Dice Ramón C. en su publicación del Club de escritura(s) que un nuevo lenguaje popular se está desarrollando en una radical y veloz transformación de la escritura. «Nadie sabe a ciencia cierta cuál es su gramática o su sintaxis. Simplemente está ocurriendo, en todas partes del mundo, al mismo tiempo». Habla, sin duda, de la escritura sobre soportes electrónicos.
Porque lo importante es contar historias utilizando, para ello, los soportes materiales que tenemos a nuestro alcance. No hay recetas fijas para una contar una historia, pero hay múltiples soportes que han funcionado durante miles de años.
Sabemos que se grabaron historias en barro, piedra y sobre toneladas de papel; desde ayer sobre pantallas de luz; mañana, quién sabe sobre que soporte se contarán historias, pero a fin y al cabo historias para recordar que transcienden la memoria de personas y pueblos.
Aprendemos a usar los nuevos instrumentos y soportes porque lo importante es hacer de la memoria humana algo un poco más sólido y duradero para que interactúe en diferentes lugares y tiempos.
Se dice que la historia mas antigua jamás contada y muchas veces escrita por el ser humano trata de la erupción de dos volcanes australianos hace 37.000 años, un cuento que aún se transmite de generación en generación. Una de las escrituras más antigua conocida por la humanidad es la elamita según la versión científica mas aceptada hasta ahora. En una reciente conferencia organizada por la Universidad de Padua (Italia), el profesor François Desset
anunció que su equipo de investigación logró descifrar la escritura elamita, usada alrededor del año 2.300 a.C. en el actual Irán por la civilización elamita, de la que toma el nombre. El descubrimiento tiene especial relevancia porque se trata de la primera escritura fonética conocida; es decir, utilizaba signos que representaban sonidos, en vez de conceptos como es el caso de los jeroglíficos. Este registro fonético elamita sigue contando hoy las mismas historias de cuentacuentos que se registraron hace mas de cuatro milenios en soportes físicos de memoria compuestos de barro y piedra. Hoy seguimos con el mismo cuentacuentos añadiendo a las básicas técnicas literarias elamitas una pizca de lenguaje no verbal.
Pensaban que escritura venía de los dioses, o al menos eso creían, como también lo hicieron en la Grecia clásica en la que Prometeo regaló la escritura a la humanidad. Para los egipcios era un beneficio de Tot, el dios del Conocimiento. Para los sumerios, la diosa Inanna se la robó a Enki, el dios de la Sabiduría. ¿Acaso los dioses escribirían con luz?
“Escribir con luz” proviene del griego, para nosotros significa fotografía. El negro sobre blanco, no solo representa a una fotografía sino también a la tinta de las palabras sobre el papel, ahora negro sobre (pantalla de) luz.
Poner una historia «negro sobre blanco» significa escribirla sobre papel, registrarla en la pantalla; es «storytelling», el arte nuevo arte del cuentacuentos de siempre online. Imagistory, Creacuentos o Telestory son algunos de los nuevos soportes ligeros para escribir en la red.
¿Te acuerdas cuando eras niño del estilo alegre y creativo que tus cuentos favoritos? Recuperar el hábito de leer, contar y escuchar cuentos es saludable y enriquecedor, pero recuerda que añadir a la última tecnología una colección de imágenes, letras y sonidos no siempre es comunicar. «La emoción lleva a la acción, mientras que la razón lleva a la conclusión» (Donald B. Calne)
Contar un cuento es transmitir información, algo que todos somos capaces de hacer sin demasiada dificultad; y además, es mover una emoción, porque «comunicamos lo que sentimos, nada más que lo que sentimos» (Oriol Pujol Borotau).
Disney descubrió que los emojis son la mejor forma de contar historias, incluso Star Wars. La memoria material cambia tanto con el tiempo y el lugar como las pantallas de luz y los emojis con la forma sobre cómo contamos los cuentos, pero siguen siendo soportes; soportes de cuentacuentos; lo importante es contar historias.
OPINIONES Y COMENTARIOS