“Mujer de Mí”
Mujer de mí,
eres como el rayo que se aclama,
que en la sombra nocturna no te disuelves,
hija de las Hijas de Venus,
hija del Sol,
y el polvo de los años.
Llenas a los sedientos con solo mirarte,
regalas la capa de amor
que de tus ojos brota,
que fortuna,
seas en mi alma,
siempre eterna.
Concediéndote,
obsequiándote como el más bendito regalo,
bendita entre las mujeres,
bendita entre los montes,
bendita entre ciudades,
y caminos que yo recorro,
para contemplarte
y tenerte.
Piedra de Marte
O Saturno,
Que de mi profundidad fuiste confesada,
mujer de mí,
niña de mi amor,
que de mi puedes hallarte.
Bendita desde dentro mío,
te besa
y te bendice la naturaleza,
del vientre del universo tus ojos fueron besados,
del sueño mío te trazaste,
causa mía,
que yo solo sé tenerte.
Eres la alegría exacta,
la hora justa,
curas a las heridas ambulantes,
bendita mujer,
bendita desde el centro de mi fuego,
mucho antes,
de que fueras ya nombrada
eras mía.
Te engendré el esplendor que sale de tu boca,
reuní todas las bondades
que existen sobre la tierra,
y las plasmé en la lumbre de tu dulzura.
Eres mía,
eres lo que dejo de ser,
lo innegable,
lo que se admira,
mujer de mí,
hija de todos,
aquellos que en alegría,
te han de llevar.
Mujer de mí,
de lo que siempre he de nacer,
te espero para que descanses
al costado del ala de mi paz.
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