Domingo, 1 de Enero de 2023.

  «Sería eso, verdaderamente. ¿Toda nuestra vida sería una serie de gritos anónimos en un desierto de astros indiferentes?»

  Ernesto Sábato, El Túnel.

No poder salvar y no poder salvarse.

Un yo más abstracto e imposible carga con mi imposición tan humana de lucha. Por amor, por cambio y creencia. ¿Servirá? Me da miedo saber la respuesta. Ahora flaqueo, no sé si quiero saber la verdad o vivir en el engaño. Tarde o temprano se cae el teatro y tiene que verse uno y a los demás sin filtro. ¿Qué lado nos estará gastando una mala broma?

No hay uno u otro lado, se me olvida.

Quisiera que uno pudiera escoger en qué cara de la luna vivir.

Me ausento de mí para vivir en la piel de otros. Sirve de poco, no encajo. Me quedan muy chicas o muy grandes.

Tanto por decir, pero me deshago en tiras. Naturalmente, estoy cansado. Si pienso que para mí es una elección, ¿por qué no podría serlo para los demás? Yo temo sonar cruel, porque también me pregunto siempre si tengo elección y qué sería lo mejor.

No tengo posibilidades. Tampoco puedo quedarme aquí sin hacer nada.

Dios mío, dios mío, dios mío. Que el cielo me salve ahora que mis piernas no pueden andar, ni mis ojos ver, ni mi boca hablar. Sigo pululando en este mundo como un primer organismo que para su desgracia ha creado consciencia sin la voluntad de moverse, pero teniendo que pensar en su propia inutilidad parasitaria.

Ten en cuenta que te quiero, a pesar de todo. En mí está la certeza de que en ti hay algo más que… No hay palabras para explicarlo, sufrirlo o embellecerlo. Es lo que es. Ausencia de color. Coserle la boca a la vida, atarla de manos, encerrarla en un armario oscuro. Cuando eso pasa, ¿qué queda?