¿Alguna vez has escuchado una conversación que no te pertenecía? o quizá si te pertenecía porque eras tu el protagonista.
¿Alguna vez sin querer has escuchado algo que no debías escuchar y te hace cómplice de algo sin querer?
¿Alguna vez has sido parte de esa conversación que te pone entre la espada y la pared? Esas que te obligan a decidir entre hablar o callar, decir la verdad o mentir no contando lo que sabes.
¿Alguna vez has escuchado esa crítica hacia ti? Eso a lo que llamamos «cuchichear».
Conversaciones, ese cúmulo de palabras con contexto y sentido sobre algo o alguien que provienen de ¿familiares? quizá de amigos, o puede que de parejas o de extraños que simplemente comentan porque te han juzgado en el corto espacio de tiempo que les has dedicado.
Siempre me ha llamado la atención eso que te dicen desde pequeño «Es de mala educación escuchar detrás de las puertas» «Quedarse escuchando conversaciones de mayores está mal, no se hace», pero ¿no es de mala educación conversar sobre alguien que no está y no tiene oportunidad de saber y defenderse?
Vivo rodeada de personas, quiero decir que no vivo sola y eso implica convivencia… sana y no tan sana y he escuchado tantas cosas sobre mi que no sabría ni por donde empezar a contar.
Pero luego me paro, pienso y reflexiono, ¿preferiría que me lo dijeran cara a cara? de ahí saldría una confrontación, una pelea, un desacuerdo, un conflicto o incluso un desamor, entonces ¿estaba bien eso que nos decían de que no está bien escuchar conversaciones ajenas? quizá es parte de un mecanismo de protección que nos ponemos para no aceptar la realidad:
Quizá no queremos ver que a nuestra pareja le gusta otra persona con la que habla y se desahoga.
A lo mejor no queremos escuchar lo que opina la familia sobre tu estilo de vida.
Puede que no quieras escuchar a esas personas déspotas que hablan sobre tu cuerpo, tu cara, tu pose, tu ropa o de lo que llevas puesto en ese momento porque tu autoestima no está preparada para ello.
Dudoso es que quieras escuchar algo que ya no puedes solucionar, que forma parte del pasado o que tiene que ver con una persona que ya no está.
Bueno, desde mi punto de vista, escuchar conversaciones ajenas no está mal, al fin y al cabo nos enseña una faceta real de la persona que tienes al lado y seamos sinceros, porque todos somos hipócritas de vez en cuando, pero aunque duela ¿no querríais saber cual es la verdadera opinión de esa persona que tienes cerca? o puede que quizá solo quizá… buscamos un mundo de personalidades ocultas, un mundo en el que somos conscientes de esas conversaciones, pero nos conformamos con mentiras bonitas, un mundo de caretas más que caras y de risas y sonrisas debajo de unos ojos que todo lo ven, todo lo analizan y todo lo juzgan.
Yo he escuchado alguna que otra conversación sobre mi… y ¿tu? ¿Quisieras borrar de tu mente eso que escuchaste sin querer en un día cualquiera y que nunca te dijeron de frente?
o ¿Eres tu esa persona a la que escuchan detrás de las puertas?
En fin, si algo puedo aportar es que a veces las caretas son más bonitas que las caras, las mentiras creadoras de una versión idílica de la realidad se aceptan mejor que la verdad y que lo oculto está ahí quizá por alguna razón… Y ¿tu?
¿Vivirías en paz sabiendo todo lo que escuchases por casualidad?
AMB
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