Dentro de las sábanas hay un espacio frío,
que ya no se calienta más aunque no estés dormido.
Tejes en la oscuridad de tus tristes latidos,
Un abrigo de hibernar y una canción de olvido.
Nunca antes la soledad te hizo tan cautivo,
Del reloj que marcha atrás sin detener el ritmo.
Deja ya de interrogar a ese sillón vacío,
La respuesta no se irá, tan sólo se ha escondido.
Ya no culpes más al sol, si hay demasiado brillo,
Déjate sentir calor y sabrás que has vencido.
Si no escuchas el tambor, si nadie te hace ruido,
Talvez perdieron la voz, o perdiste el oído.
Si en la noche nadie va a regalarte lirios,
No es falta de voluntad, es que han envejecido.
Si al cruzar el bulevar no hay giros ni suspiros,
Has debido perdonar a quien va distraído.
Dentro de tus ojos hay un Baobab marchito,
Se oculta de la verdad, sin encontrar un sitio
Si el espejo no te mira igual, no es que acabó el hechizo,
Es que ha perdido la vista o tu has perdido el juicio.
Mira cada pincelada que adorna tu cara,
Cada rasguño que corta tu seco barniz,
son los caminos que andaste, que escriben tu historia.
Las ramas se pueden caer, pero no tu raíz.
Si las estrellas y el mar ya no extrañan tu aroma,
No es que han perdido el amor, sino la memoria.
A veces pasa que el viento se lleva las olas,
A veces pasa que olvidan como huele la gloria.
Ana Cristina LoCus
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