puta

Amanecimos cargados de humo y alcohol
Las caricias de mis manos y la saliva de mi boca disputaban dura riña por el titulo de propiedad de la extensión de su cuerpo
No hay sueños, solo momentos, mientras me envolvía con la fuerza de quien ofrece sus lugares en penumbras
No tuve mas remedio que indicarle que debía volver a mi vida, esa ruidosa y mundanal, que desaparece una vez al mes. Me fue soltando mientras me besaba en forma tenue y sutil, clavándome el puñal de su ternura.
El ruido de la ducha la despojaba de todo vestigio de nuestro encuentro, se visito para irse, mientras yo me embriagaba con la fragancia que deja la amalgama de su Carolina Herrera con los dulces sabores de sus fluidos internos.
Tomó el dinero que prolijamente le deje al lado de las llaves de mi auto, solo, para derrumbar todo lo que estoy sintiendo


URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS