Daemonis et Angeli

Daemonis et Angeli

Astaroth

25/10/2017

Prólogo.

Nos retornamos al pasado.

Donde las cascadas de aguas turbias y el cielo se hacían compañía el uno al otro.

Donde las historias jamás contadas y los cuentos que pretendían ser la realidad de “LA VIDA” se equivocan.

La soledad siempre ha permanecido a nosotros, como esa “compañía” que en realidad no es nada más que una falsa ilusión. Pero qué hermoso es vivir y tener esa falsa ilusión y qué bello es sentir que estás vivo en los momentos en los que tienes compañía.

No les contare todo sobre los misterios que esta vida conlleva consigo misma. Pero te contare los de la muerte.

No empezare recitando poesía, aunque sería un buen inicio.

No les tomare el pelo.

No hare que sueñen con aquellos seres que en este libro tendrán

Les hare dar un orgasmo más allá del sexo, o del placer de saborear una deliciosa comida. Pero no les prometeré que será perfecto, lo intenta, y cuando intentamos algo con el sacrificio pleno y el amor con el que se hace, se puede volver único.

Pero eso si, en este libro está completamente prohibido no imaginar, esta hasta el punto más allá de lo imaginable, solo, siéntate y prepara una gran taza de café y tu imaginación totalmente suelta y mucho amor.

Solo nosotros ponemos límites a nuestra imaginación. Solo nosotros podemos crear murallas donde no están, solo nosotros, por eso… los invito a imaginar y a ser un únicos.

Cap-1

Soledad.

Tenemos a la desolación siempre con nosotros, es parte de nuestras vidas. Pero unas personas la tienen más que otras. No se puede explicar la manera como la que esta actúa, ni lo que quiere que pase en nuestras vidas. En algún momento hemos pensado en tener más fácil a la soledad que a algunas personas, pero siempre es bueno tener compañía.

Me encontraba en mi remolino durmiendo, había pasado toda la noche leyendo libros con mucho café y mi pipa cerca, unas pocas horas antes.

Sentía un cansancio que apagaban mis ojos y mis ojeras me cubrían, acto después de acostarme alrededor de unas 3 horas, mi puerta sonó con un estruendo que me despierta; esto lo ignoro completamente y me vuelvo a cobijar hasta la cabeza, después mi almohada la coloco arriba de mi cabeza tratando de tapar todo el ruido que hace la cosa que este tocando mi “Recinto” que no era nada más que un remolino completamente desorganizado y poco cuidado. Después de ignorar el sonido se colmo un poco, pero ahora era un sonido mucho mas diferente, era un sonido de rasguños no tan sólido como la de un lobo, esto lo ignore por completo. Por 3 vez dio el rasguño más duro.

Fue imposible ignorar esto por 3 vez, sentía que la cosa que había allí podía estar en problemas.

Me levante mientras me tocaba los ojos para despertarme un poco, no tuve tiempo de lavarme la cara. Voy transitando mi grande molino y pienso que tengo que hacerle una gran limpieza a este molino, las cajas estaban por todos lados y mi ropa igual.

Abrí la puerta y mire rectamente a la dirección de mis ojos, y no encontré nada. Antes de dar una zancada hacia delante moviendo mi cabeza a los dos lados algo me dio una picada en mi pierna descalza. Miro hacia abajo con curiosidad de que era lo que en verdad me estaba lastimando, era un dolor pasajero solo molestaba y me esperaba todo menos esto.

Era un Búho totalmente blanco, al instante se me vino a la mente porque un búho a llegado a mi hogar y tan desesperadamente tocaba mi puerta, rara vez veía uno, solo los analizaba cuando me dirigía a la montaña para sentarme al lado del mar a escuchar las olas y leer, pero siempre se encontraban súper lejos para poder tocarlos, en grandes árboles y siempre solos.

Las preguntas empezaron a invadirme, lentamente fui creando mis propios conceptos de el por qué estaba allí.

No se movía de la puerta, lo invite a pasar, pero no respondía, era raro ver un animal en el pueblo que no se comunicara, será el miedo o no sabe hablar – Pensé.

Me acerque a la puerta la cual estaba abierta totalmente y le señale mi aposento y la criatura empezó a avanzar lentamente, vi que alzaba el ala izquierda y no la movía la derecha se movía totalmente; en ese momento supe claramente que el búho estaba herido. Lo agarro del pecho sin ir lastimar la ala, las alas eran grandes hermosas, al igual que él, era un búho que nunca había visto. Lo coloco en mi sillón, el cual estaba empolvado hasta las patas.

Hola – espera traigo una cobija, esto está muy sucio – le digo mientras él me mira sin quitar el ojo de mi cara, sus ojos parecían sin vida, no parpadeaba no se salían de sus cabales.-Me da miedo que me mires así, le dije.

No respondía nada mas , ni suspiraba , tan solo con esos ojos grandes me miraba totalmente paralitico, los búhos no se conocían por hablar mucho , por lo menos lo que se escuchaba en el pueblo , pero este búho era extraño , no contestaba ni un si ni un no , me resigne a no pensar más en esto y me fui a la cocina , a prepárame algo de comer , abrí la alacena y me encontré con algo extraño y muy sobresaliente y en el lugar donde había dejado mi pan no estaba , tenía muy poco y pretendía que si se me acababa tendría que ir después a comprarme uno , con eso no había problema , pero , en esa parte no estaba , empecé a buscar como loco el pan , tenía un hambre que brutamente me estaba comiendo por dentro , sentía mi pobre estomago en el cuello , me estaba cogiendo una desesperación y en el gabinete que le seguía buscaba el pedazo de pan para calmar mi agonía que ya se estaba convirtiendo en ira pura y fina. Seguí buscando en cada uno de los gabinetes de la alacena y no encontré el pan en la parte superior, me dirigí a buscar el pan en cada uno que estaba abajo.

Abro el gabinete y cae una rata sobre llevada de pan que no podía con la barriga. Me llegue a asustar en ese momento, me estaba mi pan, pero no que una rata se la estuviera comiendo me tiro para atrás agachado y me caigo por la caja de calzones que tenia detrás, al caerme sigo moviéndome para atrás con un susto que no me aguantaba. Escuche una carcajada de alguna parte, mire arriba del molino a ver si una paloma estaba allí, pero no estaba nada, excepto la rata, el búho y yo, la rata no pudo ser, pensé al instante, estaba muy concentrada tratándose de comerse todo el pan, para que yo no le quitara ni un cuarto de lo que le quedaba. Mire para atrás donde se encontraba el búho, y se había movido justamente para mirarme.

Para eso si dices alguna palabra-Le dije mientras me tocaba la nalga adolorida-ve cométela se que a los búhos les gustan – le dije mientras se la señalaba con el dedo índice.

No como ratas-dijo el búho mientras con el ala izquierda colocando la cabeza a unos 30 grados para arriba, totalmente quieta en un gesto de prepotencia-No soy como todos los búhos-dijo.

No que no hablabas-Dije mientras me sacudía mi short del polvo que hacía en el piso después de la caída- Me dejaste hablando solo en 2 ocasiones.

No estaba seguro de hablar contigo-Dijo con una forma de inseguridad-Pero en fin, si hablo, es lo que quieras saber-Dijo mientras miraba su ala derecha.

Mientras el hablaba miraba con la clase y seguridad que hablaba, era muy decente y con clase, las palabras eran las que tenían que ser, y con decir alguna todo estaba claro, el decía lo que yo quería escuchar, por eso lo decía, sin rodeos y sin inventar historias.

Las preguntas empezaron cada vez más a resonar en mi cabeza y mi manera de explicarme era muy obvia, el miraba las ganas que quería de preguntar, y resolver mis dudas sobre él y la facilidad de llegar y sentarse en mi sofá e invadir mi mente con preguntas que el solo tiene la respuesta.

Primero que todo, ¿Por qué has venido a mi molino? ¿Y cómo? Quiero saber las razones-Le pegunte ansiosamente esperando la respuesta con cara de violador en potencia-Vamos responde-le dije mientras daba vueltas en mi mismo lentamente y con los brazos en mi cintura (Parecía subnormal).

El cómo, fue algo tedioso, tuve que buscar un molino entre varios que no están muy lejos de aquí, y por ello me herí mi pobre ala y tuve que aguantar varias noches la puta agua que no dejaba de caer casi todas las noches, tuve que aguantar frio y que unas palomas se burlaran de mi-dijo él con ganas de no volver a repetirlo.

¿Y por qué has venido donde mi?-Le pregunte ansiosamente creyendo que no había escuchado mi primer pregunta-Vamos dime.

Sé que quieres saber el por qué y las miles de razones que te están invadiendo en este momento, pero con exactitud no te lo puedo decir ahora, solo diré que es algo especialmente peculiar, como yo –Dijo seguro de si mismo y creyendo que yo le iba a hacer estas preguntas y mediante el viaje iba entrenado la respuestas a mis preguntas tan singulares.

Vamos no crees que con ese sermón te dejare pasar toda la noche en mi molino y comiendo de mi comida-Le dije tratando de convérselo en aclararme todas mis dudas.

¿Qué puede hacer un búho en una casa?, ni modo que te hurtare-Lo decía mientras se carcajeaba-No lograras nada así Dick Miller.

No sé quién eres, ni como te sabes mi nombre, nada de ti, me estoy empezando asustar-Dije mientras lentamente me le acercaba.

¿Dime, nunca te hablaron de mí? –Dijo el búho mientras me miraba fijamente esperando mi respuesta.

No. ¿Por qué deberían de hacerlo?-Dije.

Vaya que debieron de hacerlo, pero de tu padre, eso era de esperar, ese hombre es testarudo-Dijo mientras saltaba del sofá buscando algo en el suelo.

Mientras el búho se acercaba a la alacena vio que el ratón seguía con su pedazo de pan entre las dos manos comiéndoselo, pero esta vez, más lento y con mas aferro al pan, sea acercaba con algo de asco, pero cada vez mucho más cerca del pobre ratón que temía que el búho acabara con su vida y con su pedazo de pan, temía mas por el pan, que por su misma vida.

Oye-Le dice el búho mientras lo agarra con el pico en la nuca-¿Dime eres un espía?-le dice mientras lo analiza tratando de que el ratón sienta miedo hacia el.

¡Emm no! ¿Por qué sería un espía? –Dijo el tranquilamente.

¿Por qué te quedaste tanto tiempo, escuchando nuestra conversación?-Dijo mientras lo apretaba más duro -Vamos dime, si no quieres que te coma-Dijo.

Oye…No me vayas a comer, vale te lo digo, me da vergüenza admitirlo, pero… ¿hablo con la comida está bien?-Dijo mientras su cabeza la dejaba caer con un gesto de decepción por sí mismo.

Esa no te la crees ni tú. Dime enserio, no me hagas perder el tiempo, acéptalo, eres un espía-Dijo mientras sacudía el pico y con ello al ratón se balanceaba mareado.

Vamos para, estoy repleto, me llene mucho, vamos suéltame, me voy a vomitar. Dijo el ratón mientras se tapaba la boca con las dos manos.

Yo creo que enserio si habla con la comida-Le dije al búho.

Como puedes creer eso, que ingenuo eres…–Dijo el búho mientras miraba fijamente al ratón que estaba en su pico.

Era muy obvio que el habla con la comida, ¿cómo crees que lo encontré?, acariciando el pedazo del pan y susurrándole algo al oído, y después de eso, esperaba la respuesta del pedazo de pan, colocándolo en su oído-Dije mientras me sacaba de la uña anular un pedazo de astilla que no sé de dónde carajos salió.

Además, no creo que sea un espía, los búhos por lo que tengo entendido comen ratas, y si fuera uno, sería un idiota al tratar de venir a espiar sabiendo que hay un búho en este recinto lleno de polvo y sin comida.-Dije con seguridad de que no era un “espía”-Puede que seas tú ,sabes mi nombre y me estabas buscando , no sé por qué me vayan a espiar pero en todo caso de que fuera real, lo más probable es que seas tú-Lo dije en un tono serio , pero lo estaba diciendo totalmente de broma para ver como actuaba.

Ahora suéltalo-Dije con tono de tranquilidad-Tranquilízate, esto es porque tienes hambre, estás bien paranoico, tendré que ir por algo de comer.

Te acompaño-Dijo el búho mientras soltaba al ratón.

No iré solo, tú con esa ala no podrás salir traeré algo para los dos. Nos vemos hambrientos-Dije mientras buscaba una toalla que estaba en una canasta al lado de una mesa que tenia a 2 metros de mi sofá-Espero que se lleven bien los dos-Dije mientras daba unas carcajadas.

No me voy a quedar con el –Dijo el búho-Vaya es chocante-Dijo con prepotencia.

Señor, no me quedare con él, me puede comer-Dijo la rata mientras recogía su pedazo de pan del suelo.

Tienen que hacerlo-Dije algo enojado.

Mientras buscaba mi toalla pensaba en que le iría a decir a la persona donde iba a ir y si esta vez, no me comportaría como un patético hijo de puta malcriado como lo era, y me comportaría con mas humildad, eso es lo que yo pretendía de vivir en el campo, y más en un molino solitario y desordenado, buscaba cambiar toda la rutina que tenía antes y empezar a hacer lo que me gustaba más, pero ella también hace que me guste y me comporto como no lo debería de hacer , no estaba muy acostumbrado a hablar con chicas y ella era espléndidamente hermosa , pero solo nos hemos dicho una que otra palabra , y yo la he espantado. Tengo que dejar de hacer eso –Me dije a mi mismo tocándome la melena que por supuesto me tenía que quitar , parecía un vagabundo y así no me podía presentármele , esta vez sí le tenía que decir más de dos palabras , que no fueran mi pedido.

Entrando al baño, recito claramente lo que quiero decir mientras estoy en el retrete, ahí en ese lugar tan maravilloso, las ideas flotaban mientras mis manos las colocaba en mi cumbamba y en mis rodillas apoyaba los codos de dichos brazos, así me la pase vario tiempo, no parpadeaba ni suspiraba.

Espere un buen momento al meterme a la ducha estaba completamente fría, pensé en meterme de un solo golpe a la ducha, pero un error catastral fue el hecho de colocar un pie en el charco de agua que se hacía en el orifico colocado perfectamente en el centro de mi pequeña ducha.-Vamos deja de ser cobarde.-Me dije.

Alistándome para salir, ya bañado, buscaba una prenda que diera una buena probabilidad de dar una buena imagen de mi mismo. Lo difícil era poder encontrar algo decente en todo el desorden que tenía mi closet, me ofusque al no ver nada bueno en mi closet, le pedí ayuda al búho.

Parece estúpido pedirle ayuda a un tonto búho, ¿pero me puedes ayudar a encontrar alguna ropa en este desorden?-Le dije.

Claro que si ¿Por qué no lo haría?.-Dijo.

Porque eres un búho…-Le dije con simpleza.

No porque sea solo un búho no sepa como visten los humanos.-Dijo.-Vamos ve esta camisa de color negro rojo con cuadros negras mangas grises , con un cuello que daba mucho calor, y más por la tarde que hacía bastante calor, insoportable

Sería una buena opción si saldría de noche, pero mira el calor que hace.-Le dije.

Está bien, esta la descartamos por completo, busquemos algo que de menos calor, algo más cálido.-Dijo mientras buscaba algo.-Esta podrá estar bien.-Lo dice mientras me muestra una camisa que me parecía linda siempre pero solo la use una vez, porque al lavarla se me perdió en todo este desorden que se me hacía en este tedioso closet, tenía un diseño moderno y no tan antipático, de eso constaba, dejar de ser tan “antipático” , me coloco la camisa y busco unos pantalones , de cualquier manera , tendría que ser uno cálido y no agobiante, encontré el pantalón perfecto , y ya tenía los tenis , eran unos que casi nunca me había colocado, siempre salía con lo mismo . Desde ahora me está importando mas mi apariencia, lo más probable es que sea por ella.

Ya vuelvo-Les digo a mis nuevos compañeros de pisos.-Ahora si se tiene que comportar bien.-Me burlo.

No me dejes solo con este ignorante.-Dice el búho.

Pesados, que os dejo.-Les dije de charla.

Mientras me iba de mi molino, me acompañaba consigo un gran camino para llegar al pueblo, no era más que una gran ciudad apartada de todo grande, pero con gente muy pueblerina que se la lleva bien con todo el mundo, a mí, por el contrario, no me gusta

Cada vez que pasaba por un rebaño de ovejas, suelo tocarlas y quedarme un rato con ellas, pero hoy no sería así, pase por el lado del rebaño y el pastor me saludo, yo, con un gesto moribundo lo saludo, el sol me pegaba tan fuerte en la cara que mi gestos se hacían cada vez mas bruscos, pero era la única parte por la que podía transitar por el bosque no pasaba nadie , decían que es tan obscuro y que las cosas que allí habitan no tienen alma , además de los animales.

No creo en falsos testimonios de gente esquizofrénica. Puedo estar más loco que ellos pero solo creo en lo que veo, a final de cuentas son solo rumores, o eso creía…

El café quedaba al lado de una tienda de zapatos, en esa parte no se veía mucho comercio, lo que si se veían por doquier eran los ancianos que se mantenían en los bancos tomando café o algunos lustrando o comprando zapatos, los que tenían como, podían transitar este lugar salir y entrar, no era muy barato, por lo contrario, la gente que tenia con que, se juntaban por esos lados a charlar un rato.

Mientras caminaba nervioso pero no con ansias por la pena que me invadía, sabía que decir o al menos eso creía.

Me iba acomodando mi pantalón para ver que no estaba untado de lodo o algo sucio, me sacudí y completamente seguro de mi mismo pienso entrar, pero al encontrarme al frente de la puerta veo a una anciana moribunda y con rastros de basura en su ropa, me pare detrás de ella esperando que me cediera algo de lugar para así entrar y hallar a esa persona que no había anhelado hace tiempo y ya.

Me das un permiso, por favor.- Le dije a la señora mientras me le acercaba cada vez más cerca para que pudiera escuchar y así darme algo de espacio.

Claro que si.-Se disculpo.- ¿Me puedes regalar una moneda?-Pregunto.

Conmigo mismo pensé que no podía ser tan malo, no estaba corto de dinero, por lo contrario, no daba nada hacer bastante tiempo y no sería malo cambiar un poco, pero no para mal.

Claro, espera busco alguna que me haya sobrado.-Le dije-Busque en mis bolsillos y no había ninguna moneda en mis bolsillos del frente, busque consigo en los bolsillos de la parte trasera de mi pantalón y me encontró con una moneda de un euro y eso era poco, la señora se veía un poco decaída y se veía en sus gestos que tenía hambre, claramente lo que hacía en la puerta era buscar auxilio en alguna persona que se conmoviera de ella y le regalara algo para comer. Yo podía cambiar eso y cambiarle el día a ella.- Pensé.

Lo mínimo que llevaba en mi bolsillo delantero eran 5 euros, y más la moneda de un euro, podía completar algo decente para comer.

Mira es lo que te puedo dar.-Le paso el billete mas la moneda.

Ella mientras cuenta el dinero, se da cuenta que no era poquito y menos para ella.

Muchas gracias señor.-Dijo mientras me agarraba la mano con un gesto sutil.-Ven.-Dijo.

En el momento en que ella dice “ven”, pienso que es para agradecerme, ella misma acerca mi oído a su boca y me dice algo que me dejo anonadado.

Eres una persona brillante querido amigo, y ya era justo volver a vernos, no te puedo defender del mal que está por venir, pero si avisarte y desde lo más cerca cuidarte.-Dijo ella mientras me soltaba.

Ella se dio la vuelta lentamente y yo con un gesto de intranquilidad me quedo pensando un rato. Ella avanzaba por las calles de esa hermosa parte, y yo tratando de perseguirla para que me aclarara todas las dudas de esa extraña sensación de no saber nada, pero haberlo escuchado todo.

Mientras caminaba atrás de ella a unos 5 metros mientras me pasaba la multitud al frente de mi cara, me estrujaban y volvían mi paso mucho menos solido y compacto con el suelo y con ello mi velocidad de paso se iba disminuyendo, se veía ella cada vez más lejos y , yo con ansias de perseguirla no tanto porque ella si no , por aclarar todas mis dudas sobre lo dicho anteriormente .

Llegue a una zona donde la población se volvía de menos clase y la gente que no era de la realeza o de dinero se hacía por estos lados a encontrar lo que tenían que comprar, a veces venia acá, los libros son muy buenos y están prácticamente intactos y todo la variedad que tendrían que tener en partes más valorizadas. Mientras caminaba con cansancio la gente me miraba.

Llegue a un callejón en forma de “L” con varios negocios, mientras la gente me saludaba, y me decía señor, yo solo me concentraba en la señora.

Llegue a un lugar donde no había salida y la señora se entra a un local que estaba ubicado en esa ubicación, tenía un Búho negro y sumamente serio en el cartel que se hallaba antes de entrar, ella entra y yo la sigo, pero con una desventaja de encontrarse el cuerpo de ella con el mío. Mientras me encuentro al frente de este negocio, ella ya había entrado y yo sin pensarlo, también. La campana sonó y lo único que me encontré fue todo y nada.

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