Hay una brisa que me rodea a media noche, 
 se apodera de mi aliento y de mis huesos.
 Tomo su cintura, para nunca borrar este viaje.
 Tomo su cordura, y me lleva a un antiguo mar de vida.
 Doradas tus pupilas, estrangulo el llanto que emana de 
 tus pechos vírgenes e inciertos.
 Bebo el néctar de tu flor, colibrí de tiempo.
 ¿Has visto como disfruto tu negrura?
 Colibrí de ensueño, haz volado lejos,
sobre la mísera locura.
        
OPINIONES Y COMENTARIOS