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¿COMO ME SIENTO?
Siento la misma sensación que esa gata trepada a un árbol queriendo capturar por primera vez un pájaro ,el pobre pájaro, la presa que esta tan cerca como tan lejos.
Son centímetros los que separan a la gata de su victima pero la inexperiencia de la misma hace que esos centímetros sean cientos de kilómetros o capaz que miles. Tiene dos opciones resignarse a que nunca atrapara al desdichado animal o saltar la barrera de la inexperiencia.
La gata lo mira fijamente y piensa su accionar; el pájaro sigue en su postura indiferente.
Pero hay un problema la gata no se anima a intentarlo, piensa, piensa y solo piensa.
Si no actúa el pájaro volara y lo perdera para siempre, esa presa que marcara su vida, por ser el primero, el que recordara siempre, su gran trofeo.
Solo que el pájaro también tiene dos opciones volar y escapar a una vida en libertad o caer en la garras de su depredador en acecho.
Y sucedió.
-¿pero que sucedió?
-No sucedió nada.
La gata no actuo y el pajaro se fue volando bajo el cielo gris de un tarde de invierno en el Gran Buenos Aires.
Autor Edgar
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