DICIEMBRE…

¡¿Hey, estás ahí!?

Por favor respóndeme y dime qué estás ahí, que sigues estando aquí.

Y si es que me puedes leer, ¿por qué no me has querido responder?

Ojalá pudiera decirte que me siento bien, que estoy cómoda viviendo en mi propia piel, que cada día estoy más cerca de descubrir quién soy, que vivo enamorada de mi versión, que dentro mío habita el Sol…

Una señal de vida y sigo esperando tu compañía, agotada en la bahía, sumergida en el olvido, ahogando mi versos conmigo, ¿cómo encuentras el camino cuando nunca sueltas lo vivido?

Las letras en mi piel van formando su querer, estrellas andantes que mueren y nacen, tus labios fueron oleaje y mis fuerzas mi equipaje.

Cartas sin enviar y saludos atrapados en tempestad, frente a frente con su mirar, lágrimas entre el mar y tus palabras no dejaré de recordar, vienes y te vas, son las rosas que te aman y mis sueños los que callan.

Veamos mañana y platiquemos junto a la ventana, voces en el viento me susurran que te quiero, ¿y si nada nunca es eterno, porque siempre recuerdo lo que siento?

Contestaré cada fragmento y entenderé cada pequeña parte de tu lienzo, quédate dentro y conserva mis libretos, baila junto a mi canto mientras poco a poco se va secando nuestro llanto.

La estoy usando y me recuerda a ti, mis huesos tiemblan como ayer, mis labios abriré y una sonrisa besaré, ¿realmente te encuentras bien?

Sueños que cuelgan como aretes en la Luna, tus miedos enfrentas pero ellos vienen y me derrumban, caricias de invierno dictando lo que siento, ¿crees que podamos hacer un último intento?

Resbala por mis manos, gotas de agua adornan mi ventana, entradas y salidas, yo siempre lo sabría, yo siempre lo entendería.

Palabras flotantes, sangrando mis venas, nunca conseguí que lo supieras, ¿has pensado en leer mis novelas?

Quédate en silencio y neutraliza mi centro, te olvidaré con el tiempo y borraré tu recuerdo…

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