Confused Necessities 3

Confused Necessities: Capitulo 3.

Nota: La sala anecoica está diseñada para reducir la reflexión del sonido, en lo posible: las cámaras anecoicas están aisladas del exterior y están construidas con materiales que absorben el sonido y aumentan la dispersión o difusión del escaso sonido que no se absorbe.

El culto estaba lleno de enfermos, pude ver mi cámara encendida apuntando hacia mí, parecían muy contentos con capturar este momento, la poca visión que tenía era horrible, cadáveres tanto de animales como de… niños, en cierta parte, estaba agradecido con Dios por no tener un ojo.

Justo entonces el culto ceso con sus bailes y cantos en palabras que no entendía, sabía que esto no significaba nada bueno, pero estaba agradecido de no oír las espantosas voces de los ahí presentes.

– ¿Por qué… hacen esto? ¿Saben los asque…rosos crímenes que están cometiendo? – dije en voz baja y entre quejidos, un dolor en mi abdomen me hacía saber que no solo me habían herido el ojo.

El culto parecía ignorar mis palabras, algunos de ellos estaban apagando el fuego con palas y tierra, los demás parecían más concentrados en algo, esto no olía bien.

– ¡HEY ESTUPIDOS! – levante la voz -: ¡SON UNOS MALDITOS DEGENERADOS! -.

Después de terminar de gritar, el silencio gobernó el lugar, el fuego estaba apagado, lo único audible eran las brasas del fuego, apestaba a cenizas y cuerpos en descomposición, aunque olfateé un olor más del que no me había percatado, tierra mojada.

Un grito familiar resonó en la montaña, quebrando el hermoso silencio antes formado, ese maldito grito, el mismo que me persiguió en mis sueños durante años.

El grito fue acompañado por gritos de toda la multitud, pero no eran de temor o pánico, eran gritos acompañando al antes ejecutado, un grito de… batalla.

En cuanto todos se callaron sentí como las cuerdas que me ataban a la cruz fueron cortadas, caí a la tierra mojada de donde venia el olor, aunque era raro, justo antes había una hoguera en ese mismo lugar.

Mientras me arrastraba por el suelo la gente ahí presente comenzó a burlarse de mí, escupiéndome e insultándome, o eso creía yo, no entendía nada de lo que decían.

En cuanto pude levantarme el culto callo, me apoyé en un árbol cercano tratando de descansar, el grupo de una manera aterradora solo dijo una palabra al unisonó, “Corre”.

Los sonidos de algo cruzando el bosque que nos rodeaba a gran velocidad se hicieron presentes, la multitud reía despavorida de mientras yo, con las pocas fuerzas que tenía, traté de correr lo mejor que pude.

El grito anterior tuvo una reacción peculiar en mi audición, ¿Han oído hablar de una cámara anecoica? Si saben a lo que me refiero tendrán una idea de cómo oía en ese momento, solo podía oír 2 cosas, los latidos de mi acelerado corazón y unas pisadas gigantes que, muy a mi pesar, me buscaban a mí.

En mi estado no llegaría muy lejos, después de un minuto de tratar de correr me detuve en un tronco caído, por extraña razón, mi teléfono seguía en mi bolsillo, escuchaba los pasos acercándose, quizás ya daba igual, tarde o temprano me alcanzaría.

Saque mi celular, revise la hora, 11:30… ¿AM? ¿Cómo era posible eso? Todo estaba completamente en oscuridad, acaso… ¿El sol no está saliendo?

Justo entonces dejé de escuchar los pasos, levanté mi mirada, lo vi, parado a unos pocos metros de mí, más bajo que un árbol pequeño, quizá ¿3-4 metros?

Su aspecto parecía el de un pez humanoide, con aletas en sus brazos, en la cabeza, piernas y en su espalda. Estas eran de un color azul que contrastaba con sus asquerosas escamas blancas, parecía que llevaba observándome un buen rato con esos asquerosos huecos oscuros en sus ojos, el detalle que cerraba su aspecto era la sangre que se formaba en las comisuras de sus labios, asqueroso.

No tenía fuerzas para correr, ni para levantarme, de una forma injusta, acepte mi muerte, cerré los ojos y recargue la cabeza en el tronco, al final ¿Quién era yo para hacerle frente a una asquerosidad como esa?