Conociéndome a mi mismo en Cuarentena

Conociéndome a mi mismo en Cuarentena

¿Alguna vez imaginaron vivir así?, alguna vez imaginaron que estaríamos bajo una situación pandémica mundial? – Les pregunto a mis amigos y familia cada vez que hablamos telefónicamente. A lo que ellos me responden que no, que jamás imaginaron vivir una situación como ésta.
Aquí en Argentina, luego de 4 meses de cuarentena, sin poder salir, sin reunirnos con nuestros familias y amigos, nos queda la esperanza de que todo esto termine pronto y podamos volver a una vida “relativamente normal”.
¿Por qué relativamente? Porque considero que llevará muchísimo tiempo volver a nuestra vida normal. Y sé que a todos nos duele no poder abrazar a nuestros seres queridos, compartir charlas con nuestros amigos en alguna plaza bebiendo nuestro “Mate” (bebida argentina), pero a su vez, sé que esto es un trabajo en equipo, por lo tanto, debemos cuidarnos todos, y resguardarnos para así poder evitar contagios.
Pero además de toda esta intranquilidad, ansiedad, tristeza por lo que estamos viviendo, también, hay esperanza. Mucha. Y todo esto, a su vez, lleva un aprendizaje de vida.
En estos días de aislamiento me conocí a mi misma. Aprendí, reí, sufrí, lloré.
Considero que logré muchísimos cambios de los que estoy orgullosa, desde el inicio en marzo, hasta el día de hoy en Julio. Y sé que a muchas personas les pasó lo mismo.
Si les contara todo acerca de mí, sería aburrido. Sólo contaré esto desde mi punto de vista y conocimiento de las personas que atravesaron estos cambios al igual que yo.
Aprendimos muchos valores, valoramos cosas que antes no tanto, tal vez un simple abrazo o un beso hacia alguna persona que queremos mucho. Y si, la distancia nos pone sensibles, también aprendimos a lidiar con eso.
Aprendimos que los amigos verdaderos son los que siempre están y estuvieron. Y los que se hacían llamar “amigos” los fines de semana, durante este encierro, no escribieron ni un simple “¿cómo estás?, te extraño”.
Experimentamos en la cocina también. Las ventas de productos de harina y huevos han aumentado, ya que estamos creativos y compartimos con nuestros hijos, y padres el simple de hecho de hacer una torta en familia. (hornear)
Estamos más unidos, y se ve.
Aprendimos a adaptarnos a esta situación de vida, cuidarnos con tapabocas, salir al supermercado con alcohol en gel, saludarnos con el codo para evitar besos.
También aprendimos cosas personales que creíamos que serían difíciles de lograr. Cambiamos hábitos alimenticios. Personalmente, soy una mujer con sobrepeso y desde el día 20 de marzo empecé a alimentarme saludablemente y hasta el día de hoy, bajé 18 kilos. Si, también estoy orgullosa por eso.
Muchas personas se han animado a hacer ejercicio en sus hogares. Algunas no se sienten cómodos yendo al gimnasio, y por eso, la Pandemia vino bien en este sentido.
Tengo muchísimos amigos, al igual que muchas personas. Soy sociable y carismática. Nuestras reuniones en los bares, quedaron atrás. Ahora nos encontramos haciendo video llamadas con nuestros amigos los fines de semana por Skype, Google Meet, Zoom, etc.
Creo que esta Pandemia, nos afectó a todos en algún lugar.
Algunos sufrieron la pérdida de algún familiar, otros sufren la soledad de estar encerrados, otros extrañan a sus familias, pero a pesar de eso, considero que debemos sentirnos orgullosos de las cosas que hemos aprendido y que nos han dado la fuerza para vivir esta situación.
Y esta fuerza, es al amor propio, “el conocerse a sí mismo”, y pensar “¿qué cosas debería hacer para no angustiarme y sentirme bien con esta nueva realidad”?
Debemos ser fuertes y tener esperanza. Todos juntos y unidos.
Y no olviden de hacer lo que les gusta. Les aseguro que descubrirán muchas cosas de ustedes que no sabían.
De eso se trata, de aprender, de esperanza, de amar, y de conocerse a sí mismo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS