Perdemos la noche a nuestro ritmo,
mientras tus dedos en el piano me desarman suavemente.
Te acerco a mi pecho, y cada latido te nombra desde dentro
mientras la luna nos envuelve como un secreto.
Cuando tu caricia me nombra sin palabras, siento tocar las estrellas;
mis manos buscan las tuyas,
como si recordaran un sueño antiguo.
Te encontré sin buscarte,
y ahora mi alma no quiere soltarte.
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