Dame tu amor de madrugada,
tu boca y la mía equidistantes a la almohada
y entre ellas apenas nada.
Muérdeme los labios
mientras te prendo por tu melena.
Cómeme la boca como fruta fresca
mientras nos deshacemos entre las sábanas.
Moldéame a tu manera rodeado por tus brazos.
Píntame con tus pinceles de seda,
ilustra esta noche con tus acuarelas
esbozando nuestro amor como arcoiris
levantado en el mar del plata hasta el derredor de esta cama.
Sobre un lienzo blanco de dos por dos
dibujamos un conjunto de movimientos
cortinas entreabiertas con vistas al firmamento.
Sobre un lienzo blanco de dos por dos
pintas una noche que nunca acaba.
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