Resumen
María es una gitana, una muchacha pobre que se crió en un ambiente de pocos recursos, por su abuela materna pues no tuvo a sus padres presentes durante su vida, y sale un día en busca de empleo pues llevaba un tiempo parada y conoce a Robert Dante, un empresario dueño de la marca de carros Jowel de quien se enamora apasionadamente, hasta que ella descubre que él es casado y que nunca cambiará su estabilidad familiar por mucho que la ame.
Un día por cosas de la vida, María conoce a Carlos, quien la distrae un poco de la pena que se le asomaba en la mirada. Los caminos de ambos se cruzan para nunca separarse más, aunque el hilo rojo que conecta a María con Dante, nunca se llega a romper por más cosas que se interpongan entre ambos.
Capítulo en desarrollo
Él aún esperaba por ella. La salpicadura de grasa en la pared le recordaba el último encuentro había terminado de la manera menos favorable.
Ese día, llevaba puesto un vestido y una flor en la cabeza, haciendo referencia a sus raíces gitanas; las mismas que lo habían vuelto loco cuando volteó su rostro la primera vez que ella se le cruzó ante sus ojos, en plena avenida en Madrid.
Su mundo era tan simple, entre risas, bailes y la cartomántica que la habitaba, que parecía no tener que ver con nada con el mundo de él. Empresario, dueño de la marca de autos Jowel, un moderno prototipo de automóviles que estaba en auge en el mercado. Era un hombre de mediana edad bien posicionado.
Era despistada como nadie, se ponía a bailar sus flamencos a mitad de hornear un pollo; y esos arrebatos gitanos a él también lo atraían y lo ponían caliente.
Se había marchado hacía dos años. Dos años de batallar, de reinventarse otra realidad en la que había cabida para la felicidad, al menos ese discurso se lo repetía con tal de que estuviese clavado en su juicio como alfiler en prenda a medio hacer. La verdad olía a mierda. Mierda de la cruel, de la que dolía de a golpe. María ya no estaba ahí para soltarle una carcajada, a mitad de una conversación seria, o susurrarle al oído un «Te Amo» cuando terminaban de hacer el amor.
Ella desprendía un olor en la piel que lo excitaba con tan sólo sentir su aroma a distancia.
Un brillo diferente se reflejaba ese día en aquella piel cobriza. Su cabello color miel caía a mitad de espalda, cubriendo parte de su voluptuosa fisionomía, las ondulaciones del pelo le daban mayor vigor a la cabellera. Desde la primera vez, descubrió que sus labios, aunque carnosos, contorneaban la delicadeza de su rostro y suavizaba su boca, e hizo de ellos un elíxir de vida. Robert se desesperaba por besarla cuando la veía llegar.
Final
Dejar de existir no era el mayor miedo de Dantes. Morir es el último acto de la vida y por ende algo que viene implícito en el paquete. Dejar de pensarlo- si era un tormento del que nunca se libraría aquel corazón delator que cerró sus ojos por última vez, con desgarrador beso de amor.
OPINIONES Y COMENTARIOS