Disfruto tanto verte, sentado en frente, con la mirada pendiente de tus cosas. Yo no puedo estar pendiente de nada más.
Mi respiración se hace más lenta, pausada, para poder oír mejor cada sonido que proviene de tu cuerpo. De pronto, levantas la vista, me miras a los ojos, y sonríes. Suelto de a poquito el aire que estaba conteniendo y mis labios se curvan, sabiendo que mis ojos reflejan la dulzura que siento, que me invade. Te siento tan cerca.
Pero entonces mi alma siente un poco de pena. Mis comisuras ceden, y mi sonrisa comienza a decaer. Estas lejos de nuevo. Como siempre.
OPINIONES Y COMENTARIOS