
Quizás fui demasiado dura para ti, sin yo quererlo, sin darme cuenta, sin intentar hacerte nunca daño, te he convertido en lo que veo ahora.
Quizás, viste en mis ojos demasiados miedos, decepción, desesperanza, angustia, sufrimiento; y lo cogiste todo para ti, te lo guardaste y comenzó a corroerte, comenzó a endurecerte el corazón.
No puedo dejar de culparme por verte en lo que te estás convirtiendo; no puedo dejar de hacerme responsable de ti, de tu forma de comportarte y tus actitudes; no quiero ni he querido nunca salpicarte con mis angustias, ni dañarte con mis heridas.
Porque a veces pienso que solo yo veo de esta manera, que solo yo siento de esta forma tan intensa y extraña; porque yo puedo notar la felicidad o la tristeza detrás de tu mirada silenciosa, y siento que nadie es capaz de verte como yo te veo, y que todo lo que veo, me hace sentirme más rota, me hace intentar disimular para que los demás no me lo noten, y lo que hago, es acumular cada vez más preocupaciones, por ti, por mi, por todos.
A veces creo que me equivoqué al volver a este mundo, que he elegido una vida demasiado cansada, demasiado preocupada, y no puedo evitar pensar…
… que soy demasiado dura.
OPINIONES Y COMENTARIOS