DESESPERACION

Que tal señores, espero, mejor que yo, hoy probablemente sea uno de esos días extremadamente tristes, si es que ya no lo era desde algún tiempo, lamentable hay cosas que uno no puede controlar, sobre todo, si eres joven y estúpido, el dinero no otorga la felicidad, mencionan por ahí, sin embargo, a mí me habría hecho muy feliz y, sino por lo menos me habría generado tranquilidad, hoy por hoy, no sé cómo terminará el resto de  mi vida, no soy religioso, ni creyente, ni nada que se asemeje al fanatismo por lo sobrenatural o supra terrenal, no obstante, hoy estaría dispuesto a serlo, hoy estoy dispuesto a esperar sentado a que las cosas pasen solo porque las pido y tengo fe, suena tan estrafalario y me siento tan ridículo, pero no importa, hoy no importa, siempre considere que era un tipo duro, demasiado insensible para el gusto de muchos, incluso hasta hoy, aunque de cuando en vez me llego a romper y la empatía hipócrita se transforma en empatía sincera, pero tampoco sirve de mucho, he llegado tarde, es más, ni siquiera he llegado, solo he servido de espectador y por eso me he roto, ves a todo el mundo caminar, oyes sus murmullos y tú sigues de pie, estupefacto, embobado, incluso eres golpeado, tu hombro es golpeado, te hacen sentir que estorbas, pero solo sigues ahí, de pie, en el mismo lugar, dándole vueltas a tu cabeza, tratando de darle algún sentido, mientras vas desapareciéndote de a poquitos, aún sientes los choques, pero dejan de sentirse físicos, tu hombro, ya no es el que sufre, muchos siguen su camino y lo golpean para avanzar, esos golpes cada vez se sienten más pequeñitos, hasta que desaparecen, tú desapareces, ahora la gente te atraviesa, es ahí cuando empieza el verdadero dolor, porque tú sigues ahí, sin poder hacer nada, de pie, queriendo hincarte, para terminar de desgarrarte, caen tus lágrimas, pero como no puedes llorar, estas caen dentro de ti, el dolor se hace más agudo, logras hincarte, golpeas el suelo, la gente que ya no te ve, camina por encima de ti, tus lágrimas resuenan cada que tocan tu interior, todo continua excepto tú, no paras de llorar, te preguntas por qué, una y otra vez, hasta que te quedas sin voz y lo único que logras escuchar es el eco de tus gritos, que van apagándose rápidamente, te frustras aún más, ya ni siquiera puedes intentar solicitar una respuesta y aun si pudieras seguir golpeando el suelo, gritando más fuerte o llorando de verdad, sabes que no obtendrías una respuesta, tratas de volver en sí, lo haces a medias, empiezas a caminar, sin rumbo alguno, deseas tanto poder hacer algo, al menos siquiera tratar, pero es tarde, nunca pudiste hacer algo y nunca podrás. Esa persona ya no está, no va a volver, no fuiste parte de su vida, menos lo serás ahora, que ella decidió abandonarla. Ella no sabía de mi existencia, tampoco yo sobre la suya, hasta aquel día, en el que decidió marcharse, el motivo, no lo sé, habría querido saberlo, habría querido poder ayudar, habría querido muchas cosas, ahora no sirve de nada lo que yo habría querido, solo espero que a pesar de dejar todo, no sea olvidada, no sé cómo era ella, no tuve la suerte de conocerla, eso ya no tiene relevancia, hoy solo importa saber que existió; todos siguen caminando, no disminuyen la velocidad de sus pisadas; yo, suelo detenerme, tomar algo de aire, sonreír, ser feliz, gracias a ella.