Del otro lado de la ventana

Del otro lado de la ventana

El, simplemente miraba por la ventana, pero algo en sus manos me
lleno de terror.
Todas las tardes solía salir a caminar para relajarme y despejar la
mente, pero a unas cuadras de casa siempre me llenaba de mucha
intriga saber quién habitaba una casa en particular. Esta era una
casa muy antigua, más de lo que se imaginan y por lo general nadie
salía de allí en las tardes, quizás vi a una persona salir un par de
veces a las dos de la madrugada aproximadamente, pero era muy
extraño.
En la tarde estuve muy ocupada así que no salí como era de
costumbre, así que decidí salir de noche dando casi las 12 pm,
mientras iba caminando me decidí a esperar en la cuadra de la casa
que tanta intriga me daba para así conocer a la persona que vivía
allí y así sacar mis conclusiones de porque me intrigaba tanto.
Esperé por casi 2 horas y me había rendido de esperar, decidí
esperar unos 5 minutos más y por causalidades de la vida vi que se
encendió un foco de aquella casa, la verdad es que me sorprendió
mucho, en fin, me quedé allí esperando, observando detenidamente
cualquier movimiento.
Pasaron unos minutos, no muchos y vi una silueta pasar por la
ventana de manera muy rápida… Tome una buena postura y pensé
¿qué pasaría si voy y toco la puerta? Pero mi cobardía me gano,
seguí observando aquella ventana esperando alguna señal, hasta
que finalmente vi una persona de tés blanca, alto pero muy flaco
acercándose a aquella ventana, lo mire, me miro, lo analizo
detalladamente, vi lo que sostenía en una de sus manos, me entro
un escalofrió, quise alejarme, pero mi cuerpo estaba totalmente
paralizado del miedo, quería gritar, pero no podía, jamás creí poder
asustarme tanto, pero como era de esperarse. ¿A quien no le va a
causar terror ver a un hombre sosteniendo un brazo totalmente
mutilado? Por un momento sentí como mi cuerpo se llenaba de
adrenalina, justo allí aproveche y salí corriendo, nunca había corrido

tan rápido, llegue a mi casa y no dije nada, subí a mi habitación y
trate de dormir, pero no lograba conseguirlo, pensé en decírselo a
mis padres, pero no encontraba las palabras adecuadas. Por un
tiempo tuve muchas pesadillas y siempre al salir sentía que alguien
me seguía, pero al fin y al cabo de daba cuenta que era solamente
mi imaginación eso creía yo.
Una noche salí a casa de una amiga, iba a dormir allá ya que había
organizado una pijamada, pero nunca llegue, ahora estoy teniendo
el mismo final que aquella persona a la que le pertenecía aquel
brazo mutilado que vi esa noche.

Giuliana Astudillo

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