Podrías pensar que exagero al hablar,

Que engrandezco a mi suelo por ser mi ciudad,

Muchos corren a adorarla, y no los culpo,

En esta ciudad encuentro todo lo que busco.

Suave azul de cielo se mira en primavera,

Las cabelleras negras se incendian de calor,

Brilla imponente el oro de la independencia,

Desde el castillo de piedra que un imperio fundó.

Bellas Artes, al verlo, te acerca con Dios.

Luce como un diamante en la ciudad,

Resplandece su mármol al brillo del Sol,

Es la roca más grande del rio en su caudal.

Lo firme del suelo a todos suele engañar,

¡Siente orgullo! Estas sobre la gran Tenochtitlán,

Que abatida fue hace tantos años,

Dando paso al más hermoso de los Virreinatos.

A mitad de año, llega airoso un fino viento.

Puede que a veces gris se ponga el cielo,

Pero es aquí cuando el calor va en aumento,

En compañía de lluvia se viven mejores momentos.

La lluvia se torna fría, te da malas jugadas,

Las lagunas parecen renacer en gotas,

Luce grandiosa la torre latinoamericana,

Que es orgullo de todas estas personas.

Es mi ciudad, me lo dicen, parece un cuento.

Permite a mi boca ser buzón de tus correos,

“la ciudad de los palacios” dicen en los noticieros.

Aquí basta alegría para el mundo entero.

En invierno el asfalto brilla, refleja mil luceros,

Bebo café sentado, contemplando mi aliento.

Existen mil historias, te las cuento todas en verso,

Aquí me encuentro, rodeado de maestros.

Se alza grande e imponente, ciudad universitaria,

Que es la cuna incluso, de amores de secundaria,

Patrimonio que nos dejan y lo podemos tocar,

Una forma más de amor es apreciar mi universidad.

Que formara grandes personas, así como ya lo hace.

¡Orgullo azul y oro! Y mi pasión aquí renace.

Son gratas las tardes caminando entre edificios,

En cada uno de ellos, convierten en hombres a los niños.

En Coyoacán se deslumbra la bella casa azul,

Roba a todos la mirada, como si irradiara luz.

Pasan siempre miles de manos, y el arte queda intacto.

Casa era de Frida Kahlo, la reina de lo abstracto.

Chilango soy y me siento, a esperanza contraída.

Que soy de piel morena y de mente distraída.

Te lo puedo hablar cantado, o con tonos distintos.

Es el mejor lugar del mundo para hacer tu nido.

Xochimilco, otro orgullo, rodeado de canales,

Que si bien no es mar, si es cuna de pastizales,

Nada le pide el agua dulce a la salada,

Después de todo, este fue el oro de la Nueva España.

Capital de mi nación, soy chilango por elección,

Pertenezco aquí, porque aquí mi pasión se fundó.

Brilla la estela de luz, habla el monumento al benemérito,

Es la tuna del nopal, ¡la Ciudad de México!

Que resguardo a los de Aztlán, y a los ibéricos,

El primer lugar, cuando alguien piensa en México.

Distrito Federal o incluso Tenochtitlán,

Nadie ha superado la pasión de un chilango al amar.

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