Despues de ti

Despues de ti

Andrzej

11/01/2022

Caminaba recostado sobre el césped, pateando al que ha caído. Implorando, un destino.

Respiraba sobre aquel que yacía muerto a mis pies.

Las lágrimas… ¿Qué lágrimas?

La sangre… ¿Qué sangre?

Intentaba explicación alguna de una tortuga. El cielo, aquel que cayó del séptimo cielo se ha hecho pedazos en su sueño mejor.

¿Qué ha perdido algo? ¿Qué ha perdido todo?… que para siempre; es para siempre…

Se suicida una y otra vez y cree estar vivo. Se jacta de sus palabras incoherentes.

Busca un pedazo y sabe que está perdido. Se siente rodeado. Es que ha sido solo un muñeco triste y azul rodeado por ositos de peluche.

Su mundo, el que no gira. El que está detenido. El que estuvo una vez suspendido de un techo para así funcionar de antorcha para alguien que cortó el delgado hilo que lo sostenía.

Y si, aquel pintor que pintaba incansablemente su bello rostro. Estuvo en el escenario en el que ella dormía. Cuando los ángeles bajaban del cielo y se quemaban con antorchas apocalípticas, para poder calentarla a ella de la fría noche.

Aquel ser. Aquel muñeco pintor y suicida está ahora muerto a mis pies. ¿Y yo que soy? … tal vez solo el despojo de lo que quedó. El inerte y tambaleante ente transparente. La nueva vida sin vida de un cuerpo. El fantasma atormentador de los nuevos días que han de venir.

Solo un alma. Sin número. Sin nombre. Pero con cicatrices. Aquel que está muerto decía: “Las cicatrices no sangran, pero quedan en mi corazón.

Mi sangre no fluye por mi cuerpo, pues se reparte en el hondo vacío de mi herida.”

Es un final. Tal vez lo sea. O tal vez sea que respira solo el aliento de un súbito enigma cargado de nuevas incoherencias.

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