Una mesa que daba lo alto del estómago de Ramiro era la superficie donde el tenía el paquete que le había dejado Vermíl. Violar la seguridad de un dispositivo con puerto serial personalizado era algo que él no hacia desde hace mucho, además de que solo lo hacía de niño por juego. Para ello se tenía que encontrar la polaridad del utensilio, debido a que estos por seguridad y propósito intencional, carecían de un puente dieléctrico, incluso en algunos casos se tenía que hacer una conexión directa al disco de estado sólido por la complejidad del circuito electrónico. Una obra de arte de encriptación a nivel de hardware. Ramiro era un prodigio de los sistemas digitales, era a lo que la gente llamaba un vago marihuano, aunque él consumía dicho vicio, no era adicto.
El día transcurría, la determinación de Ramiro lo convertía en un jóven único. Siempre mostrando una sonrisa, lleno de alegría, bromista por naturaleza. – Espero no cagarla con la álgebra boolena– susurró.
Algunos componentes no traían número de serie o modelo, aunque el tenía ojo de buen cubero. Con sólo ver el circuito él se daba una idea de lo que hacía. El paquete estaba diseñado para destruirse con un corto circuito si no se introducía la secuencia correctas de pulsos eléctricos, lo que técnicamente tenía el nombre de contraseña booleana. Ramiro trataba de encontrar la compuerta que hacia ese proceso.
Después de un rato de estar consultando en la red, Ramiro se puso sus lentes de realidad aumentada, movió el cursor en el monitor de su computadora con un anillo trackpad, una herramienta que estaba construida con un sensor de ratón de ordenadores y dos botones ubicados en el medio del indice que podían ser presionados fácilmente con el pulgar, podias deslizar la herramienta prácticamente en cualquier superficie, todo estaba conectado y sincronizado con el móvil, computadora y lentes, el sueño de cualquier desarrollador.
Ramiro seleccionó una opción en su monitor. Inició una conversación telefónica.- Oye güey ¿tu sabes si este es el componente que da acceso?. El contacto recibió una fotografía del objeto en cuestión- pues me parece que ví uno de esos cuando fuí a medio oriente. Dame tiempo y te consigo la llave maestra. A Ramiro no le quedó mas, que esperar. Asi que él salió al patio de su casa, tomó un tabaco y comenzó a fumar.
El humo del cigarro era ligeramente visible, Ramiro jugaba con él, una vez que ya se encontraba en el punto exacto dela relajación, su móvil sonó, el tono de mensajes para ser exacto.Así que no dudó en mirar el texto, el cuál decía:
Necesito que des click en el enlace, confía en mi. Cuídate de gente extraña.
Ramiro a su vez pensó: Pues el es un extraño, debería empezar por él. Lo siguiente fue Ramiro haciendo lo que pedía el mensaje, nuevamente vino una idea a su mente: No te cuentas de crédito, voy a frustrarlo con su pesca.
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Un hombre atado a una silla era interrogado por un grupo táctico comandado por Eva Yilmaz. En la siguiente habitación se encontraba una joven de dieciséis años sometida y vigilada por asesinos, ella podía oir todo lo que pasaba con el interrogado, la situación es que ella lo acompañaba. El hombre al que le hacían preguntas era Rodríguez, director de la base de CENTINELA en la que estaban actualmente. Su hija Ana estaba atenta a lo que decían.- Estás acabando con mi paciencia- la mujer del cabello verde eléctrico desato su pienado; movió lentamente su mano hacia un bolsillo de su traje de combate y sacó una arma que disparaba un tiro por acción. Teniendo la pistola la movió modosamente hasta que el cañon quedo en la barbilla de Rodríguez. – No te diré nada- Rodríguez estaba sangrando a causa de la golpiza que le propinaron, pero seguía firme en su silencio. Eva apuntó al centro del pecho de Rodriguez. Después de que Ana escuchó la detonación que terminó matando su padre dió un imperceptible brinco que altero su estado inmutable por un instante.
-¿Qué hacemos con su hija? – el secuaz se se dirijió a Eva, traía un traje como el de ella, todos ellos portaban un ninjato en la espalda.
– Averigüen si sabe algo, ¿Qué más?…- Eva se fue del sitio acompañada de su escolta de élite. Ana estaba mentalizandose para lo le esperaba, lo mejor que le podía ocurrir era que la matarán prematuramente.
Una vez que estaba resignada y preparada para el daño físico que le harían el sonido de un cristal rompiendoseocurrió.
Los shinobi de PIR se distrayeron fácilmente, Ana aprovecho y dió un golpe a quien la sometía, cosa que funcionó por los menos para escapar, ella sólo vió correr a un sujeto en el la habitación.
Los asesinos la persiguieron con agilidad tremenda, Ana pronto fue alcanzada y acorralada, al momento uno de ellos fue tacleado. Era Vermíl, Ana aprovecho
nuevamente la situación, esta vez fué más ventajoza robando una pistola del magnicida, Vermil trataba de contener en el suelo al hombre, Ana accionó el gatillo, el sonido resumbo en la sala, la bala atarvezó facilmente al distraido esbirro, el cuál reaccionó a su herida pero enseguida se reincorporó como si el dolor fuera soportable para el tipo, Ana no se intimidó- ¡Tira ala cabeza!-Vermíl dijo con enfúria. Cayó al suelo quien trataba de controlar a Ana, enseguida disparó a quien le daba problemas a Vermíl pero el forcejeo le hacía difícil a Ana fijar un blanco estable, Vermíl dió un grito de dolor.La trayectoria del disparo pasó por ambos. Se escuchó enseguida otra explosión causada por la acción del arma, todo inperceptible al ambiente de un lugar donde se hacia un homicdio colectivo.
Un momento de reposo sucedió, Ana y Vermíl estaban tratando de recuperar la calma, la cual necesitaban para pensar como salir de la base. Vermíl se puso de pie, tenía una herida en el deltoide, el disparo de Ana- Casi me matas- Vermíl sonó quejumbroso por el molesto dolor.
-Le aposté- Ana revisaba los cadaveres en busca de mas armamento.
-Hay que usar sus trajes, tal vez nos mimeticemos- Vermíl se quitó una chaqueta con el logotipo de CENTINELA.
-Me parece perfecto.
Adentrados en la base rumbo al helipuerto, los dos evitaban cruzar con cualquier mienbro de PIR. Ingresaron a un cuarto de control, Vermíl comenzó a navegar en los menus del ordenador buscando como abrir el techo desplegable- encontré como pero no tengo la contraseña.
– Yo sí- Ana cortó cartucho, se preparaba para abrir camino hacia la nave.
-Tengo una mejor idea, yo te abro el helipuerto y tu prendes el piloto automático, ya que tienes las claves, no olvides abrirme paso con las pistolas que tiene montadas.
-Bien, águila alfanumérico.
Ana tardó algunos minutos en hacer lo acordado, dio la señal con el pulgar arriba, puso tres dedos visibles de su mano inidicando una cuenta regresiva desde tres. Vermíl pusó atención, Ana terminó la cuenta con señas, enseguida el hangar dejó pasar la luz de la luna, PIR se alertó y pusó su atencion en el helicoptero abreindo fuego, Ana disparó a discreción, a lo lejos la figura de hombre de PIR fue destrozada por la potencia de tiro del vehículo, incluso los objetos no oponian resistencia a la fuerte torreta, los lugares mas seguros eran los muros, Vermíl corrió fácilmente dentro con Ana. Seguros los dos, Ana inició el vuelo. El blindaje era suficiente para protegerlos en su despegue. La nave se perdió en la penumbra del cielo.
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El Catrín se encontraba en una de sus muy frecuentes noches en vela de su casa o pequeña fortaleza, platicaba con uno de sus amigos.
– … y luego que le digo, tú novia te esta poniendo el cuerno con un mamado, y me dice: ¿como sabes? Pues soy una DT viviente.
– Deja de espiar a tus amigos- carcajeo burlonamente el Catrín- de una vez te digo que si me delatas con una de mis novias voy a tener que darte una lección. Su amigo se carcajeo en la linea de voz- no conoces mi cara y peor aún dudo que sepas donde vivo, yo soy materia gris, y, te repito lo que le dije a ese güey: Soy una DT de carne y hueso.
-Se me hace que aún vives con tu jefa, y por como te expresas estoy seguro que eres chilango- el Catrín seguía riendo bufonamente.
La noche prevalecía y los dos tenían una conversación que hubiera seguido si es que lo que acontecía no les hubiera interrumpido. El catrín tenia una ligera paranoia debido a su forma de vida, así que estaba alerta todo el tiempo, se podría decir que gracias a ello él tenía sentidos aún mas desarrollados; su oido capto algo que ni su amigo lograba escuchar. En la oscuridad de un cielo pleno y libre de cualquier cosa que alterara su pureza, negro como el abismo, entrar en el era como ser invidente si no se tenía una luz. Los motores de un helicóptero sonaban, era la causa por la que el Catrín se pusó alerta. Inmediatamente el Catrín liberó su drones patrulla sobre el espacio aéreo. En la nave invasora venía Vermíl y Ana. El Catrín era covidante del área así que lanzó un aviso por lo altavoces de sus robots. -Identifiquese- dijo una voz artificial. A su vez el catrín vió el logotipo de una estrella de tres picos formada por triangulos isólceles apuntando a hacia el exterior del centro, buscó en su ordenador, Vermíl fue a la cabina del piloto antes de que hubiera un problema, el Catrín vió que el simbolo pertemecía a CENTINELA, Vermíl habló en el microfono: – Soy yo- dijo su nombre. El Catrín dejo su busqueda de armamento personal, era falsa alarma- me espantaste, güey- agregó, entonces escoltó al trasnporte hasta su pequeña fortaleza.
La nave disminuyó su velocidad, descendió, el Catrín fue lo más rápido posible a la puerta, visualizó navío, el aire corría intensamente a causa de las hélices, el vuelo terminó cuando la base del helicóptero toco el suelo. Una puerta trasera de cargamento se accionó. El Catrín vió salir a Ana y Vermíl apoyado con un brazo, inmediatamente la soltó, camino débilmente, su herida le molestaba. Ana seguía callada. El Catrín se pasmó al ver que sólo ellos bajarón.
-¿Y la güera?…- dijo con un vacio en el estomago, Vermíl se dejó caer al suelo, se quedó allí con la cabeza hacia abajo.
-¡Responde!- el Catrín perdió el control, agitó a su exahusto amigo sin control. Vermíl se talló un ojo, contenía el sentimiento.
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Héctor Sandoval era titular de un noticiero, él tenía el hábito de entrevistar figuras controversiales en vivo, esta vez Eva Yilmaz era su estelar. Las televisores trasnmitian su programa a las nueve de la noche en un canal algo popular y de poco interes para gente que le preocupaba mas una serie televisiva. Héctor conocido por atrevido y cizañozo le gustaba jugar con la fama y la opinion pública.
Una presentación habitual, una introducción irrelevante y tal vez considerada una acción formal para la audiencia del programa sucedio. Después el momento estelar llegó.
– Mujeres del país… del mundo. Esta noche tenemos aqui a una personalidad que yo consideraría briosa, es una empresaría reconocida internacionalmente.Pero mejor dejemos que ella nos diga más. Eva Yilmaz.
La figura de una mujer con vestido ajustado gris apareció desde el fondo del estudio, su pelo verde eléctrico caía desde sus hombros, su piel blanca y tersa la hacian atractiva, sus facciones finas jugaban un juego de placer visual junto con el labial rosa que usaba. Héctor pensó: Válgame dios. Hizo una sonrisa cordial y trató de no transpirar hasta dominar el sentimiento de atracción natural hacia el sexo opuesto que sufriría cualquier hombre, nada personal.
Héctor la invitó a ponerse comoda en una sala poco notoria.
-Bienvenida señorita Yilmaz, es un honor tenerle en este foro.
-Gracias ¿puedo decirle Héctor?- Eva fue incidente
-¡Claro! Ya que entramos en confianza me gustaria ser un poco mas informal ¿puedo decirle Eva?
– Por supuesto- Eva sonreía placidamente.
– Bien, comencemos. ¿Eva Yilmaz es ambiciosa?
– Me gusta superarme
-¿Y usted aparte de ser promujer tiene algun grado académico?
– En efecto soy Biotecnóloga.
– Eso es poco común, y llama mi atención, además, que viendo su extensa vida profesional me percaté que su fortuna fue heredada ¿es eso cierto?
-Sí, mi padre me dejó todo.
-Cuentenos de ello, ¿si es posible que se abra con nosotros?
– Por qué no. Mi padre tambié fue biotecnólogo, nuestra familia siempre tuvo un extenso negocio en actividad in vitro, aunque en nuestro país eso no era aceptado en su tiempo, sobre todo cuando las fecundaciones controladas tuvieron su auge. También le puedo decir que todo nuestro capital venía de las clínicas del extranjero. Puedo agregar que a mi me tocó vivir el tiempo donde laboratorios An Yulad tuvo problemas diplomáticos con Turquía, entoces mi padre tuvo que buscar refugio en Alemania debido a esto, soy alemana de nacimiento y turca de descendencia. Siempre fui muy apegada a mi padre, al final cuando tuve la capacidad suficiente reclame todo el imperio Yilmaz por derecho.
-Vaya historia. Hablemos de algo un poco más subjetivo Doctora Yilmaz: ¿Que es lo que hace en su tiempo libre?. Eva perdió contacto visual con Héctor y apuntó sus ojos grises hacia su izquierda por un momento inperceptible; levanto la mirada- Tiempo es algo con lo que no cuento frecuentemente, sonará cliché, pero soy una mujer ocupada.
– Bien digame ¿que le gusta hacer?
– Ahora que pregunta, me gusta la antropología.
– Eso es algo que no me esperaba, no se ve como muna historiadora- los dos rierón casualmente.
– Y cual es el acontecimiento que le interesa más.
– Me documento frecuentemente en la regulación.
– Bien, perdone que la interrumpa Doctora Yilmaz pero tenemos que ir a un corte.
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