiera de nosotros. Además, recuerda que todos hemos cumplido con tus tareas. Hoy eres tú y debes pagar por tus errores y desaciertos. Todos aquí sabíamos de los riesgos y sabíamos de los sacrificios requeridos, eso no es justificación ni excusa para distraernos de nuestro propósito superior para con la sociedad que necesita de nuestra labor para sobrevivir.

Don H. Enrique: Tu servicio Nicolás ha sido invaluable y por ello sugiero a todos en respeto y honor a esto que le impongamos la pena de destierro y autoeliminación. Nicolás es nuestro deber salvar a la sociedad, y tú lo sabes. Y salvar a la sociedad y a la naturaleza depende de la tarea impecable que nosotros desarrollemos. Las pequeñas distracciones son el camino hacia nuestro fracaso, y nuestro fracaso significa el caos y el colapso de la sociedad. Nuestro propósito superior aquí y en el mundo nos comprometen con la perfección en nuestro actuar porque de ello depende la supervivencia del planeta entero. Y no me hables de sacrificios Nicolás, todos aquí saben de la cuota de sacrificio que he tenido que poner yo. Helena, de la que pareces equivocadamente enamorado, es una muestra de ello.

Nicolás: Señores, conozco perfectamente las reglas y me acojo como siempre a ellas, pero porque las conozco exijo que se sigan los procedimientos. Deben mostrarme evidencia de mis errores y yo aceptaré la pena sin oposición alguna.

Luz: No hay tiempo para eso Nicolás, tienes que dar un paso al costado, y nosotros señores debemos encargarnos de eliminar al segundo tirador para evitar que las investigaciones conduzcan a la DNI hacia nosotros. Debemos actuar rápido por la supervivencia de la sociedad y del planeta, cada minuto perdido aumenta el riesgo y nos acerca al caos de nuestra sociedad.

Nicolás: Señores por favor, no están actuando de manera coherente, lo que me hace pensar que el segundo tirador si estaba dispuesto en mi contra ordenado por ustedes.

Monseñor Pinedo: Señores votemos por favor.

Nicolás (visiblemente contrariado): No acepto la pena impuesta, y sugiero una nueva decisión. La nueva pena consiste en la interrupción de la vida para cada uno de ustedes. La decisión ha sido tomada por el poder que se me ha concedido como juez de la vida y ejecutor designado. Se han convertido todos en un riesgo inminente para la sociedad, para la naturaleza y para el planeta entero, su falta de juicio debe ser castigada con la muerte inmediata, y el ejecutor designado he sido yo. Que Dios los proteja.

Y antes de la votación Nicolás accionó los controles y cortó la comunicación. Una vez por fuera de la silla Nicolás accionó el teclado dispuesto al lado de la puerta de acceso al cuarto, activando el mecanismo de autodestrucción de la sala, no sin antes abandonarla para iniciar con la tarea y decisión que él había tomado.

Para Nicolás era de vital importancia acceder al segundo tirador para establecer cuáles eran sus intenciones, y sobre todo, quien lo había enviado. Con la información disponible Nicolás se dirigió con cautela a la casa segura con el propósito de extraer al prisionero.

El tercer comprador fue hallado por los hombres de Amador disfrutando de algunas horas de descanso en la piscina de un reconocido club de la ciudad. Al reportárselo Amador dio la orden de llevarlo a la casa segura, sitio a donde se dirigió con Helena.

En la casa segura el tercer comprador del rifle fue confinado a un cuarto de interrogación diferente al del segundo tirador del cementerio mientras los agentes de la División esperaban a Amador. El interrogatorio al segundo tirador seguía sin brindar resultados cuando a la casa llegó Nicolás fuertemente armado y con su cabeza cubierta con un pasamontañas. Luego de eliminar a los guardias de seguridad de la casa con una pistola con silenciador y tomar el radio de comunicaciones de uno de ellos, Nicolás llegó al cuarto donde tenían al segundo tirador. Su intención era extraerle la información necesaria y salir del sitio, pero el tirador no pareció intimidarse con la presencia del encapuchado. Nicolás lo presionó hasta torturarlo, pero el tirador seguía sin colaborar, pero el interrogatorio debía posponerse pues por el radio de comunicaciones en su poder escucho acerca de la llegada a la casa segura del Agente Amador.

La situación era complicada para Nicolás así que decidió llevarse al tirador para continuar con el interrogatorio en su bodega, pero una vez afuera de la casa se topó con Amador y el intercambio de disparos no se hizo esperar. Amador buscó resguardar a Helena en una casa vecina y luego se dispuso a repeler el ataque del encapuchado y evitar que se llevaran al testigo. Tenía que ser valioso el segundo tirador, pensó Amador, así que la meta era impedir que se lo llevaran e incluso tratar de sacarlo vivo de la escena.

Pero nuevos e inesperados actores llegaron a la casa. Eran tres hombres encapuchados y fuertemente armados que entraron en escena disparándole a Nicolás y al tirador. Nicolás dedujo de inmediato que eran de la organización, y que su propósito era asesinar al tirador para evitar que le fuera extraída información vital en la investigación. La balacera fue monumental y a Amador le tocaba repeler tanto al encapuchado que tenía al tirador como a los tres nuevos encapuchados, tratando de mantener con vida al tirador con el propósito de seguir con el interrogatorio.

Resguardado Nicolás tras una pared mientras se escuchaban los impactos de bala de un lado y del otro, apuntó con su arma de fuego al tirador exigiéndole que le dijera quien lo había enviado. El tirador seguía mudo, pero una bala proveniente del lado de los tres encapuchados logró impactarlo en el brazo. Nicolás le puso su arma en la nuca y lo persuadió para que hablara ofreciéndolo que lo sacaría vivo del tiroteo.

Nicolás: Es claro que vienen por ti. Ellos no sabían que yo vendría, así que cuéntame lo que sepas y te saco de aquí con vida.

Tirador: Ahora nada importa, sin la orden es matarme lo harán.

Nicolás: Entonces fue la organización la que te envió a matarme?. Dímelo y te saco de aquí con vida. Soy tu única oportunidad. Toma estos datos. Es un casillero del aeropuerto. Allí hay dinero suficiente para que hagas una nueva vida fuera del país. Dime lo que quiero saber y yo mismo te dejo en el aeropuerto.

Tirador: No importa donde me esconda. Me encontrarán.

Nicolás: Soy tu única oportunidad y se nos acaba el tiempo.

Tirador: La orden fue dada por la organización, y ellos mismos me advirtieron que si fallaba vendrían por mí. Están cumpliendo, no hay nada que hacer, la naturaleza se ha pronunciado.

Amador había logrado dar de baja a dos de los tres encapuchados y la balacera seguía. De la esquina aparecieron vehículos de la DNI con personal de apoyo convocados por Amador, así que Nicolás aprovechó para sacar granadas de su mochila y tirarlas para varios sitios con el propósito de generar caos y distracción. Cuando encontró el momento adecuado Nicolás disparó a uno de los agentes de la DNI, quien cayó desplomado al lado de uno de los vehículos de apoyo. El objetivo de Nicolás era tomar el vehículo y salir de la escena, así que disparó hacía Amador y hacía el encapuchado mientras se dirigía al automóvil. En el trayecto hirió a Amador lo que le permitió acercarse el vehículo, pero una bala alcanzó la pierna del tirador, y al caer al piso otra bala lo impactó en la cabeza. Sin más remedio, pero ya con la información del tirador, Nicolás le disparó a los tanques de combustible de otros vehículos en el sitio logrando varias explosiones que le permitieron escapar a bordo del automóvil del agente que acababa de asesinar. Simultáneamente, Amador logró impactar al tercer encapuchado causándole la muerte, pero herido nada pudo hacer para detener a Nicolás.

Luego de verificar que Helena estaba bien Amador se dirigió a la casa segura para determinar el número de bajas entre sus hombres y para establecer en qué estado estaba el tercer comprador del rifle, arrestado recientemente. El panorama era desolador, 8 agentes asesinados tanto adentro como afuera de la casa y tres encapuchados muertos, además del escape de “Dos Balas”. Afortunadamente el tercer comprador estaba vivo, quizás porque “Dos Balas” nunca supo que estaba allí, y cuando Amador llegó al cuarto en donde permanecía bajo custodia, lo encontró visiblemente asustado luego de haber escuchado tantos disparos y explosiones.

Para Amador la confusión reinaba en su cabeza pues entre sus teorías estaba la que indicaba que el tercer comprador del rifle de asalto en la tienda norteamericana podría ser “Dos Balas”, pero el estado de miedo en que lo encontró, sumado al encapuchado que escapó más los tres encapuchados muertos afuera de la casa le indicaban que quien tenían bajo custodia no era la persona indicada. Aun así era una pista que debía seguir así que se dispuso a interrogarlo inmediatamente después de reportar el balance del tiroteo a sus superiores.

Pero antes, le pidió a Helena que se fuera, que se alejara de todo este episodio. La situación se había vuelto peligrosa para todos, y su presencia en cada escena donde aparecía “Dos Balas” aparte de ponerla en riesgo a ella, lo que era inaceptable para Amador que no ocultaba sus sentimientos por ella, también le generaba riesgos y atrasos al agente que siempre trataba de protegerla mientras “Dos Balas” escapaba.

En medio de la tensión de la situación Helena entendió y le manifestó a Amador que se pasaría unos días en casa de su padre Don H. Enrique. Amador estuvo de acuerdo, y al llamarlo desde allí Don H. Enrique aceptó la compañía de su hija indicándole que justo acababa de salir con destino a una de sus casas de campo a tres horas de la ciudad. Don H. le pidió a Helena que por seguridad no revelara la ubicación de la finca manifestándole que la esperaba allá cuanto antes. Helena, entre miradas y roses de manos con Amador se despidió y partió de la casa segura con destino hacia la finca de su padre, no sin antes contradecir a su progenitor dándole las coordenadas de ubicación de la casa de campo a Amador.

Mientras tanto, Nicolás con la mente y el corazón envenenado por la decepción que le había causado la traición de la organización se dirigió a cumplir la sentencia que el mismo le impuso a cada uno de los miembros que se hicieron presentes en la reunión virtual. La rabia lo invadía pues había dedicado muchos años a la organización, primero entrenándose con rigor y disciplina y luego como ejecutor de las órdenes de la naturaleza. Sus sacrificios para con la naturaleza y la sociedad habían sido altos, y en estos momentos de decepción no podía evitar pensar en Julia a quien había tenido que asesinar para evitar poner en riesgo la misión natural con la que estaba profundamente comprometido. La decepción y la furia eran mayúsculas pues la organización a la que le fue fiel por mucho tiempo había tomado la decisión de eliminarlo. Desde adentro de sí sabía que solo podría encontrar la calma viendo morir a cada uno de los seis miembros con los que sostuvo la reunión virtual.

El primero en recibir su visita fue Monseñor Pinedo. Sería un blanco fácil pues el sacerdote no acostumbraba a rodearse ni de personal ni de medidas de seguridad. A la catedral llegó “Dos Balas”, pero antes de ingresar sacó de su mochila un computador portátil desde donde programó la siguiente publicación que aparecería en la web de “Dos Balas”. Los registros que programó solo saldrían a la luz al día siguiente, y contendrían información acerca de los últimos asesinatos del justiciero. Terminada su labor con la web se dispuso a entrar, y luego de dos minutos encontró al sacerdote sólo en la casa cural.

La sorpresa de Pinedo fue grande pues daba por muerto a Nicolás en manos de los tres encapuchados que enviaron a la casa segura. Luego del rostro de sorpresa Monseñor Pinedo se sentó y trató de convencerlo con la idea que la orden de su muerte no provino de él.

Monseñor Pinedo: Nicolás quien dio la orden tanto al segundo tirador del cementerio como a los tres encapuchados fue el Ministro Sierra. Yo nunca estuve de acuerdo, pero ellos insistieron, me presionaron y no tuve otro remedio que aceptar. Nunca mostraron pruebas en tu contra, pero la orden fue dada.

Nicolás (apuntándole con su pistola con silenciador): Padre quiero confesarle que voy a cometer un grave pecado. Hoy asesinaré a un sacerdote de la Iglesia Católica.

Y sin mediar más palabras le disparó dos veces, impactándolo con un proyectil en el pecho del lado del corazón y otro en la cabeza.

De la casa cural partió en busca de Luz Amparo, a quien ubicó con facilidad pues la distinguida mujer estaba anunciada para presidir un importante evento académico en la más influyente universidad de la ciudad. Ya en el sitio, y luego de recorrer el lugar del evento y hacer un poco de inteligencia previa, se topó con la agradable sorpresa que para el evento también asistiría el señor Daniel Reales como conferencista invitado junto con la señora Luz Amparo. Con agilidad montó el operativo y una vez iniciado el evento logró ubicarse en un salón vacío de la universidad contiguo al auditorio central donde estaban las nuevas víctimas de “Dos Balas”. Con todo preparado y una se escucharon los himnos y los presentes en la mesa principal se pusieron de pie, Nicolás disparó cuatro veces hacia la mesa principal con un rifle de largo alcance dotado de un silenciador. Al piso caen Luz Amparo y Daniel cada uno con dos impactos de bala en el pecho y cabeza ante el horror de los presentes, todos académicos prestigiosos de la ciudad y el país. La seguridad no era muy robusta en el evento por su carácter académico, así que Nicolás desarmó rápidamente su arma de fuego, la guardó en su mochila y salió del sitio en medio de los gritos y el caos ocasionado por el doble asesinato.

Asesinar a Raúl Sierra no sería tan sencillo pues por su cargo contaba con personal de seguridad a su alrededor, pero Nicolás sabía que debía moverse rápido pues no quería alertar a las siguientes tres víctimas, así que decidió trasladarse a la casa del ministro, y encapuchado tomar como rehén a la hija del funcionario y llamarlo para hacerlo venir sólo. Le dio 30 minutos al ministro para llegar sólo, orden que cumplió de inmediato Don Raúl sin oponer resistencia. Como seguro, el ministro se llevó a dos de sus escoltas a quien les contó de la situación y quienes se ubicaron de manera estratégica alrededor de la casa del funcionario, pero ya esta movida había sido anticipada por Nicolás, que ubicó sensores de movimiento en el jardín y patio de la casa monitoreados desde su teléfono móvil celular para determinar con exactitud la ubicación de quienes acompañaran a Don Raúl.

Al entrar la nueva víctima a la casa impulsado por la imagen de su hija amordazada al fondo en la sala, Nicolás lo sorprendió propiciándole un fuerte golpe en la nuca que lo dejó inconsciente por unos minutos, suficientes para que Nicolás se encargara de eliminar a los dos escoltas a quienes ya había ubicado en la pantalla de su teléfono móvil celular gracias a los sensores que ubicó rodeando la casa. Con una pistola con silenciador, pero sin propiciarles los dos disparos característicos de “Dos Balas”, los escoltas de Don Raúl fueron dados de baja sin siquiera notar la presencia de Nicolás.

Luego de haberse encargado de los escoltas, le explicó a la hija del ministro sobre la verdadera identidad de su padre mientras notaba que Don Raúl se iba despertando e incorporándose a la escena. Ya una vez de pie Don Raúl y rogando que no le hiciera daño a su hija, Nicolás le propició dos disparos (uno en la cabeza y otro en el pecho) ante la mirada de dolor de la hija de la víctima, que en shock no hizo nada para impedir la huida de Nicolás.

Con cuatro de los seis asistentes a la reunión virtual asesinados por “Dos Balas”, solo restaba encargarse del señor Alejandro Sanmiguel dueño del conglomerado de medios de comunicación y de Don H. Enrique padre de Helena, pero en ese momento era de suponer que ya ellos estarían enterados de las muertes de sus cuatro colegas, así que Nicolás debía moverse de una manera diferente para estos dos casos.

Por otro lado, el interrogatorio al tercer comprador del rifle en la casa segura no surtía efecto. Amador lo presionaba amenazándolo con muchos años de cárcel y con hacerle daño si no cooperaba, pero el interrogado no hacía si no llorar. Era notorio el pánico que sufría el sospechoso, pero para Amador esta actitud podría ser actuada, así que le insistía en preguntarle acerca de las razones para comprar un rifle de esas características, a lo que el sospechoso sólo repetía y repetía que lo había comprado para utilizarlo únicamente en actividades de casería. Amador seguía presionando por más información pues no era normal utilizar en casería un rifle de esas especificaciones, pero el tercer comprador insistía en su versión, argumentando que aunque el rifle era desproporcionado para actividades de caza, lo compró con la única razón de aumentar la adrenalina en su experiencia como cazador. Él sabía que no era un rifle permitido para cazar animales, pero su intención no era cazar en ambientes controlados para este deporte, sino en escenarios salvajes en donde el riesgo fuera mayor. Explicaba el sospechoso en medio de lágrimas que este era un hobby para él y que como tal había estado probando nuevas experiencias en este ámbito, incluso así fueran ilegales.

Amador logró verificar en el sistema los antecedentes del cazador del sospechoso. Los registros daban cuente de premios en diferentes concursos en Colombia y en Los Estados Unidos de América, pero para Amador esto no era suficiente para dejarlo en paz, así que sin pensarlo le propició un fuerte golpe al sospechoso en la cara con el propósito de intentar obtener mayor información, pero nada parecía funcionar. Incluso, el golpe generó molestias entre los compañeros de Amador quienes no estaban de acuerdo con este tipo de prácticas extremas a la hora de conducir un interrogatorio.

Ya sin argumentos y un tanto vencido el Agente Amador recibió vía telefónica dos llamadas importantes. En la primera le dieron la noticia de las cuatro últimas muertes violentas a manos de “Dos Balas”, y de inmediato Amador ordenó el desplazamiento de varios de sus hombres a cada sitio para asegurar las escenas de los crímenes y tratar de obtener pistas que ayudaran en la investigación. Simultáneamente, Amador le ordenó a uno de sus hombres en la casa segura investigar en la web de “Dos Balas” para revisar si ya estaban publicadas las evidencias que incriminaran a las nuevas cuatro víctimas, pero esta pesquisa no arrojó nada. Aún el homicida no publicaba nada, lo que era extraño pues en los casos anteriores una vez se daba la muerte violenta aparecía toda la información en la web sobre las actividades criminales de las víctimas.

La segunda llamada recibida fue de Ecuador. Sus contactos no oficiales en el vecino país le confirmaron que la cédula del cuarto comprador era falsa. No aparecía en los registros oficiales de la registraduría del Ecuador, ni se encontraba registrada o utilizada por ninguna entidad bancaria, ni por ningún establecimiento de comercio. No existía ningún registro del titular de la cédula, es como si no existiera el portador del documento, lo que le confirmaba tanto a Amador como a sus contactos la falsedad del documento.

Para el Agente Amador el panorama se aclaró. De inmediato dio orden de dejar en libertad al tercer comprador, no sin antes ofrecerle una indemnización por los daños morales y físicos causados. El agente de la División ordenó concentrar todos los recursos y esfuerzos en la investigación de la cédula falsa pues era claro que su portador era el hombre buscado.

La primera conclusión era que el documento falso tenía que haber sido elaborado por un verdadero experto pues con la cédula el sospechoso no solo compró el rifle de uso restringido, sino que se movió por los aeropuertos de varios países, mínimamente de dos, Estados Unidos de América en donde compró el rifle y Colombia en donde lo utilizó. Era una pista para seguir y poder ubicar a los posibles falsificadores de aquella cédula y de aquí poder lograr identificar a “Dos Balas”.

Uno de los hombres de Amador mencionó que conocía al mejor falsificador de documentos de identidad que existía. Era un viejo exagente de la CIA que se había radicado en Colombia desde la década de los 90 y que dedicado a algunas actividades criminales, siempre había logrado evadir a las autoridades nacionales, pero que durante el año 2010 fue capturado por la Policía Nacional, y por la información suministrada sobre el Cartel de Drogas del Pacífico fue incluido en el programa de protección a testigos de la Fiscalía General de la Nación. Desde entonces, con una nueva identidad y una nueva vida, el exagente colaboraba con las autoridades colombianas, pero que a concepto del hombre de Amador que lo conocía, no descartaba que el experto falsificador pudiera hacer “trabajitos” tanto para los chicos buenos como para los malos en el país.

Era la nueva pista que debía seguir Amador y la DNI, así que dispuso de todos los recursos para poner bajo custodia al exagente. Con la Fiscalía General de la Nación logró identificar el paradero del falsificador y de inmediato dispuso a sus tres mejores hombres para traerlo a la casa segura.

A las afueras de la ciudad Helena llegó a la casa de campo de su padre. El personal que laboraba en el sitio la reconoció y de inmediato la hizo pasar en principio a los predios de la haciendo y luego a la casa sin intercambiar palabras con ella. Estando adentro Helena acomodó sus cosas en uno de los cuartos, y con la intensión de pasar unos días en el lugar se dispuso en actitud de descanso y relax. Lo primero que hizo fue servirse un trago alto de ron con hielo y Coca Cola y sentarse en un amplio y confortable sofá en el estudio de su padre. Al frente de ella se levantaba un gran mueble biblioteca de pared a pared y de techo a piso del que Helena tenía muchos recuerdos, pues su padre la hizo leer muchos de los libros allí dispuestos en épocas de colegio y universidad. Helena recorrió la cabaña en actitud de descanso y para pasar el tiempo mientras llegaba su padre. Paseó por las habitaciones del sitio y estando en la cocina se preparó un emparedado y preparó uno para su padre mientras llegaba. De nuevo retornó al estudio y se dispuso a hojear algunos de los libros que estaban dispuestos en la gran biblioteca.

Por su parte Nicolás planeó su nueva movida. El objetivo era el señor Alejandro, cabeza del principal conglomerado de medios de comunicación del país, pero sabía de las dificultades para llegar a él, así que ideó una manera muy creativa de llevar a cabo su propósito de asesinarlo y así hacerlo pagar por sus pecados. Nicolás ingresó a su web y cargó información contundente que incriminaba al señor Alejandro con actividades de corrupción y de descrédito moral ayudado por funcionarios del Gobierno Nacional y por organizaciones religiosas.

Las pruebas era irrefutables, pero además, parte del material probatorio lo relacionaban con un influyente y reconocido pastor de una iglesia cristiana con el que desarrollaba actividades criminales de violencia sexual contra niños. Los documentos cargados por “Dos Balas” en su web daban cuenta de violaciones sexuales a jóvenes y a menores de edad por parte del pastor a cambio del “perdón divino” para las víctimas, con la ayuda de Alejandro Sanmiguel quien participaba con el pastor y otras figuras de reconocimiento nacional en encuentros sexuales múltiples, grabados en video para armar una macabra videoteca. Don Alejandro, como era conocido en ciertos círculos sociales, había abusado de su poder y de su supuesta inclinación hacía actividades religiosas en una importante iglesia cristiana de la capital del país para reclutar a bellas y jóvenes mujeres y exigirles favores sexuales a cambio del “perdón divino” que ofrecía el influyente pastor.

Nicolás, como medida preventiva, siempre tuvo como as debajo de su manga información que pudiera protegerlo de su propia organización, y siempre encontró la manera de hacerse a los videos de las orgías de Don Alejandro, los cuales no dudó en publicarlos en la web de “Dos Balas”. Este era el momento de sacar a la luz todos los datos que le permitieran cumplir con su propósito de acabar con quienes, a su juicio, lo traicionaron.

Con la información sobre Don Alejandro publicada en la web de “Dos Balas” la reacción del público en la ciudad no se hizo esperar. El señor Alejandro Sanmiguel era un personaje que gozaba de reconocimiento profesional, empresarial y moral a nivel nacional e internacional, así que luego de la información publicada en la web de “Dos Balas” una significativa porción de ciudadanos se volcó hacía el edificio que albergaba las oficinas del magnate de las comunicaciones. La reacción fue muy rápida pues desde el inicio de los crímenes de “Dos Balas” la opinión pública lo había acompañado en sus rebeldes hazañas.

En cuestión de minutos el edificio principal que albergaba el conglomerado de medios de comunicación de Alejandro Sanmiguel estaba de lleno de ciudadanos que protestaban en razón a la información publicada por “Dos Balas”.

Don Alejandro fue informado del material fílmico publicado por “Dos Balas”, y sabía que tenía que actuar rápido para salvar su vida y huir, así que aprovechó que estaba en compañía del pastor y le pidió a su personal de seguridad que lo tomara en custodia y se lo entregara a la muchedumbre que exigía venganza en la parte baja de su edificio, mientras él buscaba la manera de escapar por la azotea. La intención era huir en su helicóptero pero no le fue posible. El piloto del helicóptero, que había podido revisar toda la información de “Dos Balas” se negó a transportar a Don Alejandro, así que él decidió recurrir a una medida extrema para lograr su cometido de escaparse del sitio.

La reacción de la gente cuando tuvieron en frente al pastor cómplice de Don Alejandro fue muy extrema. Con violencia le arrebataron al pastor de las manos del personal de seguridad del edificio, y sin mediar palabra lo golpearon hasta matarlo, y luego lo desmembraron de piernas, brazos y hasta de la cabeza halándolo entre unos y otros entre la muchedumbre. La sed de venganza de las masas enardecidas en los bajos del edificio era superior a su capacidad de raciocinio, y todo esto había sido impulsado por “Dos Balas” a través de su web. Pero para la gente no era suficiente con el pastor, así que comenzaron a lanzar piedras en contra de los ventanales del edificio exigiendo la presencia de Don Alejandro. La policía estaba en camino, pero a la gente no parecía importarle, así como tampoco parecía importarle la presencia del personal de seguridad del edificio que con armas de fuego intentaban persuadir a la muchedumbre para que no entraran al edificio.

Para ese momento Nicolás ya estaba entre la muchedumbre esperando la oportunidad para ingresar al edificio, pero la movida de Don Alejandro generó confusión y desorden. Desde la azotea del edificio el magnate de las comunicaciones arrojó un millón de dólares en billetes de 10 y de 20, lo que distrajo por un rato a la muchedumbre. La intención era salir del edificio por la puerta principal acompañado de su grupo de escoltas fuertemente armados pues ya la muchedumbre había bloqueado las salidas vehiculares con automóviles incendiados. Mientras caían billetes, los escoltas se abrieron paso disparando a quienes trataran de detener el avance de Don Alejandro. La intención era llegar a un grupo de vehículos parqueados cerca del edificio, pero Nicolás, ubicado estratégicamente detrás de un muro fue disparando y eliminando uno a uno a los escoltas del magnate. El caos no dejaba a los escoltas identificar el origen de las balas así que aceleraron el paso entre billetes y ríos de gente, pero en segundos todos los escoltas habían sido dados de bajo, muchos de los manifestantes habían sido asesinados, y Don Alejandro estaba solo ya casi para entrar a uno de los vehículos. Nicolás y Don Alejandro quedaron de frente el uno del otro a una distancia de unos 80 metros mirándose como sabiendo como terminaría la escena.

La muchedumbre se percató de las intenciones de escape de Don Alejandro que se quedó inmóvil al lado del vehículo mirando en dirección a Nicolás, así que la gente dirigió sus esfuerzos hacia él, pero antes de poder reaccionar, Nicolás disparó dos veces poniéndole una bala en la cabeza y otra en el pecho.

La policía ya estaba en el sitio y aún caían billetes, mientras todos corrían de un lado a otro tratando de escapar de las autoridades. La escena era trágica con cerca de 30 personas muertas, otras tantas heridas y muchas otras corriendo sin orden. Todos los presentes vieron por primera vez el rostro de “Dos Balas”, y de manera casi instintiva muchos de los manifestantes le bloquearon el paso a la policía para permitir que “Dos Balas” escapara del sitio. Para muchos ciudadanos Nicolás encarnaba la justicia que sentían que las autoridades nunca ofrecieron por completo, así que “Dos Balas” escapó del lugar en medio del caos y sin ser identificado por la policía.

La tarea final de “Dos Balas” estaba casi completa. Sólo quedaba Don H. a quien tenía ya ubicado. Nicolás sabía de la casa de campo del padre de Helena, así que se dirigió hacia allá sin pensarlo con el único propósito de culminar con su venganza, pero sin saber que su última víctima estaba acompañado de su hija, que además era alguien especial para él.

La noticia de las manifestaciones, la violenta muerte del pastor cristiano y del tiroteo en las afueras del edificio llegó rápidamente a oídos del Agente Amador a quien también le reportaron de la muerte de Don Alejandro Sanmiguel con dos balas en su cuerpo, una en la cabeza entre sus cejas y otra en el pacho a la altura del corazón. En medio de tantas noticias, “Dos Balas” había vuelto a actuar y esta vez en medio de mucha gente. El procedimiento indicaba que se debía interrogar a todos los arrestados por la policía pero no había tiempo para eso.

Al tiempo, los hombres de Amador llegaron a la casa segura con el falsificador de documentos exagente de la CIA. De inmediato Amador lo puso al tanto de la cédula utilizada para la compra del rifle en Estados Unidos, y no dudó en hacerle saber que si no colaboraba lo haría sacar del programa de protección a testigos e incluso, buscaría la forma de hacerle saber a la mafia venezolana acerca de su paradero. Esto último fue fulminante para el ex CIA, que recordó que en el pasado reciente tuvo que delatar a algunos antiguos colaboradores venezolanos para poder obtener beneficios con la fiscalía. El exagente pidió un computador con acceso a Internet y se sentó a trabajar. Le explicó a Amador que tenía que buscar la manera de acceder a un servidor remoto que el instaló en Argentina justamente para guardar información de sus clientes. Era un equipo que utilizaba como respaldo para guardar información importante y de interés, y que una vez conectado podría buscar entre sus clientes para verificar si estaba el personaje que buscaba Amador. Así mismo les explicó que todo este procedimiento tomaría un largo rato, pues por un lado, por seguridad, había encriptado la información y ocultado digitalmente el servidor para lo cual para accederlo de manera remota tenía que hackearlo, y por otro, una vez dentro del servidor la búsqueda se extendería hasta encontrar al sujeto dentro de una larga lista de clientes. Luego de una hora, el exagente logró penetrar a su servidor de Argentina e inició con la búsqueda entre sus viejos clientes, mientras el Agente Amador no le quitaba la mirada de encima.

Mientras el exagente de la CIA puso a correr un programa computacional para comparar la imagen de la cédula que le entregó la gente de Amador con las miles de cédulas que almacenaba el servidor en Argentina, Helena seguía en la casa de Campo de Don H. esperando a su padre. Helena siguió hojeando libros en la biblioteca cuando de repente al sacar uno de ellos del mueble una compuerta secreta se abrió a un lado de la biblioteca. La reacción de sorpresa de Helena no se hizo esperar, pero su espíritu de periodista la impulsó a entrar por aquel secreto pasadizo. En frente de ella se visualizaban unas escaleras que bajaban hacía un cuarto a través de un corredor con poca luz que no dudó en recorrer. Su asombró era notorio debido a que no entendía porque su padre podría tener un cuarto oculto en la casa de campo. Bajó con sigilo hasta llegar al final del sendero de escaleras en forma de espiral descendente en donde se encontró a su padre en un cuarto bastante iluminado sentado en frente de un computador con pantalla gigante en el que se podía ver un diagrama con la imagen de Nicolás en el centro. Alrededor del computador había en las paredes imágenes de cada una de las víctimas de “Dos Balas”, y en el resto del cuarto habían grabadas en las paredes símbolos e imágenes de la naturaleza que Helena no entendía.

Don H.: Que haces aquí Helena?

Helena: Que pasa aquí padre? Que haces tú aquí? Que es todo esto?. Que tienes tú que ver con las muertes causadas por “Dos Balas”?, y porqué tienes este cuarto acá abajo?.

Don H.: Hubiera preferido que te enteraras de otra manera para que pudieras entenderlo mejor.

Helena: Entender qué?

Don H.: Que la naturaleza nos ha puesto una tarea con el propósito de limpiar la sociedad.

Helena (con asombro): De limpiar?

Don H.: Si, de limpiar hija mía.

Helena: Que son todas estas imágenes?

Don H.: Son parte de un proceso de limpieza natural que requiere del compromiso de hombres y mujeres valientes.

Helena: Limpieza?. No entiendo.

Don H.: Hija, la sociedad requiere ser conformada por hombres y mujeres ilustres para poder avanzar, y los que no están en capacidad de aportar o no están en capacidad de comportarse a la altura de las circunstancias deben ser eliminados.

Helena: Eliminados?

Don H.: Si, eliminados Helena, y es por ello que existe una organización que debe encargarse de garantizar este propósito. “Dos Balas”, como tú lo conoces, hace parte de este proceso, porque las manzanas podridas deben ser retiradas del canasto. Es un proceso natural e histórico que “Dos Balas” y la organización conocen, es proceso necesario porque la naturaleza se ha pronunciado y es nuestro deber entender su mensaje de protección y control social.

Helena: Y tú conoces a “Dos Balas”?

Don H.: Lo conozco, y tú también, pero debes entender que su papel era necesario para lograr el equilibrio natural que la sociedad necesita y dios exige.

Helena: Dios? De que hablas papá?

Y mientras la charla entre padre e hija se desarrollaba el Agente Amador logró un resultado exitoso en su investigación. La rutina de comparación que puso a correr el exagente de la CIA de manera remota en su servidor de Argentina arrojó un resultado. En la fotografía que se mostraba en la pantalla del computador se notaba que la cédula falsa con la que se adquirió el rifle de asalto había sido comprada por Nicolás Alfonso Castaño Jimenez, el esposo de Julia y buen amigo de Helena. Amador no pudo ocultar su asombro, su rabio y sobre todo su temor por la vida de Helena. Sabía que entre Helena y Nicolás había una relación muy especial por la cercanía de Helena con Julia, así que dedujo que si Helena le había contado acerca de la ubicación de la finca de su padre, también pudo hacer lo mismo con Nicolás. De inmediato la llamó a su celular, pero la llamada no se concretó pues Helena se encontraba en el sótano oculto de Don H. donde la señal de celular no entraba, así que decidió enviarle un mensaje que decía: “Dos Balas” es Nicolás el esposo de Julia. Es confirmado. Atte Carlos, y de inmediato solicitó a sus hombres un helicóptero de urgencia para desplazarse a las coordenadas que Helena le suministró antes de irse en busca de su padre. Era vital para el estar con Helena y brindarle toda su protección.

En la hacienda de Don H. Enrique la charla con su hija continuaba…

Don H.: Helena “Dos Balas” es Nicolás, tu amigo, el esposo de Julia, y su tarea es lograr que quien no se alinea con la sociedad debe ser juzgado, condenado y pagar con su muerte. Es la consecuencia natural de una sociedad que muere día a día y que necesita del compromiso y del sacrificio de quienes así lo entienden para salvarla.

Helena (en actitud de absoluta sorpresa): Nicolás? De que hablas? No puede ser, no es posible, mientes padre, y no entiendo por qué lo haces.

Don H.: Helena la sociedad es compleja y no es capaz de regularse por sí sola. Necesita de la ayuda y del compromiso de mentes superiores para lograr que la bondad se ubique por encima de la maldad, o por lo menos que entre ambas se equilibren.

Helena: Me dices que Nicolás es “Dos Balas” y que hace parte de una organización de la que tú haces parte?. No es posible. Tú te estás escuchando padre. Cada cosa que dices es más absurda que la anterior. Quien eres?

Don H.: Sé que es difícil de entender hija mía, pero no hay forma de garantizar un equilibrio natural sin la acción decidida de hombres y mujeres capaces de atajar a cualquier costo los avances de la corrupción y la delincuencia. Nicolás hace parte de esos propósitos superiores y su labor en los últimos meses ha sido altamente necesaria para lograr una sociedad habitable y sostenible.

Helena (visiblemente sorprendida): Una labor necesaria?, o sea que es necesario asesinar a gente que ustedes mismos juzgan?

Don H.: Si, es necesario, y Nicolás así lo entendió. Helena, la sociedad necesita purificarse y caminar hacía el sendero que le muestra la naturaleza. Sólo la naturaleza ha mostrado su capacidad para protegerse, incluso de sí misma. Es en la naturaleza donde vemos que una especie se alimenta de otra para crecer y desarrollarse. Día a día la naturaleza nos enseña a vivir, nos enseña a crear sociedades perfectas en donde, de ser necesario, una especie debe subsistir a costa de otra, y donde un seres mueren para darle continuidad y vida a otros. Es la ley natural que nuestra organización trata de tomar como ejemplo para avanzar. En estos momentos hija mía, luego de entender las leyes naturales, estamos viviendo una etapa del proceso de desarrollo social en donde se hace necesario eliminar los elementos dañinos de la sociedad, para garantizar el desarrollo humano. No es una tarea fácil, pero la hemos asumido como una orden superior que debe cumplirse a cualquier costo.

Helena: Nosotros? Nicolás? Tú?. Esto que es?

Don H.: Hija mía, entiendo tu confusión, pero debes reponerte con celeridad y acompañarnos en esta función social superior. Hay circunstancias que para su corrección requieren de la acción decidida de hombres y mujeres valiosos, y sé que tú serás una de nosotros cuando logres asimilar nuestro rol natural superior. Piensa en esto: de nada han servido los esfuerzos de gobiernos que no entienden el compromiso y que son incapaces de tomar decisiones radicales de limpieza social. Son años, son décadas de decadencia que ocurre en frente de los ojos de gobiernos incapaces. La sociedad requiere ser limpiada y para eso estamos nosotros. No es posible gozar de escenarios de tranquilidad sin la acción de fuerzas extremas que puedan juzgar y poner fin a la injusticia de hombres y mujeres que actúan bajo la motivación del dinero y el interés personal.

Helena: Padre, te desconozco. Me dices que la limpieza social demanda la comisión de crímenes atroces? No es justamente eso lo que debe ser corregido?

Don H.: Para corregirlo se hace necesario eliminar a cualquier costo a los sujetos que impiden el desarrollo social de un colectivo. No es posible el logro de grandes resultados sociales sin la acción radical de fuerzas capaces de intervenir e interferir en el curso de la historia. En el mediano y largo plazo creamos bienestar social porque eliminamos a los seres humanos no aptos socialmente, y distribuimos sus riquezas, y todo esto lo hacemos de manera desinteresada, sin esperar el agradecimiento de nadie, sin esperar el reconocimiento de nuestra labor.

Helena (un poco recuperada de su asombro): Eliminar? Te refieres a asesinar. Crees que porque utilizas palabras sofisticadas puedes limpiar la asquerosidad de tus actos?. No tienes derecho a auto convertirte en juez y parte, no tienes derecho a decidir quien vive o muere, no tienes autoridad para creerte Dios y decidir quien es bueno y quien es malo; y además, nadie te ha entregado la tarea de “limpiar” la sociedad. Quien te crees, quien se creen todos ustedes para asumir una tarea que nadie les ha dado y que a nadie le interesa ni que ustedes ni que nadie tome. Tu actitud no sólo es criminal sino pretensiosa. Son unos viles asesinos que pretenden cubrir sus criminales actos con un discurso barato de limpieza social y de acción natural. Si quieres corregir la sociedad o ayudar en ello debes consumir todos tus recursos y todos tus esfuerzos en ayudar a fortalecer las instituciones, en ayudarle al Estado a cumplir su labor, y no a querer usurpar funciones que no te corresponden. Qué clase de loco eres? Crees que asesinar puede ser considerado como un acto de limpieza?, crees que se hace necesario asesinar para avanzar, para lograr desarrollo social?, Por Dios…

Don H.: Si es necesario, sí.

Helena: Padre? Por Dios?, no tiene sentido, no te das cuenta?.

Don H.: Helena, Nicolás hace parte de nuestra organización, y su valiente tarea, así como la nuestra, ha consistido en hacer lo que las autoridades judiciales no han sido capaces de hacer. Somos quienes asumimos nuestro rol histórico de corregir la descomposición social que reina, y Nicolás hace o hacía parte de nuestro grupo de héroes.

Helena: Héroes ustedes?, pero no te das cuenta? Yo sigo viendo crimen, corrupción y decadencia. Si de resultados se trata, tú y tu grupito de anormales justicieros no han logrado nada. Y además, quien determina que las autoridades judiciales no han sido capaces?, Tú?

Don H.: Si, yo, pero no estoy sólo. Somos un grupo de personas que entendemos y sabemos distinguir el bien del mal y sabemos cómo combatir el mal.

Helena: Asesinando?

Don H.: Haciendo lo que sea necesario. Helena eres una mujer inteligente y sé que entiendes el valor de las acciones radicales en busca de un bien superior.

Helena: No lo entiendo padre. No puedo entender que para lograr el bien una organización quiera ponerse por encima del aparato judicial de un país. Y no puedo entender además que tú hagas parte de esta organización.

Don H.: No pretendo que entiendas de inmediato, pero analízalo Helena, no es posible avanzar si no se retiran las manzanas podridas del canasto de manera radical.

Helena: Me dices que debo entender que patrocinas el asesinato selectivo de individuos y que Nicolás ayudó en esos propósitos, incluso acabando con la vida de su esposa Julia?

Don H.: Hay sacrificios que deben hacerse, y así lo entendió Nicolás, pero incluso, debo decirte que él está ahora por fuera de nuestra ley natural, y también debe ser eliminado para no detener el proceso que exige continuar con la tarea.

Helena: En que te has convertido? Quien eres?

Don H.: Soy quien la sociedad necesita. Soy quien debe continuar con la tarea y el compromiso de limpiar la sociedad, a cualquier costo hija mía. Soy quien debe hacer cumplir el mandato de la naturaleza, que guardó silencio por siglos, pero que ya se ha pronunciado, y nos exige que nuestras acciones sean acordes con todo lo que la naturaleza nos ha regalado de manera generosa y paciente por años y por años.

Helena: No me digas más hija mía. No puedo ser tu hija si piensas así. Quiero que sepas que no puedo estar de acuerdo contigo, y quiero que sepas que haré todo lo que esté a mi alcance para hacer que tus crímenes sean juzgados por las autoridades competentes. Quiere que sepas que no entiendo ni asumo tu absurda labor, y quiero que sepas que seguiré respetando y honrando las instituciones que nos gobiernan, así cometan errores.

Don H.: Hija, no pretendo que entiendas de inmediato, pero por favor, déjame hacer mi labor natural de limpieza social.

Helena (con una actitud serena y de mucha seriedad): Me pides que te deje asesinar, y eso no va a ser posible.

Don H.: Te pido que me dejes seguir con mi labor de limpieza, cualquiera que sea el costo. Helena, estamos en un momento cumbre de nuestra labor, tú has sido testigo ejemplar de ello, por favor, no hagas parte de los obstáculos, pues entonces deberás ser removida.

Helena: Me vas a matar? A tu propia hija?

Don H.: Helena, la tarea que nos ha encomendado la naturaleza no entiende de familia, sólo entiende de equilibrio social. Por favor no interfieras en esta labor. No me lo hagas más difícil, porque no dudaré en tomar todas las medidas necesarias para continuar con mi labor.

Helena: Difícil?. Difícil es una tarea de álgebra. Tú me hablas de homicidio, te desconozco, y te reitero que no acompañaré ni acolitaré tus absurdos planes.

Don H. Enrique comienza a acercarse a Helena, y de inmediato ella siente el acecho de un enemigo peligroso, pero con sangre fría y determinación se queda quieta hasta tenerlo cerca. Helena acababa de descubrir que el esposo de su amiga era “Dos Balas” y que hacía parte de una organización de la que su propio padre era un significativo e influyente líder ideológico. Una vez Don H. estaba cerca, Helena lo empujó, Don H. cayó al piso y ella logró correr escaleras arriba para escaparse de un desenlace fatal. No lo podía creer, pues estaba ante una situación profundamente asombrosa, y a la vez, estaba ante un inminente peligro.

Una vez arriba, nuevamente en el estudio de la casa de campo de su padre, a Helena le entró el mensaje de texto que le envió Amador algunos minutos atrás en donde le decía que “Dos Balas” era Nicolás. Para Helena ya no era sorpresa púes esta información se la había confirmado su propio padre, pero para ella era necesario alertar a Amador acerca de su padre, así que lo llamó y rápidamente le contó de su hallazgo a Amador quien se encontraba en un helicóptero volando hacia la finca de Don H., pero en medio de la conversación Don H. le arrebató el celular y la empujó tumbándola en el suelo del estudio.

Don H.: Helena nuestros propósitos son superiores a la familia, nuestros propósitos se orientan al mejoramiento de la sociedad, así que debes saber que ni tu ni nadie pueden interferirlos.

Helena: Entonces tendrás que matar a tu propia hija, porque no hay ninguna posibilidad que te acompañe en tu absurda idea.

Don H.: Debes saber que he hecho y haré lo necesario para continuar con nuestro propósito superior natural de salvar a la sociedad de este país, incluso si lo requerido es interrumpir tu vida hija mía.

Don H. Enrique sacó de su bolsillo una pequeña arma de fuego y no dudó en apuntarle a su hija con intenciones de matarla, pero justo antes de halar el gatillo se escuchó un disparo de rifle de largo alcance y el sonido de un vidrio quebrándose. Una bala hirió a Don H. en su pierna derecha haciéndolo caer y soltar el arma de fuego. Helena de inmediato se refugió y tomó de nuevo el celular que estaba en el piso, aún con la llamada del Agente Amador en curso. Como pudo se asomó por una de las ventanas y pudo ver que Nicolás se acercaba a la casa con determinación y con un rifle en sus manos que disparaba hacía la casa como para intimidar a sus ocupantes. Helena le contó a Amador acerca de la presencia de Nicolás en la hacienda y de la herida de su padre en la pierna a causa del disparo de Nicolás. Amador le confirmó que ya él estaba en camino a la hacienda abordo de un helicóptero a no más de 30 minutos del lugar, y le pidió que buscara la manera de refugiarse y de resistir el ataque de Nicolás. Helena, en medio de la angustia de las circunstancias y de las balas de Nicolás que en segundos asesinaron a varios de los trabajadores y personal de seguridad de la hacienda, le contó rápidamente a Amador sobre su padre y sobre la organización de la que hacían parte Nicolás, su padre, y algunos de los personajes asesinados por “Dos Balas” en las últimas horas.

La angustia de Amador fue mayor pues sabía que estaba ante profesionales del crimen, y su prioridad era proteger a Helena, así que le pidió celeridad al piloto del helicóptero con el propósito de hacer presencia lo más pronto posible en el lugar de los hechos.

Helena tomó la pistola que soltó su padre y se refugió en la cocina de la finca dejando a su padre herido en el piso. Nicolás entró a la casa y fue recibido por los disparos de Don H. con una escopeta de cacería que el padre de Helena alcanzó a tomar de una de las paredes de la sala de la casa. Sobrevino un intercambio de disparos al interior de la casa entre Don H. y Nicolás mientras Helena se refugiaba en la cocina buscando la manera de salir de la casa en busca de correr hacia un bosque contiguo a los jardines de la hacienda. Helena encontró la manera de salir a través de una ventana saltando por encima del lavaplatos de la cocina y buscó cubrirse detrás de un pozo de agua construido en concreto y grandes rocas ubicado en el primer jardín del sitio. Desde el pazo Helena logro ver a Nicolás a través de las ventanas de la sala y desde su ubicación disparó un procura de impactar a Nicolás. Los disparos distrajeron a “Dos Balas” quien al darse cuenta de la presencia de Helena en la hacienda se le notó sorprendido y preocupado pues supo de inmediato que la periodista ya conocía toda la verdad, lo que le dejaba un reto doble, y era acabar con la vida de padre e hija. Desde dentro Nicolás disparó al pozo mientras se cubría de los disparos de escopeta de Don H.. Los minutos pasaban y el tiroteo triple no parecía encontrar desenlace hasta que llegó el helicóptero con Amador abordo.

La situación era compleja para todos, así que Nicolás decidió derribar la aeronave ubicándose estratégicamente en una de las terrazas de la hacienda, y con su rifle de largo alcanzó logró impactar al helicóptero que comenzó un descenso forzoso. Los hombres de Amador respondieron al fuego desde el aire mientras Amador amarró su cuerpo con un arnés e inició el descenso utilizando cuerdas que previamente había soltado hacia tierra. Amador y uno de sus hombres cayeron seguro al piso y de inmediato buscaron cubrirse de los disparos de Nicolás que lograron impactar nuevamente al helicóptero, esta vez de manera definitiva. El piloto no pudo controlar la aeronave y finalmente terminó estrellándose contra un tanque elevado de agua que se posaba a unos 200 metros de la casa. Helena testigo del desenlace fatal del helicóptero pensó que Amador aún estaba abordo y con rabia descargó la pistola disparando en dirección hacía Nicolás, lo que le permitió a Don H. aprovechar para correr en dirección opuesta al tiroteo en busca del bosque contiguo a la finca. Amador y su acompañante también aprovecharon los disparos de Helena y lograron ubicarse mejor en la escena y desde sus posiciones dispararon a Nicolás con la intención de lograr un acercamiento de Amador a Helena para protegerla. Para la periodista fue de mucha tranquilidad ver a Amador en pié y ya juntos y cubiertos detrás del pozo Helena le contó que su padre estaba aún en la hacienda con intenciones de escaparse.

Luego de una seña de Amador, el otro agente en escena logró cubrirlo en medio de los disparos de Nicolás, pero finalmente desde otra posición Amador logró impactar a Nicolás en el pecho dejándolo tendido y sin vida en la terraza de la casa. Helena, Amador y su compañero estaban bien así que dispusieron sus energías para ir tras Don H., pero al ingresar a la casa se percataron que estaba vacía y al mirar en el perímetro lo vieron corriendo cojeando con su herida en dirección hacia el bosque a unos 200 metros de distancia. Los dos agentes corrieron en actitud de persecución, pero antes de poder acercársele Don H. Enrique había logrado montarse y emprender la huida en un vehículo todo terreno destapado tipo bugui que estaba camuflado en el bosque al inicio de un camino del que no se le veía final. La frustración de Amador se vio distraída con la explosión de varias casas que hacían parte de la hacienda. Todos corrieron a refugiarse de la explosión que en cuestión de segundos había logrado destruir todas las casas del lugar, había logrado además desintegrar a Nicolás que yacía muerto en la terraza de la casa principal; y sobre todo, había destruido toda evidencia relacionada con la organización que lideraba Don H. Enrique. Esta movida de escape había sido planeada por Don H. Enrique pues la hacienda era su comando central para la planeación, coordinación, comunicaciones y control de todas las actividades de la organización, y con la explosión también había logrado desaparecer a Nicolás, cuyo cuerpo podría también servir para iniciar una investigación. Helena, Amador y su agente estaban a salvo en los jardines de la hacienda, pero nada pudieron hacer para atrapar a Don H. Enrique y para salvaguardar valiosas pistas de la organización de “limpieza social” de la que hacía parte Nicolás.

Helena rompió en lágrimas y luego de un fuerte y cálido abrazo con Carlos Amador, comenzó a contarle todos los detalles que logró averiguar en la conversación con su padre. Amador le contó cómo llegaron a saber acerca de la entidad de “Dos Balas”, de la angustia que sintió al sentirla en peligro, y le prometió a su amada periodista que no descansaría hasta encontrar a Don H. Enrique para poder lograr conocer toda la información relacionada con la organización criminal de “Dos Balas” y sus colaboradores, aunque en el fondo pensaba y sabía que la tarea no sería nada sencilla pues luego de la muerte de Nicolás y de sus colaboradores en la organización, y luego de las explosiones en la hacienda las pistas eran realmente escazas.

Un beso entre Amador y Helena en los jardines de la hacienda en medio de las llamas y la destrucción y en medio de la llegada de personal de apoyo de la División en helicópteros y en camionetas cerró un largo capítulo de muertes violentas del que ambos habían sido testigos y protagonistas de primer nivel.

Los días siguientes transcurrieron entre papeleos formales propios de la División, declaraciones a la prensa por parte del Agente Carlos Amador explicando con detalle la situación y su desenlace, y marchas y protestas de las comunidades exigiendo que “Dos Balas” volviera a actuar. El apoyo de la gente a “Dos Balas” demoró en diluirse, pero mientras tanto Helena y Amador (condecorado por su actuación y resultados), intentaban construir una relación sentimental en medio del ruido mediático que dejó “Dos Balas”, y de la desilusión que Don H. Enrique le causó a su hija.

Mientras tanto, al otro lado del mundo, en la India, Don H. Enrique, desde un computador portátil conectado a Internet, y sin mayores recursos ni contactos, intentaba planear como podría ser el renacimiento de la organización de “limpieza social” con la que seguía comprometido.

FIN

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