Costumbres
¿Sigues cruzando los dedos cuándo quieres que todo salga bien? A pesar de que aseguras no creer en supersticiones. Me han dicho que seguido te ven deambulando por los campos y jardines. ¿La recolección de bichos aún te apasiona?.
¿Has dormido bien? Solías caminar por las noches para conciliar el sueño. ¿Han cambiado tus horarios? Son las 4:00 PM, a está hora sueles comer con la familia y platicar tu día.
A pasado el tiempo y de vez en cuando escribo por ti, no hace falta mencionarte de manera directa, con sabiduría y entre líneas hago honor a tu nombre. Hoy es madrugada de domingo y como en aquellos tiempos mozos estoy a la par del renglón, con un parpadeo constante, plasmando mis ideas sin mucho ingenio.
Sé que el tiempo cambia a las personas, cada experiencia nos hace más maduros y conscientes de cada situación, es parte de crecer y me alegra que lo estés haciendo. Sin embargo, a veces me pregunto si todavía agachas la mirada cuando sientes pena por algo, si tus pasos te siguen llevando por aquellos parques que te gusta recorrer. Si aún duermes con poco abrigo por tu cálida manera de ser y si tu corazón se sigue enfriando cada que hay una decepción…
Es complicado lidiar con esos cambios, caer en cuenta que ya no será lo mismo por más costumbre que haya sido. ¿Yo? Sigo siendo el mismo, ¿La expresión de mi rostro cambió? Es lo normal para aquel que no tiene cuidado de sí. Nunca fui tan vanidoso, aunque hasta yo a veces quiero sentirme bello. Por cierto, tu cabello creció, tan suave y brilloso como seda… ¿Lo vas a teñir de nuevo en vacaciones? Apuesto una salida, a que te quedará de maravilla.
A veces me pregunto que hubiera sido de nosotros si jamás nos dejáramos… ¿Estuviéramos hablando ahora?, ¿Nuestro pensamiento sería similar?, ¿Qué?¿Cuánta es tu influencia en mi?.
No es tanto, hay costumbres, yo acostumbro dormir del lado derecho de mi cama, conciliar el sueño escuchando música de acuerdo a mi estado de ánimo. Suelo ser una buena persona, es habitual decir porque razón lo eres. Soy alguien que se acostumbró a mirarte desde lejos con gran admiración, que buscaba las mejores canciones para dedicarte. Me acostumbré a tus ojos, a tu forma de ser, a decir aquello que llena de felicidad mi día con día y casualmente esa razón eras tú. Uno suele contar historias de aquellas personas que dejaron un gran cambio en su vida, pensamiento y hablar de ti es parte de ello.
Como rutina, me despertaba a la hora en que ibas camino a la escuela para desearte un bien día y volver a dormir, no era algo necesario, ni me lo pedías, pero me nacía realizar dicho sacrificio. Llegar a mi casa después de la escuela y contarte cómo me había ido, por más aburrido que este haya sido.
Son pequeñas acciones que me hicieron sentir bien, cómo en aquellas llamadas dónde no paramos de decir oye, y hoy me pregunto si volveré a escuchar tu virtuosa voz…
Parte de una rutina, tradición o por costumbre, te tengo en mi mente y corazón, es extraño, pareciera que mi manual de uso te trae por defecto o como si fueses tú mi motor de movimiento.
Quizás tan sólo me haces sentir bien y no es como yo lo creo, por costumbre…
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