Detrás de este cuerpo rudo y sin emociones había más, recuerdo que la última vez que me masturbe hasta lograr sentir placer en mi último suspiro pensé en tu nombre solo en tu nombre no en ti, aclaro se me cruzaron las siete letras de tu nombre, cada letra entraba desde la parte derecha de mi cerebro y se metía hasta lo profundo de mis intestinos.

Qué asco me repetía una y otra vez, que asco pensar en la pestilencia que eras tú, porque tú lo sabes ibas destruyendo todo a tu paso y no me dejabas más remedio que tirarte; eso pensé la última noche que pase contigo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS