Cuando aflora lo que uno (el inconciente) trató de guardar u olvidar por mucho tiempo, sale con todo el poder destructivo que fue acumulando y te destroza el alma, la psiquis, el cuerpo y todo lo que sos.
Entonces te vas apagando, sonreís menos y lloras más, salís menos y comenzás a aislarte del mundo. Te enfermás. Todo pierde sentido.
Muchas veces esa angustia, inenarrable, se convierte en enojo y ya no solo te lastimas a vos sino que también a los demás.
Ves todo oscuro, sentís que no se va a terminar más y que toda tu vida fue construida por una persona que ya no sos vos y que siempre ese dolor fue el que manejó cada decisión que tomaste. Te sentís cada vez peor.
Viene la sensación de vacío, no sentís nada por nada ni nadie y tampoco te interesa vivir.
Tocas fondo… Estás muy abajo, pero ves con claridad a los que siempre estuvieron con la mano tendida aunque no te entendieran o no supieran el origen de todo, y a los que se alejan. Ves también a personas ayudándote a sanar sin darse cuenta, simplemente existiendo y haciéndote ver que la vida es linda, que vale la pena.
Empezás a aceptar que no estás bien, encontrás algunos motivos, pedís ayuda e intentás poner en palabras lo que hace un tiempo largo no podías. Te pedís perdón y perdonás. Das las gracias y decidís reinventarte, aunque dudás. Todo esto en un proceso muy largo.
Te vas sintiendo cada vez más fortalecida. Obvio que tenes altibajos y recaídas porque hay miedos y mecanismos que permanecen, pero seguís, te aferrás a cualquier cosa que te de esperanzas.
De a poco sentís que vas recuperando tu esencia, volvés a reír, a amar, a sentir pero ahora en vez de castigarte por los errores que cometés te abrazás, te querés más y aprendés a usarlos como un impulso e instrumentos de transformación; te animás y te admirás porque fuiste capaz de soportar todo y de seguir apostando por la vida.
Te sentís capaz. Reconocés tus límites, dejás de pensar tanto y te atreves a sentir más; aprendés a valorarte y enseñás a otros cuál es tu valor; dejas, por fin, de darle importancia a vínculos y cosas insustanciales.
En síntesis: volvés a ser vos pero más fuerte, sabia y empoderada…te transformaste.
OPINIONES Y COMENTARIOS