cita con el espejo

cita con el espejo

meli orsini

20/05/2020

nunca se lo he dicho pero, es hermosa. le cuelgan del tope unos hilachos marrones que mas o menos imitan las olas pero por lo general, tienen vida propia y hacen lo que se les antoja. el sol le ha prestado uno que otro tono dorado casualmente escondidos entre los flecos. bueno, el sol se ha lucido y la ha pintado toda porque así ella se lo ha pedido. su rostro lo componen dos almendras sonrientes que hacen que se vea soñolienta (o arrebatada, no hay “in between”). están casi siempre en vitrina, detrás de unos lentes grandes que a veces odia. su nariz no sabe de quién la heredó pero se ocupó de hacerla propia y le colgó un pedazo de metal al que le ha sido fiel durante cuatro años ya. a veces piensa en dejarlo ir pero ahí sigue porque tiene compromiso. en las mejillas se le hacen hoyitos, lo único que heredó del padre (bueno, no es lo único pero es lo único que le reconoce). su sonrisa es mi cosa favorita, con ella tiene la capacidad de iluminar la ciudad entera y provocar un sinnúmero de emociones — según le han dicho… ella no lo admitiría nunca.

en el puente que conecta la cabeza del resto, tiene un lunar que de trazar una línea, conectaría con otro que tiene en el cachete derecho. al lado izquierdo del pecho se dibujó un triángulo de rosas con unas manchas de diferentes tonos de rojo. una obra sin terminar pero que de todos modos conserva belleza, su trinidad, su familia compuesta por dos mujeres y ella. en el centro de su pecho, en el chakra del corazón, se dibujó otro triángulo pero esta vez de espirales. como se pasa todo el tiempo estudiándose y buscándose, en uno de esos encuentros se le presentó este conjunto de símbolos que le resonaron. conocido como el “triskele”, este símbolo celta tiene mil significados… para ella: cuerpo, mente y espíritu, conectados. le acompañó con unos glifos lunares que simbolizan la energía y el aire (su elemento). adicional, una ramita para no olvidar la conexión con la tierra y en la parte de abajo, tres puntos que representan una frase que no sabe quién dijo, aunque alguna gente se la atribuye a buddha que dice: “tres cosas en la vida no pueden permanecer ocultas para siempre: el sol, la luna y la verdad”. en el costado derecho se pintó un girasol, flor favorita de su madre con la frase: “luz que da vida” porque a ella le debe todo. y así, en otras partes de su canvas ha plasmado un par de memorias más…

su abdomen nunca ha sido plano y aunque en la infancia/ adolescencia esto fue motivo para mucha inseguridad, ya no lo es. igual su espalda y hombros, siempre han sido anchos, tal vez por eso piensa que puede cargar con el mundo entero sobre ellos. la sostienen unas piernotas, firmes y rellenitas… eso si es heredado y a mucha honra, de su madre, sus tías y su abuela. sus pies la han llevado a muchos lugares. probablemente la han odiado por hacerles subir y bajar una vez las calles de barcelona y formarle unas bolsas de agua terribles, o por cortarles el pellejo contra un bloque frío en un invierno en nueva york pero trata de consentirlos pintándole las uñas de diferentes colores y llevándolos a la playa para enterrarlos en la arena luego de un turno de ocho horas sobre ellos.

hace tiempo no la miraba pero me consuela saber que a pesar de eso, me ha recibido con una sonrisa. se ve bastante feliz y conforme. la ternura no la ha abandonado aunque muchas veces la esconda bajo máscaras que ha coleccionado con los años. aunque poco a poco ha ido soltando algunas. de hecho, creo que ahora es más honesta y más segura. cuando la miré en el espejo y nos vimos ambas a los ojos, sentí que pudo reconocerme. le abracé con una sonrisa. le hablé bonito y antes de despedirme, le di las gracias, por acompañarme en este existir.

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