Cuando empiece a vivir de recuerdos,
cuando los recuerdos se hagan pedacitos
y ya no sea capaz de ordenarlos, ven,
siéntate conmigo hijo,
ayúdame a componer el puzle,
igual que yo hacía contigo,
hazlo despacito para que
pueda verlo y disfrutarlos de nuevo,
abrázame para sentirlos de vuelta
reviviendo los buenos momentos.
No me traigas bombones,
no me traigas ramos de flores,
tráeme besos y abrazos,
siéntate aquí, a mi lado
háblame, cuéntame cosas,
escúchame si intento contarte yo
algunas de mis historias,
seguro que me invadirá la nostalgia,
me costará encontrar las palabras
y me temblarán las manos, la voz.
Que no falte la tacita de café,
mis libros, mis poemas, el silencio
para que me los leas despacio,
sin prisa, sin mirar el reloj,
entonces él será mi enemigo,
querré disfrutar los momentos contigo,
el tiempo se habrá parado
y yo me iré durmiendo, así,
como se marcha la bruma
al llegar la noche más oscura.
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