¡Hasta que los cielos se abran! Pedro, es un personaje ficticio y real como lo puede ser usted y yo. Sufre de una penosa enfermedad y al punto de ser tomada su vida le es revelada la verdad y allí nace una nueva criatura que… José E. Quiroga Rodríguez 00 ¡Hasta que los cielos se abran! Pedro, es un personaje ficticio y real como lo puede ser usted y yo. Sufre de una penosa enfermedad y al punto de ser tomada su vida le es revelada la verdad y allí nace una nueva criatura que… José E. Quiroga Rodríguez Capítulo 1

Muriendo sin saber. -Por Dios, que frialdad hace hoy, me siento como basura humana, mis tripas se retuercen del hambre y mi cuerpo se entumese por el frio- Comentaba Pedro en voz alta, mientras sujetaba débilmente el recipiente de té caliente casi insípido entre sus manos. Se lo hacerca lentamente a sus labios para beber un sorvo mientras su mirada se encuentra fija, como tratando de ver que ocurre a través de los cristales humedecidos por la suave llovizna que cae. -Santo cielos, si el tiempo no mejora no podré revisar las trampas y recolectar los cangrejos azules que necesito para venderlos y hacer mis compras- Da unos pasos de espalda, sin dejar de mirar en dirección a la ventana chocando con la esquina de una pequeña mesita y cae de esta un cuadernillo de color marrón con letras doradas que días a tras encontró en un callejón cerca de la fonda de María donde suele vender los cangrejos. Se inclina y toma el mismo para darle una ojeada, lo abre y lee una dedicatoria escrita a mano que decia:

De Miguel: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 1 Corintios 13:1-2

– Que locura la de estos doctos, amor, metal, fe, lenguas, no entiendo nada, aunque solo concuerdo en solo una cosa; tampoco soy nada.-

Recorre con la vista la habitación desordenada, mira nuevamente el libro, lo cierra y se dispone a lanzarlo a una pequeña estufa encendida para alimentar el fuego, cuando de repente le viene a su mente una idea. – El fuego no te deborará por ahora, es posible que alguien me de algo de dinero por ti, espero que por alguna razón valiosa me lo haya encontrado- Jala una silla, la recuesta a la pared y se sienta, cierra los ojos y a su mente viene el recuerdo de un verdugo de la niñez, que siempre se mofa de él y le dice tonto, escoria humana; solo por ser el hijo de un fiscal de renombre. Siempre se siente presionado y odiaba cuando le golpea sus mejillas y sonrie. Toma un radio y comienza a mover en círculos la manivela para darle carga varios minutos, mientras se acuerda de las humillaciones que a sufrido en su corta vida, casi miserable. Mueve de forma centrada y suave los botones para sintonizar alguna estación, pero con muchas interferencias y se detiene de repente en una y se pone a escuchar. – No te preocupes hermano, se que tu corazón está, tan frío como la noche, pero no te culpes, créeme. Dios tiene planes para ti desde mucho antes de que tu dieras el primer álito de vida, pero haz escuchado las voces equivocadas y te has descarriado, tu familia, tus enemigos he incluso tus amigos te presionan por tu forma de ser, por ser como tú haz querido ser ¡no como nuestro Señor te diseñó y te puso en esta tierra con un objetivo! pero en Cristo tienes poder, solo tienes que creer y seguirle.  Sí, hermanos creerle a él, ser como él, cumplirle y guardar sus mandamientos y enseñanzas-

¿Pero cómo? ¡Seguro que te haces esa pregunta! – Te diré que es posible hacer frente a la presión de tus familiares y amigos, el Señor, nuestro Dios en las Santas Escrituras en Proverbios 1: 8-19 nos dice: Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,

Y no desprecies la dirección de tu madre;

Porque adorno de gracia serán a tu cabeza,Y collares a tu cuello. Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas. Si dijeren: Ven con nosotros; Pongamos asechanzas para derramar sangre,Acechemos sin motivo al inocente;

Los tragaremos vivos como el Seol, Y enteros, como los que caen en un abismo;

Hallaremos riquezas de toda clase,

Llenaremos nuestras casas de despojos;

Echa tu suerte entre nosotros;

Tengamos todos una bolsa. Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas,

Porque sus pies corren hacia el mal,

Y van presurosos a derramar sangre. Porque en vano se tenderá la red

Ante los ojos de toda ave;

Pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas,

Y a sus almas tienden lazo. Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia,

La cual quita la vida de sus poseedores. -Así es hermano, los hacedores de maldad solo te llevan  a la perdición, a la cárcel y al suicidio espiritual,no caigas en sus palabras, apártate del ladrón, del homicida,  del adulador, del mentiroso, del que no guarda respeto y obediencia a sus propios padres, del que sólo desea riquezas deshonestas y sobre todo no seas como los demás dicen, sé como tu Padre que señorea en lo alto te diseñó, obediente, justo , fiel y capaz de amar y de perdonar y de perdonarte a ti mismo. Recuerda que los defectos que el mundo te impone, ante los ojos del creador es fuego y barro para moldear nueva criatura útil para su obra y gloria-

Un sonido agudo, extraño hizo que la señal se distorsionara; Pedro apaga el radio y una vez más se queda pensativo y comenta para sí. – ¿Crees que me conoces para sermonearme así, quien te crees que eres? Que locura ponen en la radio últimamente. Abre una gaveta del estante de caoba tallado y saca una cigarrera, extrae un cigarrillo lo pone en una boquilla de marfil, único artefacto de valor que conserva de recuerdo familiar lo lleva a sus labios y prende el mechero. Aspira lenta y profunda una bocanada del tóxico humo que llega hasta los rincones más ocultos de sus pulmones y luego lo exsala como degustando la dósis de nicotina que empeora su situación física. Va en dirección al balcón , cerca del marco levanta su mano y toma un gorro que descansaba en una clavija y se cubre la cabeza. Abre el postigo y se asoma para ver como va el tiempo. Creo que ya es casi hora, mira al cielo algo despejado y calmado. Definitivamente ya puedo salir. Se voltea en dirección a la puerta de salida pone la mano en el picaporte y se detiene, un corrientazo recorre su cuerpo y viene a sus pensamientos las palabras de la radio . – Sin dudas me hablaba a mí, pero ahora a mis quehaceres- Ya en la calle se ajusta el abrigo y se hace camino en dirección a revisar las nasas de la desembocadura del río y luego las que tiene debajo del muelle. Llega a la esquina del puente de hierro viejo, ya poco transitable y se desliza cuesta abajo agarrándose de los pequeños arbustos y matojos a su paso. Como de costumbre recorre toda la ribera del río enfocándose en el reflejo de la luna sobre las aguas, unos metros más adelante se detiene al ver una sombra que se proyecta en movimiento, se voltea y no ve a nadie, nuevamente siente un escalofrió que recorre toda su espina dorsal y a su vez un ligero calor sobre su pecho y rostro. -Creo que me estoy tornando paranoico, me hablan en la radio y veo sombras de fantasmas ¿Qué tendrán dentro esos cigarros que fumo? Sigue la marcha con más prisa, llega al punto esperado se inclina y mete la mano al agua buscando la pequeña cuerda escondida para alar las trampas escondidas haciéndolo lentamente mientras que tararea una canción, se nota algo contento, toma el cuenco que lleva para guardar los cangrejos y comienza a ponerlos dentro. -Al menos debe haber más de un kilo de ellos, con buena suerte las del muelle deben estar iguales- Chasquea los dientes y dobla a la derecha en dirección al muelle, cierra los ojos en un instante y disfruta el suave caminar por la arena suave de la playa, no le hace falta la mirada, reconoce perfectamente ese camino, lo recorre tres veces por semana desde que era un niño junto a su ya fallecido padre. Cerca del muelle se dirige a los espigones de concreto que se utilizan para reducir el oleaje y proteger las zonas del litoral. Pone el cuenco que lleva a un costado y se dispone a palmear el agua de forma juguetona; de repente siente a su lado la presencia de alguien y ve el reflejo de una persona en el agua, se asusta y cae de sentadillas. -Disculpe usted, si mi silenciosa presencia le ha asustado de tal manera- Replica con suave y fuerte voz un hombre joven de cuerpo vigoroso que baja de uno de los espigones, con los zapatos en las manos y los pantalones llevados hasta las rodillas. Le extiende la mano para ayudarle a incorporarse. -Menudo susto, me has dado, siempre acostumbro estar solo por aquí a estas horas revisando las trampas- comentó Pedro al extraño acompañante. -Miguel, me llamo Miguel, llegué hace unos días a esta ciudad, no podía conciliar el sueño y vine a contemplar el cielo un rato, hacerlo me da fuerzas y una cierta añoranza por mi hogar cerca de mis hermanos y Padre. Así de una forma u otra me hago idea que los observo a ellos y ellos a mí-

-¿Por qué estas lejos de ellos? Digo, si no te incomoda mi pregunta. – Solo cumplo con una encomienda y espero en breve terminarla; Si Dios quiere y los planes salen como previsto-

Le responde el extraño mirándole a los ojos con mirada penetrante como si le estuviera leyendo los pensamientos hasta darle cierta incomodidad, Pedro se rasca la frente y menea la cabeza a ambos lados acentuando. – Al parecer está de moda la palabra Dios, la he leído y escuchado en las dos últimas horas varias veces, primero en un cuadernillo que hallé y luego en la radio-

– Es buen presagio, sabes, puede que Dios te esté llamando para algo en particular. ¿Qué esperas de esta noche?-

– No creo que si exista se detenga a perder el tiempo con alguien como yo, solo deseo por hoy llenar mi cuenco con cangrejos porque de eso depende mi sustento-

-Bueno, veo que vives el día a día. Espero que tengas suerte y para recompensarte me gustaría ayudarte a recoger tus trampas si me permites, así hago algo útil para ti-

-No estaría mal aceptarle una mano con esto, la noche se ha tornado algo acalorada y me gustaría descansar- Comienzan a extraer las trampas y para sorpresa de Pedro, estaban repletas de cangrejos, nunca había visto las nasas tan repletas, y en su rostro resplandece de alegría. Miguel lo mira de reojos y sonríe al verlo entusiasmado con la captura, haciéndole un comentario. -¿Por curiosidad sabes cuánto tiempo tarda en crecer un cangrejo azul?- Pedro lo mira un instante acentuando con una muesca facial mientras se encoje de hombros. -Un cangrejo azul tarda hasta cuatro años para llegar a ser adulto, de ahí que sea especialmente vulnerable a la sobre explotación-

-No tenía idea sobre ello, como tampoco sé cómo me llevaré tantos cangrejos en un cuenco tan pequeño- -Es fácil- Le responde el hombre. –Toma solo la muela más grande de cada uno de ellos y los devuelves con vida a su hábitat y así, luego de unas ochos semanas de secretar enzimas debajo de su “cáscara” para comenzar el proceso de separación, el cangrejo ejerce una fuerte presión para que su cuerpo blando pueda romper su coraza, deslizarse por la parte superior y estirar sus nuevas extremidades. No obstante, los cangrejos pueden perder sus pinzas varias veces, que se regeneran con el paso del tiempo-

-Pero que interesante, buena idea. Eres acaso médico de cangrejos- -Pues digamos que soy médico pero no de cangrejos precisamente, pero entiendo bastante sobre las criaturas creadas, de cierto ya veo que encontraste el cuadernillo que se me extravió, espero que te sea útil algún día próximo-

Mientras el pescador de crustáceos lo escuchaba se voltea a contestarle y se sorprende al no verle por todo el contorno, recoge el cuenco y sale a la arena y busca con su mirada al joven que no lo divisa por ninguna parte. -Qué noche más loca la de hoy, se ha desaparecido como si se fuera por los aires, y sin darle las gracias por la valiosa cooperación y amabilidad que tuvo- Hablando en voz baja para sí, realiza su retorno a casa. Minutos más tardes haciendo entrada en el hogar deposita el cuenco sobre la mesa, destapa una tinaja de barro cocido extrae de ella agua salada y la vierte sobre el cuenco para mantener frescas las muelas de cangrejos hasta la mañana. Se reclina en un viejo sofá mientras divaga en sus pensamientos hasta quedarse completamente dormido. En sus sueños recordaba su niñez junto a sus padres casi ancianos, la burlas de sus compañeros del colegio cuando lo veían de mano de ellos y le gritaban –vea anda con los abuelos, eres un recogido- en su alma solo había tristeza y dolor; solo desde muy joven quedó a merced de unos parientes cercanos cuando fallecieron sus padres. Pedro; a sus treinta y cinco años se veía aparentemente normal, excepto por el tumor adherido a su cerebro, el cual devora lentamente su vida y consume su insignificante alma. Pero él no tiene conocimiento de ello. Se imagina que algo en su organismo no está bien por los vómitos, mareos y dolores intensos de cabeza que se les presentan de forma regular. Pero no puede salir de sus dudas porque no tiene dinero para una consulta y realizarse un chequeo médico, apenas logra alimentarse y mantenerse con vida. A lo lejos siente el cantío de un gallo que lo hace despertar sobresaltado, bosteza y se estruja los ojos con las manos. Levanta las mangas de su camisa y en una palangana enjuaga un poco su rostro, toma agua y enjuaga la misma con buchadas y la expulsa en una maceta que tiene plantada unas patatas. Toma sus cangrejos y va a la fonda, al llegar toca a la puerta con golpes suaves y ve a la señora María, morena hermosa que siempre lo ha tratado agraciadamente y con buen carácter, la mujer al percatarse del hombre levanta la cabeza y se sonríe acomodándose el delantal. -¡Que sorpresa Pedro! No te sentí llegar, aunque tampoco pensé que vendrías por la hora que es- -Tienes razón me he quedado dormido estaba exhausto, pero he tenido una buena recolecta; al menos las mejores muelas de cangrejos habían, tantos que no tenía como traerlos –

María lo mira y lo invita a sentarse a la mesa mientras le sirve una taza de café con unos biscochos. El pobre pescador de crustáceos se queda inmóvil unos segundos sin saber que hacer hasta que la mujer lo irrumpe. -Vamos a qué esperas, se ve que no has probado bocado alguno y te aseguro que no te envenenaré con esto- Se aparta y sonríe mientras llama a su ayudante para que pese los cangrejos y le comentaba que pondría una vasija al fuego para cocinarlos, porque tenía unos panes rayados y haría unas croquetas de cangrejos que le dan buena venta por estos días, ya que en el puerto había unos hombres de Maryland que las consumen mucho. El ayudante se acerca a María con un papel y dentro de este un dinero y se lo entrega, ella lo abre y mira, se acerca a Pedro y le dice: -Realmente hiciste una buena colecta, cinco kilogramos de cangrejos, aquí tienes $ 85.00 un poco más de lo acordado porque tienen buena calidad-

-Muchas gracias por el desayuno y que tengas buena clientela hoy amiga- Sale del lugar agradecido por todo. Era un día como de tantos, de los que al culminar la venta, salía a realizar las compras de algunos víveres, pero no tenía idea de que ese día su vida comenzaría a tomar otro sentido. En medio de La Avenida había un puesto de frutas y llegó hasta allí, ama las naranjas más que a nada miró entre varios puestos para escoger las mejores, de pronto la vista se le nubló y sentía que el equilibrio lo perdía. La anciana vendedora le hablaba y el no reaccionaba. -¡Señor, usted se encuentra bien! Los ojos de Pedro veían las imágenes borrosas y no entendía nada de lo que le decían, en fracciones de segundos su cuerpo se desploma y cae al piso de forma estrepitosa golpeado su sien contra los adoquines de la calle. Mientras las personas se miran atónitos se ponen a rededor del cuerpo que convulsiona y una duda entre las personas si vomitaba o echaba espuma por la boca, para otros estaba poseído por un espíritu maligno y se persignaban, increíblemente nadie hacia nada por socorrerle. Parecía toda una eternidad aquella escena deprimente, un joven imberbe de unos veinte años asomaba la cabeza abriéndose paso entre el populacho. -¡permiso señores, dejen pasar!, apártense. El joven levanta suavemente la cabeza de Pedro, con la mano izquierda saca un pañuelo de su bolsillo y limpia la cara del hombre. En el acto saca un móvil y hace una llamada, minutos más tardes llega un auto se bajan tres hombres de él y apartan a la muchedumbre lo toman entre todos y lo llevan en dirección al vehículo, lo acomodan en los asientos traseros. El joven con voz tranquila y serena les dice por favor dese prisa, vayamos directo a la facultad. El conductor gira la cabeza hacia tras frunciendo el ceño y dirigiendo la mirada al joven le dice con voz firme y aguda. – Espero que sepas lo que haces Miguel ¿No consultaste esto con el Padre de antemano? –

-Tan solo haz lo que te digo Gabriel- Minutos más tardes llegan a un pequeño Hospital, a su costado había algo similar a un bloque con algunas aulas y una de ellas estaba condicionadas como una sala de observaciones con algún equipamiento médico. Lo ponen en una camilla le aflojan la botonadura de la camisa para que quede lo más cómodo posible. Luego aparece otra persona con condiciones físicas similares a Miguel con una bata blanca. -Guao ustedes si me sorprenden hoy, que tenemos ¿Un caso para estudio acaso?- -Más bien un favor dentro de otro favor- argumenta Miguel – desde ayer vi que tiene dolores de cabeza, camina con cierta ambivalencia como si perdiera el equilibrio y ahora pérdida temporal y súbita de la conciencia con un vómito espumoso, no te hacía falta un conejillo de indias para realizar un examen de tomografía axial, mi querido Rafael-

– De acuerdo hagamos unas llamadas y alistemos los detalles para la tarde, mientras mantenlo aquí alejado de las miradas indiscretas y mentes presurosas para el mal- Sabían que debería ser en la tarde por muchas razones médicas, no debería haber comido ni bebido nada durante unas pocas horas antes de su examen, retirar toda prenda que pudiera tener y ponerle una bata, horas más tarde Pedro despierta poco a poco con la mirada borrosa aún, no entendía que pasaba, lo llevaban en dirección al local. -Realicemos una perfusión por TC de la cabeza se lleva a cabo normalmente en 25 minutos- asegura Rafael. El tecnólogo que era sujeto del examen comienza colocándolo en la mesa de examen de TC, boca arriba. Como aún está algo inconsciente utiliza correas y cojines para ayudarlo a mantener la posición correcta y para ayudar a que permanezca inmóvil durante el examen. La mesa se va moviendo rápidamente a través del dispositivo de exploración para determinar la posición inicial correcta para las exploraciones. Luego, la mesa se mueve lentamente a través de la máquina para hacer la exploración. Miguel le pide que no se asuste y que contenga la respiración durante la exploración porque cualquier movimiento, incluyendo la respiración y los movimientos del cuerpo, puede causar artefactos en las imágenes. -Al parecer es un glioblastoma, habrá que proceder a la extracción de una muestra de tejido para análisis- Argumentó el tecnólogo. -¿Un qué? Balbuceo Pedro ya bien despierto de aquel trance naceabundo. De inmediato todos se quedan mirándose unos a otros sin saber cómo explicarle aquello, Miguel se le acerca despacio cierra los ojos un momento, pone sus manos sobre su pecho y lo tranquiliza de forma inexplicable y le explica de forma pausada. -Un glioblastoma, es un tipo de cáncer que comienza con el desarrollo de células en el cerebro o en la médula espinal. Las células se desarrollan rápidamente, y pueden invadir y destruir tejidos sanos. El glioblastoma se forma a partir de células denominadas astrocitos, que brindan soporte a las neuronas. Puede dejarte en coma irreversible, por lo avanzado que lo tienes. Pedro quedó con la vista fija, sin moverse o pronunciar palabra alguna, los ojos se le nublaron, solo él sabía lo dura que era su vida, rechazada y burlados por cuantas personas pasan por su lado, miró al joven y le dijo:

-Es extraño, cualquiera lucharía por su vida, más yo siento alivio, así descansaré de este mundo ingrato al cual no pedí venir-

-No digas eso, solo Dios sabe tu destino- Aseguró Miguel. Pedro suspiró por un momento, cerró los ojos y dijo- me siento cansado, me gustaría marcharme de aquí por favor- Es difícil estar en el lugar de otra persona que está próximo a la muerte, sin saber que piensa, saber que no puede hacer nada para cambiar la realidad, sin una esperanza. Morir tan solo como has vivido, sin que nadie llore por ti. Ya es de noche, una noche tan fría como la anterior y lluviosa, a unas cuadras del hospital viene un Mustang 429 toda una leyenda en su propio tiempo, es considerado como uno de los muscle cars más emblemáticos en la saga del mítico Pony Car de Ford, lo conducía una de las mentes más escépticas del Hospital que frena bruscamente a unos cien metros de la entrada al ver como tres luces brillantes salían disparadas como misiles desde la azotea del centro en dirección al cielo. -Pero que rayos fue eso-

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