El calibre de cerrar.

Pateo hojas, respiro, me siento en la vereda.

Y mientras reflexiono veo parejas pasar, gritando, amándose,

Pelando, llorando, tal vez mirándose….encontrándose.

Y pienso, cual es el calibre de cerrar, de creer que hay una respuesta.

De criarnos y pensar que el amor es del todo y para siempre.

Que el amor es esa respuesta a algo que nos falta y que pareciese este mal.

Quien dice acaso que tenemos respuestas para todo…

Soy la única que piensa que desde que razonamos, lo único que hacemos es cerrar historias,

Intentar finales, concluir, cuando en realidad todo siempre es un volver a comenzar.

Como el sol cuando se oculta y sale, como el clima, que llueve y luego para.

Como un espiral donde quien puede decir cuál es el principio y el final.

Creemos que estamos destinados, a cumplir con nuestro final…el fatal.

Pero no creemos que tenemos todas las oportunidades de comenzar todas las historias que queramos, el amor no es un círculo cerrado y probablemente no muere y nace en el mismo corazón que nos amó una vez….el amor vuela en el aire, y nos encuentra cada vez…

Perdidos en otros ojos, en otro cuerpo, en otra piel.

Porque es móvil nuestro deseo, nuestra energía, es móvil la lujuria que nos invita a volver a nacer siempre, cada vez.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS