Tus palabras timaron a mi fresca inocencia
y deshojaron sin piedad, mi desnudez plebeya.
Amancillaron los cuencos indomables de mis sueños
deportando tolerancia, e imponiendo guerras.
Tus palabras timaron a mi fresca inocencia
con la fuerza bestial, de una mente enferma.
Mi Lucida Vesania
Jorge Amado Serrano
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