… Del desvarío.
(Kazíl Ologra)
Con mucho cariño para:
Mónica
Andreina
Peña
Pérez
Risueña.
Tu, ángel que iluminas
rostros de sonrisas bastos
¡Me has cegado!
Tu presencia difumina
Cordura, ansias, recuerdos
retocas las nubes
trastocas el tiempo.
Sueltas mis manos te veo,
tanteando tus trochas,
rosando tus pecas,
siguiendo tu voz,
buscando el leteo.
Mas cuando duermes
!oh ángel mío!
yo, cegado por tu hermosura
atado por tu astucia,
ensordecido por tu bondad,
deambulo en tu mundo
de ensueño.
¡Despierta! Y sácame de este hastío
y detén detenerte esta usura,
que crece atizada
con recuerdos, de tu gracia,
cultivando la duda
¿Has visto en ella maldad?
Tu sonrisa fue el señuelo
y sigo loco perdido y solo
en tu mundo de ensueño.
Multi-versos
Te tengo en 2 universos
separados por humo denso,
son paralelos pero inversos
y la hora de escoger pienso.
Universo de arboleda, ramales
de mi refugio, en que tus caricias,
libertinas, fugaces, ofuscan mis males.
Aquí el tiempo a nadie desquicia
ni se es herido en tus rosales
donde no se escuchan, palabras ficticias,
y provoca gritarte, te quiero a raudales.
Con tus labios envicias,
fraguas de risas inmortales,
y solo cuando el gesto inicias
ya repartes dulzura de tus costales.
Universo pútrido, florido cenagoso,
lleno de belladonas, trinitarias, lirios,
a inexpertos ojos bastante ostentoso
pero en sobredosis se cae en delirios.
La culpable estuvo aquí en mis dedos fogosos
y en susurro me dijo «Su olor es de varios»
Difícil es recordar, todo está neblinoso
las imágenes que veo solo causan desvários.
Momentos, Consejos, todo ahora es engañoso
Excepto la mirada de esos ojos fríos,
que ven la tortura como algo gozoso,
que no creen en confesiones,
mucho menos en idilios.
Te tengo en un universo
En el otro estas perdida.
La última vez.
Incontables son las razones,
para jugar con el viento,
pasar desazones, desear alientos.
Incontables veces, alto en rascacielos,
rasgaron mis manos, nubes en ti cielo.
Incontables veces, desconfié de ti,
son los vientos grises me alejan de aquí.
¿Tú te acercas cielo o estas de paso?
¿O quieres que te espere? a que te pongas
estrellas de noche y vamos hasta la tierra
a andar unos pasos.
De vuelta.
Por primera vez
Pise pensando,
Promulgando, las
horas perdidas
viles bajezas,
que serán migas
clarividentes,
cuando regrese
con tantas letras
del purgatorio.
Cielo.
Cielo, pequeño desde aquí admiro
tu inmensidad, dulce sosiego azul
donde los mantos de nubes te esconden
y cantas suavemente con tu céfiro.
Aunque no te hable, te tengo presente,
aunque no me hables, llega aquí tu brisa
enséñame a Marte, hacerlo sin prisa
a desentrañar, tu aire, tu risa.
Cielo no encuentro, cuál es tu defecto,
te describirían, idilios perfectos,
es inútil buscar los márgenes rectos,
al templo al que rinde culto este adepto.
Cuando el que ilumina, se convierte escaso
Y deja ver tus sonrojados ocasos,
oscuros, paisajes tornasolados,
que exasperados, apuran mi paso,
por algunos, senderos descalzo,
hacia la ciega piedad de tu regazo.
Entretejes ébano con tus manos
que adornas con perlas del rey Sutano,
y media luna por la que rezamos
luz que nos saca de lo mas mundano.
Cielo que cambias, con los días pasar
tus aires calientes, no van a ayudar
a seguir volando, ni con levitar
mas tengo reliquias para recordar.
Un girón de nube te logre arrancar,
que espero que dure al recuento mortal
blanco lazarillo me ha de recordar
las mejores galas de tu claridad.
Cielo, caprichosa, sos inconfundible,
tú la que enamora sin querer a miles
déjame admirar tu bondad sublime
pues va a ser difícil que de ti me olvide.
Silencios.
En lo profundo de la noche ufana,
cuando en picardías muchos se afanan
a tierra del cielo tu reino baja
revelando, silente, lo que callan
o intenta callar hasta la mañana.
A veces, sorprendes como eclipsando
ruido de niñas, preguntas, disparos,
unas lo afirman y otras negando
hasta el más vil de todos los descaros.
Aquel lustroso mes de octubre trajo
a mi harta vida el mejor de los tragos
en Plaza El Llano, sentado en un banco
mire tus ojos, tome de tu mano,
y tras, un corto, silencio profano,
te dije, te quiero, te quiero a mi lado,
Que no pase el tiempo, que no sea en vano
y tengo temor, temor de alejarnos….
…
…
…
…
…El silencio se rompió por fortuna,
tras probar en tus labios la dulzura,
designio de nuestras, gracias futuras,
el primer paso hacia esta locura.
Otras veces, celoso, indiferente,
silencio de odio entre los dos se siente
y por no decir palabras hirientes,
callamos, lo que el corazón no entiende.
Silencio Cómplice, siempre me aturdes
cuando a la piel de mi amada te fundes,
e impides que alguna intensión vislumbre
de ti mi norte, mi cielo, mi lumbre.
Cuando ya no queda nada que decir
y por tu sonrisa te noto feliz
el silencio grato se acerca hasta ti
ya no habrá peligro, ya no habrá desliz.
Silencios tácitos me han de acompañar,
presente al comienzo, estarán al final,
te dirán que nunca deje de añorar
tu cuerpo, tu voz ni tu olor familiar.
A la Leticia.
A la Leticia
que me desquicia,
a la esmeralda
que me engalana.
Canto estos versos
y gano un beso,
una delicia
muy añorada.
El tiempo admira
Como caminas
con tus caderas
por las aceras.
Vaivén que inspira
mujer divina,
a en la lujuria
tomar con furia,
suave tus muslos
marrón blancuzcos,
y mordisquearte
paciente amarte,
hasta embriagarme
de tus olores,
de almizcle y cobre
que me hipnotizan,
y sincronizan,
a tu mirada
junto a la mía.
Eres Leticia ,
con la sonrisa
blanca exquisita,
eres ficticia
princesa egipcia,
la faraona
a la que adoran,
la Dulcinea
que me desvela.
El pobre
Dejando atrás la herejía
después de hacer otra ofensa,
por falta de gallardía
maldije la bella ofrenda,
cuando en mi la furia ardía
sin haber ninguna afrenta
volví a pecar otro día
al desconfiar de esta hembra,
de las más hermosa perla.
Preciosa como un topacio
niña, viva enamorada,
mi corazón es tu espacio
aquí tienes tu morada,
si te vas que sea despacio
sin llorar nunca por nada,
recitando el epitafio
como un final hacia la nada
El tiempo que a ti te regalo
da vida a esta poesía,
volviéndose lo más grato
cuando mi tacto te ansia,
estoy de ti enamorado
compro tu amor si me fías.
Sueños
Desde la inopia
y contristado,
aspiro a gloria
yo fantaseando.
Sueños utopías,
con tu semblante
de picardías,
inconquistable.
REM dice que,
si dormitara
con tu cabello,
ahí anidara
este plebeyo,
por la mañana
viera el destello,
en la maraña
frente al sol hielo.
Fina catedral
líneas de tu nuca,
olor almendral
me dictan la ruta,
hacia el manantial
a comer tus trufas
Aun que es matinal
bajo por las frutas,
a desayunar
sin la compostura,
como disfrutar
rompiendo costuras.
Y Si la tonada
Cambia bruscamente,
La vil asomada
pasa por tu mente,
y entre telarañas
caigo de repente,
rodeado de babas,
de afilados dientes,
despierto en mi casa
sudado y consiente,
Queriendo soñar
cerca de tu vientre.
Lo aprendido de Sun Tzu
De nuevo carcomido
por mis propias entrañas,
maquinando agravios ,
tretas, artimañas.
De nuevo a la lucha
contra mis demonios,
los que solo escuchan
algunos oprobios.
Cuando atrincherado,
en momentos gratos,
veo asomar las tropas
avanzando a ratos,
van muy bien armados,
con sus alegatos
al fusil cargados.
En la desventura
del campo de guerra,
pasan proyectiles
rozan sospechando,
e inocentes mueren
en fuego cruzado,
los pobres recuerdos
caen agonizando.
Ha cesado el fuego
ya termino el juego,
y hay que recoger
las piezas faltantes,
desaparecidas
por entre las ruinas,
de santas mentiras
muy bien practicadas.
Piel ilusionada
has salido intacta,
de otra escaramuza,
de otra desvelada
pensando en la musa,
de otra madrugada
con mente confusa.
La esperanza.
La divina espera
digna de alabanza,
nos vuelve valientes
y enaltece el alma.
La tacita amiga
de lo más amable
los sueños confinas
los inalcanzables,
con tu inexorable
espera agradable.
El hilo de Ariadna
que mantiene altiva,
nuestras añoranzas,
las dubitativas,
que buscan bonanzas
tras la alabanzas
Si no me abandonas,
yo seguiré andando,
probando tus dones,
luchando y amando.
The last man standing.
Que este sea el trabajo
con paciencia, disciplina,
aunque no sea cuesta abajo
o el futuro se destiña.
Que esta sea la protesta
en contra de la avaricia
que corazones infecta
y algunas mentes desquicia.
Esta será mi trinchera
mi meta y mi encrucijada,
donde erigiré la estela
a las hermosas amadas.
Libertad, Justicia, Templanza
mantendrán mi guerra en alza
puños y letras, son armas
mi consuelo y mi esperanza.
Así,
Viviré soñando en el
resto de los versículos,
preparándome para el,
resto del espectáculo.
Haciendo de esto un trabajo
Sin medalla o pináculo,
por placer, por las amadas,
día, noche y madrugadas.
Lo que nos separa.
Quizás los detalles,
Incomprensibles,
Son para ser disfrutados,
La risa,
La muerte,
La felicidad,
Los sueños,
El amor,
La vida,
Las tristezas,
Las mujeres,
Cada uno
por separado
o todos juntos.
Y será lo que nos una,
las incertidumbres,
el primigenio dictamen
de la eterna ignorancia.
De que somos nada
dentro de un gran todo,
creados en misterio
o accidentalmente.
Pero el hombre
en su afán de superarse,
necesitaba, primero
clasificarse,
separarse
y así nacieron las normas,
la economía,
algo entendible,
para moldear,
para gobernar,
un mundo inteligible,
para si
a su antojo.
Más aun
ignorantes,
tenemos la dicha
de reír en sueños,
de vivir felices,
de amar mujeres
hasta la tristeza,
sin ser más que hombres
y morir.
Aun así,
han puesto precio
a nuestras horas,
a nuestro tiempo,
para separarnos.
Así tu tiempo
a un buen precio,
te alejara las tristezas,
hará feliz tu vida,
te amaran las mujeres,
cumplirás tus sueños
sin ser más que un hombres
y morir.
Cuantas mentiras,
indescifrables
nos distancian,
por no vivir
con el misterio,
solo un segundo.
Vive.
Sigue
persiguiendo,
los imposibles,
hasta el día
en que el ultimo
halito expires,
y habrás
logrado,
no todo,
pero si
mucho
de lo
añorado,
tras ese
rumbo,
siempre
en contra
de la entropía.
Himno de un frustrado.
¡Al estirar el brazo
por gloria!, deje
mi flanco desprotegido,
y termine con
algunas puñaladas.
¡Cuánta bajeza!
putas, canallas,
tendré que esperar
dentro del lodo,
para hundirlos
hasta el fondo
si os encuentro.
Los también pájaros deben morir.
En este universo o en otros,
Losalados que surcan cielos,
Viven entre ángeles, planean, se elevan,
Y mueren.
Unos caen con el corazón roto,
Otros se desploman, fríos sobre el hielo,
Pero todos muertos al suelo caerán.
Que suerte,
Tienen esos condenados, de volar,
Entre tu sosiega inmensidad azul,
Entre tus tormentosos días grises,
Entre tus blancos y rojos matices,
Suerte de los mirlos y de las perdices,
Que llenan su cara de tu aroma a almizcle.
Qué triste es el día,
Cuando caen enfermos,
Y sus lánguidas alas no impulsan su vuelo,
Quedan resignados a tocar el suelo,
Pasando sus días en frío cemento.
¿Cuándo imaginaron? los afortunados,
Que un día, fuera de ti, se iban a encontrar,
Elevándose a no más de una rama de un árbol,
Buscando revivir el placer de volar.
Seguro también, los pobres alados,
Prefieren morir, a en el cielo no estar,
Y por eso entregan, todas sus canciones,
Y así de alguna forma poderte tocar.
Epitafio
– toda locura es un sueño que se fija.- Cortázar.
Hace tanto que empecé a soñar contigo
Hace tanto estoy, anhelante de verdad
Primero aspire ser, tu guía, tu abrigo
y ahora estoy perdido en esta realidad.
Se fue perfilando tu mundo en mi mundo
vi a toda tu grandeza, crecer, aflorar
fuiste desatando en mi garganta nudos
que atan la cordura a mis ganas de amar
Admire tus nardos, lirios, girasoles
adore tu rabia, tus ojos saltones
de color castaño, a tu olor a cobre
me bañe en las aguas de tu amor salobre
Estando presente te hiciste mi cielo
estando azulado, los mejores vuelos,
las mejores vistas, el aire sintiendo
y aquel que lo sepa que diga si miento
Te hiciste cimiento, cuando mucho anduve
buscando la forma de alcanzar tus nubes
me quede pensando, yo escupe que escupe
sin saber que siempre a mis pies te tuve.
Te hiciste caverna para refugiarme
junto a tus circonios, rubíes, diamantes
riquezas que nunca verán tus amantes
pues ahí escondí yo todos mis males.
Inquieto tu mundo se volvió mi infierno
fue mi pesadilla, fue mi eterno invierno
tu silencio oscuro fue mi sufrimiento
ver tu rostro impune cantando, sonriendo
En este tu mundo, donde el sol no brilla
sílfide tu reinas, el honor mancillas
y en tanta oscurana veo unas lucecillas
son luces de porros me sirven de guía.
De tanto pensarte te hiciste mi mundo
te hiciste lucero que alumbra mi rumbo
un día te apagaste, me fui dando tumbos
entre la espesura de tu mundo oscuro
a tientas anduve hasta lo profundo
buscando librarme, del sueño, el conjuro,
te grite bien fuerte te amo, lo juro,
y sé que me engañas lo juro, lo juro.
OPINIONES Y COMENTARIOS