Ha llegado el momento, tengo que irme, no puedo seguir aquí, sin saber si te destruyo o tu me destruyes, si es la indiferencia justa juez para esta condena que has profesado últimamente. Hoy, antes de partir con destino a lo desconocido, he pensado en ti, en todo lo que hemos vivido juntos, en todas las pruebas que hemos superado y en todos los secretos que hemos escondido y conociéndote como te he conocido a lo largo de los años empiezo a temer que lo nuestro ha llegado a su final, haciendo honor a esa temible profecía que todo lo que comienza tiene su final.

Caminando por la avenida principal, recuerdo cuando te vi por primera vez, allí en un salón de clases, allí en un grupo de desconocidos, allí en un campamento, digo primera vez porque en cada lugar conocí una faceta tuya de la que me fui enamorando, ahora a pesar de lo que ha pasado mi conciencia clama en la profundidad que tome distancia, pero mi corazón se niega a perderte, tal vez sea mas fácil olvidarte, pero no me gustan las cosas fáciles y mucho menos si mi historia esta en juego, me mantengo allí entre la vida y la muerte.. Pensaba en las veces que quizás pensabas en mi, en cuando me escribías o cuando me llamabas, en si re leías las conversaciones para reírte de algún chiste o para ver la ternura del momento, en si pensabas como yo en que esto nunca se acabaría.

Pero contrario a lo que esperaba te marchaste, aun sigo sin entender bien las razones del suceso, pero me da miedo preguntarte, pues no quiero incomodarte en tu nueva ida, y es que bueno, se que siempre has sido una persona muy sociable y tienes amigos a montones, personas que siempre estuvieron a tu lado y que acá entre nos también escuche como decían que te alejaras de mi; creo que debí manifestarme de alguna manera, pero uno enamorado hace lo que sea para evitar problemas así que acepte todo, siempre lo hice, tus defectos, tus inconmensurables deseos de comer, de reír, de jugar, de contar historias y de hacer cosas que nadie había hecho nunca, te apoye en tus problemas de salud y ayudaba a fomentar tu sueño de viajar por el mundo e ir especialmente a las Vegas, tu singular ciudad del pecado.

Al final el tiempo se encargará de sanarnos, o bueno de sanarme a mi, curando una a una las heridas de nuestros errores, de nuestros silencios, de nuestras distancias, lo hará con otras personas o incluso con otros errores, y bueno cuando te pregunten ¿qué pasó?, no te preocupes, puedes mentir, aceptare la culpa de todo lo que me incrimines, de las cosas que si hice y por las que no también, yo por mi parte tratare de evitar responder esa pregunta, diré de pronto que fue por el orgullo, que quedamos a medias entre un beso y un adiós, como un rompecabezas sin la pieza principal.

Tal vez con el tiempo pienses que te odio, y que nunca hice nada para mantener la relación a flote, que solo cometí errores y que no hacia nada para remediarlos, pero sabes, te puedo asegurar que dentro de mi, no existe gota alguna de rencor u odio hacia a ti, la verdad me seria imposible, pues aun rondan en mi mente aquellos momentos que compartimos, las risas, las miradas y esos malditos besos que aun sueño por las noches,los lugares que visitamos, las enseñanzas y los sueños mutuos, aun recuerdo la primera vez que hicimos el amor, cuan tímidos estábamos, decidimos conocer nuestros cuerpos de igual manera que conocimos nuestras vidas, recorriendo cada hoyuelo, cada peca, cada curva que exponía la sensualidad del otro, aun recuerdo tu pequeña marca en tu pierna izquierda y esa mirada picarona que brillaba por sobre las sabanas, ¡wow! que buenos momentos, no solo hiciste sacar lo mejor de mi, también me hiciste estrenar sentimientos que dentro de mi concepción estaban prohibidos, y termine siendo una personas que veía en ti un futuro, una historia.

Hoy comprendo mas cosas de lo que fue nuestra relación, y al final entendí que pensabas que tu eras más de lo que yo podría merecer, que tus besos, tus caricias y miradas eran mas valiosas que el perdón por mis errores, que no viste lo mucho que te quise, y yo no comprendí lo mucho que me llegaste a amar en un momento, al final supe que temías arriesgarte sin garantía alguna y ahí fue el mayor error, cuando amas no hay garantía alguna, y bueno al final no supe llenarte los espacios con aquello que deseabas y aunque feliz me hacías, tomaste la distancia adecuada para despedirte sin decir adiós, como un beso dado al aire sin destinatario alguno, como una hoja en blanco llena de letras sin sentido. Por eso hoy acepto tu despedida, aunque no me leas, aunque no me escuches y te hayas olvidado de mi, hoy acepto que eres feliz…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS