Carta de un viajero hacia la…

La vida pasa, el tiempo vuela, debemos soltar aunque eso nos duela.

Un andar ligero y lejos llegarás, no tanto por lo veloz sino el peso a cargar.

La ruta estará averiada, pues presta atención, en cuánto se aproxime un bache no habrá precaución. De momento estará impecable, te dejará asombrado. Luego se vuelve un poco inestable, y a un lado quedarás varado. Será tu decisión afrontarlo o seguir camino, a la larga necesitarás auxilio. Llegará, vas a poder seguir rumbo, a pesar de que pronto te esperen tumbos.

Puede que pierdas el poco equipaje, haz de armarte sólo de coraje.

Te tocarán días nublados dónde tu mente quedará en blanco. Días de lluvia dónde tu cuerpo sentirá cansancio. Días tormentosos dónde te sentirás atrapado, pero recuerda que el sol se hará presente y un hermoso arcoíris habrá formado. No trates de tomar fotos, sólo cierra los ojos y siente, que por un momento ilumina tu camino, aunque no tengas tan claro tu destino.

Hazle caso al corazón y no al cerebro, que si no hay amor siempre está en lo cierto.

No quieras pasar en su ritmo a otros, de frente vendrán dosis de realidad. Tampoco te estanques detrás de los más lentos, si no quieres ver pasar la oportunidad.

En cuánto veas a alguien parado, pregunta lo que ha pasado. Puede que auxilio, puede que perdido o que se esté dando por vencido. No te alarmes, puede que no sea mayor, es que en cierto tramo del camino, todos necesitamos un empujón.

Acompaña y guía hacia el camino, pero no intentes que siga contigo.

Deberás recuperar ritmo para que surja efecto, recuerda no juntar cosas del trayecto. Tal vez sientas que es necesario, pero es lo que otros han derrochado.

Puedes tomar descanso, hacerlo no será un fracaso. También puedes pedir opinión, no aceptarla puede ser una opción.

Tú tranquilo sigue tu instinto, que cada uno tiene un destino.

Y ahora amigo viajero te digo, te dejo ir, yo sigo mi camino. Ojalá nos cruce en otra oportunidad, aunque te digo la verdad, yo no creo en el destino.

Si alguien te pide un consejo, dile que sólo eres un viajero, con ganas de viajar, sentir, amar y sonreír. Que la vida sólo es un viaje de ida, y que detrás nuestro estarán los miedos, fracasos y tormentas. En fin, las cosas que ya no vendrán de vuelta. Que no se desespere si algo no consigue, y por sobre todo, adelanta por si te sigue, que aunque el camino esté delimitado, el trayecto siempre será libre.