Si te preguntas cuantos soles y estrellas se encuentran en el sistema solar, diría que millones, centenares de ellos giran a nuestro alrededor… es una incalculable inquietud. Pero sabes… tomaré un telescopio y los contare por ti o incluso viajare al universo siendo tu mi motor y mi sistema de propulsión.

– -Reía- Eso quiero verlo, espero que no te alejes de mi orbita.

– NO me alejaría de tu orbita, menos de tu sistema solar, es lo único que recuerdo, tu estructura molecular y si fuera poco tu rotación es mi única dirección.

– Deberíastrazar un mapa por las estaciones que visitaras, o al menos tener en cuenta donde pasara el ultimo meteorito, deberías tener cuidado. Créeme no me imagino tu vestido de astronauta, puedes dejar esa inquietud de contar los soles y las estrellas que están en nuestro alrededor.

– Pueda que tengas razón, digamos que será en otra ocasión, en la cual tú serás una constelación viajando por la vía láctea cruzando como un haz de luz mi ubicación.

– -Reía- eso si esta mejor que las guerras de las galaxias mi rey de Saturno. Por cierto te dejo es tarde, es hora de regresar a casa vale.

– De acuerdo, te veo luego.

Ella era Andrea una chica más reluciente que una supernova y más hermosa que la misma Andrómeda.

Había nevado en estos últimos meses, la nieve cubría la mayoría de la vegetación, parecido como ella –Andrea- cubría mí alrededor. Podría pretender escribir algunas líneas hablando de sus planos y composición geográfica pero rápidamente me distraigo en su vegetación, en una fascinante expedición que una y otra vez volvería a recorrer. Como azúcar saben sus labios y un café en su mirada que dispersa mi concentración, una gran cantidad de energía propagada en tan grandiosa creación.

Que podre decir de tal estructura de fina arquitectura, que ni en mi vida imaginaria tal textura y dulzura distorsionaría mi escritura.

Hay mucho por escribir, describir y vivir para plasmar las maravillas del mundo, trazare una linea y comenzare con mi pluma a detallar el mapa de norte a sur de este a oeste para no volverme a perder, siempre habrá una razón para estar cerca de ella que incluso si la vida se volviera microscópica tomaría una lupa y comenzaría mi búsqueda en dicha materia.

Ella es capaz de atravesar mi campo eléctrico y convertirlo en un campo electromagnético en donde nuestras cargas se atraen, logrando no repelerse; más aún, ella cambia mi clima convirtiendo mi tiempo relativo en el espacio.

El tiempo emite su nombre en mis husos horarios, descontrolando mi sistema interno en diferentes partes de mis puntos cardinales.

Mientras pensaba escribí una linea “Cuando el mundo se torna desconocido, tus ojos reflejan las temporadas más bellas, obligando al misterio a confesar cuantos soles y estrellas giran a nuestro alrededor, evidenciando que tú eres la armonía en mi percepción, con esa sonrisa tan linda magnificando tu presencia y en cada paso joven amada mía quédate cerca de mí, en este sol que será punto de partida y las estrellas una guía en esta isla donde te seguiré y por fin te hallaré”.

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