«Querido santa, he sido una niña buena, me he portado muy bien durante todo el año, para esta navidad quiero»… siempre lo mismo, quieren cosas inútiles, no puedo creer que los padres de esos niños todavía les hagan creer que yo llevo este tipo de cosas, aunque, a veces sí lo hago.
Si, soy Santa, y si existo, pero no como todos creen, no me meto por la chimeneas de las casas repartiendo obsequios, no premió a los buenos ni castigo a los malos (bueno más bien sí), pero no les doy carbón, yo soy el que imparte justicia el día de navidad.
Y si, reviso las cartas que me envían, pero es para saber quién está buscando mi presencia, realmente.
¡Oh! Acá hay una, «Querido Santa, he sido una niña buena, siempre hago lo que me dicen, me mantengo en silencio mientras papá duerme en la otra habitación, trato de ser invisible a sus ojos, (quisiera ser invisible), desde que mamá murió, las cosas cambiaron mucho con él, antes era un padre cariñoso, que me cuidaba y protegía, ahora no me deja ir a la escuela, me hace arreglar la casa, le tengo que hacer la comida, y mantenerla caliente, se que esas eran cosas que hacía mamá y yo ayudaba, pero lo que no se, es si ella hacía lo que él hace en mi habitación en las noches, solo se que me hace sentir miedo cuando se despierta, a media noche y se pasa a mi habitación, y… Por favor Santa, se que tu solo entras por la chimenea, (no tengo una), y le das regalos a los niños buenos (yo creo, siento que he sido buena, o eso es lo que dice él en la noches. Aunque a veces pienso que es más un castigo, los premios no duelen).
Solo quiero que me… Nada Santa, disculpa por quitarte el tiempo, (papá acaba de entrar a mi habitación, vio la carta y me castigo, esta vez sí dijo que era un castigo, por quitarte el tiempo), (si te llega esta carta, disculpa las manchas, son lágrimas del dolor que siento en este momento), no quiero nada, no me lo merezco, Samantha»
Esto es lo que busco, niños maltratados, abusados, para darles su obsequio, no entro por la chimenea, no la necesito, nada me va a detener, iré a su casa, y le daré lo que se merece.
Fue una noche productiva, fui a casa de Samanta, no esperaba algo así, ¿a qué padre se le ocurre que una pequeña niña es el regalo para sus amigos?, es una pequeña de 10 años, realmente fue una masacre, lo que pasó en esa casa, no esperaba encontrar a tanta gente, tristemente no pude ir a ningún otra casa, pero felizmente acabe con todos esos bastardos, aunque compadezco a los técnico que lleguen a recoger el desorden, realmente fue una masacre.
Pero bueno, estoy complacido por Samantha, recibió su regalo de navidad, estaré pendiente que llegue a una buena familia, una de verdad.
Está por llegar otra navidad, revisó cartas nuevamente, buscando a quien ayudar, acá encontré una que me gustó.
«Querido Santa, soy Samantha, solo te quiero agradecer por mi nueva vida, ya hace casi un año que me sacaste de casa, no se muy bien que le paso a papá y sus amigos (aunque me lo imagino, por lo que vi en las noticias, no se como lo hiciste, pero me alegra) , la trabajadora social solo dijo que el no va a volver, y eso me hace hace feliz, después de unos meses, encontré una familia, ya no tengo que hacer las cosas en la casa, es más me lo prohíben, volví a la escuela y tengo un perro y un gato, y acá entre nosotros, no quiero que me des nada de obsequios, la otra noche los descubrí, envolviendo unos obsequios de navidad, y uno era una hermosa muñeca que me quede el otro día mirando en la tienda, espero que sea para mi, (aunque ellos me dicen que te tengo que escribir para pedir mi obsequio), pero sabes no importa, si no es para mí, soy feliz, ese día les daré de obsequio, decirles papá y mamá, por primera vez, ya me lo han pedido varias veces, pero quiero que sea especial.
Gracias Santa, espero que puedas ayudar a más niños, un beso y un abrazo».
Esas son las cartas que me gusta leer, me llegan muchas cada año, mis pequeños y otros ya no tan pequeños me siguen escribiendo, contándome sus vidas, y cómo recuperaron la alegría, muchos me escriben por años y años, hasta el final de sus días, y cuando me alcanza el tiempo, les llevó algún obsequio o a sus hijos.
Me preguntaran porque me escondo en la imagen de un viejo bonachón vestido de rojo, y solo les puedo decir, el rojo oculta muy bien la sangre, siempre he tenido esta imagen amable y sonriente, y si, me gusta que lo último que vean, es un rostro sonriente, y pss lo gordo, ehh, muchas veces no encuentran los cuerpos, o parte de ellos, vivir en el polo norte ayuda mucho a preservar la comida perecedera.
Bueno, solo les quiero decir, pórtense bien, cuiden sus niños y amenlos, no vaya y sea que Santa se entere que no eres un buen padre, y te lleve un regalo de navidad.
JO, JO, JO, FELIZ NAVIDAD.
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