Tu nombre
Al igual que el mar calmo, interrumpe su profundo sueño.
En su infinito ir y venir de olas y espuma.
Sin reparar en tiempos, bajo el cielo.
Se desata la lucha entre la paz y la bravura.
Como la sudestada que golpea a la orilla del silencio.
Y rompe el paisaje disfrazado de equilibrio.
Y la raíz de un árbol se desprende de la tierra.
Para arrasar con todo lo que encuentra en su camino.
Le suplico una tregua al sentimiento.
Inútilmente busco, gaviota, que te alejes.
Si me miran tus ojos me arrastra la marea.
A la playa lejana de tu rostro nuevamente.
Como el temor de un niño a la tormenta.
Así me siento frente a tu nombre que resuena.
Tu nombre que perturba la calma de mi alma.
Mientras mis manos, inútilmente, se aferran a la arena.
Así me siento frente a tu nombre, amor.
Vulnerable, inmóvil y vencido.
Bajo el inmenso cielo que me envuelve.
Parado a la orilla, de un mar desconocido.
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