Desde mi necesidad

Desde mi necesidad

Ermitaño

04/10/2025

No había lugar habitado, ni existía un momento para una mente que jamás calla.

Entonces me dispuse a desligar las raíces que empujan al sol a quedarse en su propio calor.

El ruido me hizo enemigo de mi soledad;

y en lugar de abrazarme, abracé a alguien más.

Un abrazo frío, con piel, deseo y placer,

aunque helado a la vez.

Como rayos de luz filtrándose entre nubes grises,

algo en mí susurraba que debía sentir mis propias necesidades,

para comprender por qué buscaba afuera

lo que siempre habitó dentro.

Descubrí que no hay atajos sin grietas,

ni sombra sin alguien que la sienta.

Que aturdir las palabras en busca de rosas en la cama

solo deja en cero los números de mis propios te quiero.

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