Cuando serena en el mar tu barca en quietud repose,
y las olas ahogadas en completo silencio no puedas oír,
es porque has pasado el dolor de la tormenta,
y el faro del puerto tu ya has visto al fin.
Pero si tu barca se hunde en fuerte tormenta,
y el rugido del mar de espanto y dolor,
llenaron tu alma, se llevaron todo,
recuerda que un faro y un puerto seguro,
después de las olas volverás a ver.
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