Noche oscura
Caminando por la noche desolada contemplando la luna llena, y escuchando a los cuervos inocentes que parecían recitar algo, y los zapos tranquilos en el agua de aquel riachuelo. Me senté bajo un árbol a pensar, minutos más tarde me quedé profundamente dormido, y al despertar comencé a notar que el lugar en donde estaba ya no era el mismo.
Desperté en un bosque abarrotado de árboles espinosos y pastizales. Me paré y comencé a recorrer aquel extraño lugar. Preguntándome cómo fue que había aparecido allí… En fin seguí caminando hasta oír ese extraño sonido, creí que sería un animal que andaba caminando por allí, pensé que podría llegar a serlo, pero noté que era un hombre… estaba detrás de un árbol, desnudo y herido, me acerqué para ver si necesitaba ayuda, pero no dejó que dijera siquiera una palabra que comenzó a gritar de forma violenta que me alejara de allí, que era peligroso.
Ni bien me di vuelta para marcharme comenzó a revolcarse en el suelo y rasgarse la piel como si fuera a estallar, de pronto un frío paralizante subió por mi pecho, las piernas comenzaron a temblar y ese frío paralizante subió por mi garganta, el corazón me palpitaba velozmente al observar semejante atrocidad (…) El hombre se estaba convirtiendo en una extraña criatura que no sabría describir, su rostro cambió totalmente, sus ojos se volvieron rojos , la espalda se irguió y los huesos estaban sobresalientes y marcados ; soltó un aullido que provocó que saliera corriendo despavorido. Corrí con todas mis fuerzas… no podía creer que esto estuviera sucediendo, me escondí detrás de unos árboles que me rodeaban, mi respiración no se calmaba, atemorizado no lograba pensar, no sabía que debía hacer en ese momento tan terrible.
De pronto escuche ruido detrás de mí… el frío paralizante volvió pero rápidamente me di vuelta para ver de que se trataba pero no había nada allí, a los pocos segundos a tres árboles de distancia se acercaba la temible bestia, comencé a correr nuevamente, pero logró alcanzarme con un arañazo me lastimó el brazo, tomé una rama del suelo y le pegué con todas mis fuerzas en el rostro y rápidamente logré huir.
Me oculte dentro de un pozo oscuro y repleto de hojas; ya había pasado un buen rato y parecía no haber indicios de la bestia, entonces salí del pozo y comencé a correr para salir pronto de aquel bosque, pero se hacía casi imposible salir de él, corrí hasta quedar sin aliento hasta toparme con unas cañas que habían en medio del camino, cansado me senté en el suelo, faltaba poco para que amanezca y todavía no hallaba la forma de salir de aquel lugar. El cansancio ya era mi peor enemigo, de pronto comencé a sentir náuseas y a marearme, todo daba vuelta hasta el momento en el que me desmallé y me golpeé la cabeza contra el filo de una piedra.
Lo raro fue que desperté en el mismo sitio donde había estado desde un principio, bajo el árbol era de día y solo supuse que había sido solo un simple sueño, pero luego me di cuenta que no fue así, al dolerme el brazo y ver las marcas de las garras. Todo era muy confuso, entonces ¿había sido cierto? ¿Cómo fue que llegué a ese lugar, y que sucedió con aquel hombre que se convirtió?
Al regresar a casa, los vecinos de al lado consiguieron vender su casa, y los nuevos dueños ya estaban bajando sus pertenencias del camión de mudanzas, me pregunté quiénes serían aquellos, entonces me acerqué a la casa para averiguarlo y de pronto me topé con el nuevo dueño… no podía creer que el nuevo vecino fuera nada más ni nada menos que el hombre que se convirtió en la bestia, el hombre me miró sorprendido y yo aterrado me desmallé.
Fin.
Autora: Chaves Carolina
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