Apague los cigarros mirando la esquina derecha del techo, tome un respiro profundo y empezó el otoño; al igual que un atardecer de universidad el día Domingo, desempolvando mi sonrisa puesta en el velador, viendo como se apaga el sol, intentando saborear la sal de tu ultimo beso, tome mi lápiz mal tajado y empecé a escribir de nuevo.
Mientras el viento borraba mi nombre y yo desaparecía cruzando el puente, ese mismo puente donde debajo descansa mi corazón sobre unas flores, esperando no verte al final, guiado por falsos faroles discretos, sobrellevando mi memoria entre hojas secas, pero nada existe si no cerramos los ojos, porque el miedo enamora a los desesperados y mas aun terminando Agosto.

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